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Las artes marciales en el cine | Su historia a través de los golpes

Desde las primeras películas chinas de artes marciales a principios del siglo XX hasta el éxito global de Bruce Lee y Jackie Chan, la historia del cine de artes marciales es rica y variada.

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Las artes marciales en el cine | Su historia a través de los golpes

Desde las primeras películas chinas de artes marciales a principios del siglo XX hasta el éxito global de Bruce Lee y Jackie Chan, la historia del cine de artes marciales es rica y variada.

POR Joyce Kauffman -

El cine de acción contemporáneo sería imposible de entender sin la gran tradición filmográfica de artes marciales, —también conocido como cine de Kung Fu en décadas anteriores. El auge de este género cinematográfico cuenta con sus orígenes en la época de la posguerra, concretamente en los años cuarenta en un Hong Kong que experimentaba cambios culturales que lo definirían como cultura cosmopolita y de vanguardia ante el mundo.

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Con el paso del tiempo este género encontraría una respuesta más que satisfactoria por parte del público, dominando taquillas y creando un legado imprescindible para el cine occidental, donde sus grandes héroes de acción contarían con habilidades superlativas en las artes marciales con las cuales se ganaría la simpatía de millones de seguidores alrededor del mundo.

Las artes marciales y las habilidades de actuación de Bruce Lee tuvieron un gran impacto en Hollywood. Su estilo de artes marciales en películas y series influyó en muchas de las le siguieron para finalmente crear uno de los legados culturales más grandes que la industria del entretenimiento mundial viera jamás. Su leyenda todavía inspira a las nuevas generaciones, pues sus dotes en las artes marciales, particularmente su estilo propio Jett Kune Do, así como su carisma y su presencia, establecieron el estándar para las películas de acción en los años venideros. Su influencia puede ser vista en la coreografía de las películas de acción modernas, así como en la avalancha de películas de artes marciales que se estrenaron a raíz de su éxito.

Sin embargo,incluso con el éxito sin precedentes de Lee y su figura legendaria en el cine, las cosas no eran tan simples para los actores de origen asiático que encarnaban a estos vengadores, ya que incluso las películas que presentaban personajes chinos estaban llenas de estereotipos racistas. Los personajes chinos más destacados a menudo eran interpretados por actores caucásicos, y se les negaba el papel protagónico en producciones prestigiosas como La buena tierra. Además, a pesar de que la cultura china era retratada en estas películas, los ideales morales y filosóficos representados en pantalla eran claramente estadounidense.

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Estos estereotipos raciales y la falta de autenticidad en la representación de la cultura china en las películas son un ejemplo de cómo la industria del entretenimiento puede perpetuar prejuicios y estereotipos dañinos. Estas deficiencias fueron arrastradas por la industria hasta la actualidad, pero gracias a esfuerzos colectivos e individuales de la comunidad asiática en Hollywood y el boom cultural de ciertos países del Oriente global, las cosas parecen estar dando un giro en el presente. No obstante, es verdad que aún queda un gran trecho que recorrer para superar las barreras culturales y los prejuicios en la industria del entretenimiento.

En su libro Fighting without fighting kung fu cinema’s journey to the west, Luke White expone que el 16 de mayo de 1973 sucedió algo sin precedentes, y desde entonces sin repetición en la historia del cine estadounidense, pues la revista Variety informó que tres películas en idioma extranjero ocupaban los primeros lugares de las listas de taquilla nacionales de la semana, y cada una de ellas provenía de una pequeña colonia dentro de los últimos vestigios del Imperio Británico, Hong Kong. En el primer lugar se encontraba la cinta Puños de furia protagonizada por Bruce Lee, mientras en número dos estaba Lady Whirlwind, estrenada bajo el título Deep Thrust y protagonizada por Angela Mao Ying, experta en hapkido, y finalmente en el tercer lugar, Lo Lieh protagonizaba King Boxer, conocida como Cinco dedos mortales. La era de las artes marciales en la industria del entretenimiento había dado inicio con una patada de salida épica.

La locura del Kung Fu de principios de la década de los setenta fue mucho más que una moda cinematográfica pasajera. Cautivó a las audiencias de todo el mundo y se ha convertido en una presencia duradera en una variedad de formas de medios, desde videos musicales, de videojuegos hasta cómics, y dibujos animados. Pero la historia de este género se remontaba a los inicios del siglo. El cineasta pionero Ren Qingtai hizo la primera película china, Mount Dingjun, en 1905, que contaba con una duración aproximada de media hora y presentaba tres escenas de una producción de ópera de Beijing protagonizada por Tan Xinpei, un famoso artista. Mount Dingjun también se considera la primera película china de artes marciales, mientras que su protagonista, Tan, era conocido por su dominio de la voz, los gestos y el combate. Aunque el metraje original se ha pedido—quedando tan sólo una foto de Tan con atuendo de guerrero— se conoce que el público quedó fascinado con su actuación.

El autor Paul Bowman señala en su libro, Deconstructing martial arts cómo es que la relación entre Oriente y Occidente global situó al cine de artes marciales como herramienta política y propagandística, en contexto de tensión política y bélica, especialmente durante la Guerra Fría. En China, las películas de artes marciales producidas por el estudio Shaw Brothers se utilizaron para promover la ideología del Partido Comunista y fomentar el sentimiento nacionalista. Estas películas a menudo presentaban héroes que luchaban contra invasores extranjeros o corruptos, simbolizando la resistencia china a la opresión.

Desde su trinchera, en Estados Unidos se confeccionaban estas cintas para promover la democracia y el individualismo. Este fue el caso de las películas de Bruce Lee, las cuales presentaban héroes solitarios que luchaban contra la corrupción y la injusticia, simbolizaban la lucha de Estados Unidos contra la amenaza comunista y promovían la superioridad de la cultura occidental y los valores de la libertad y la democracia.

Aunque también han existido esfuerzos por reconciliar las ideologías de ambos lados de la balanza. El artículo Philosophy as a Way of Life and the Practice of Martial Arts de Henry Martyn Henry Martyn Lloyd explora la noción de las artes marciales como una forma de filosofía como forma de vida. Más allá de la actividad física y las connotaciones de salud que puedan venir asociadas a ellas, la práctica de las artes marciales también han sido un medio para desarrollar el carácter y cultivar las virtudes desde la antigüedad. El autor argumenta que la práctica de las artes marciales puede ser una forma de lograr la eudaimonía aristotélica —el florecimiento humano en su máxima expresión—, al ayudar a las personas a ser más conscientes de sí mismas, disciplinadas y resilientes. Esta tendencia se mezclaría con las creencias del orientalismo new age que alentaron a muchas personas en Occidente a seguir una vida espiritual por medio de las artes marciales.

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Desafortunadamente, la muerte prematura de Lee en 1973 no impidió que el género cinematográfico de artes marciales floreciera en Hollywood, no obstante, otros actores como Jackie Chan, Jet Li, Jean-Claude Van Damme, Chuck Norris y Donnie Yen alzaron la mano para seguir dando un peso específico el género dentro de Hollywood, con lo que se hicieron conocidos por sus estilos de lucha acrobáticos y sus impresionantes escenas de acción.

Con más de ciento cincuenta películas en su carrera y una gran presencia internacional a lo largo de diferentes décadas en los últimos dos siglos Jackie Chan es un actor, cineasta y artista marcial conocido por su carisma, humor y dedicación a cada uno de sus proyectos. Su especialidad fue el estilo de lucha acrobática, la sincronización cómica y las acrobacias innovadoras que a menudo implican el uso de objetos cotidianos como armas. Estos últimos hechos lo convirtieron rápidamente en un favorito entre el público que veía en Chan y en cada uno de sus personajes a personas con las que fácilmente podrían empatizar.

Las primeras películas de Chan fueron cintas de artes marciales tradicionales, como Drunken Master y Snake in the Eagle's Shadow en 1978, donde mostró sus habilidades en el arte marcial chino de Kung Fu. Fue hasta la década de los ochenta, Chan comenzó a incorporar comedia y humor bufonesco en sus películas, creando un nuevo estilo de películas de artes marciales conocido como "comedia de Kung Fu". Sus películas más populares de esta época incluyen Alboroto en el Bronx, Una Pareja Explosiva - 60% y Proyecto A.

Además de su trabajo cinematográfico con una reputación intachable de profesionalismo, Chan también es un experto en artes marciales en varios estilos, incluidos Kung Fu, Taekwondo y Karate. También ha trabajado para promover las artes marciales chinas en todo el mundo y si bien esta faceta cómica en su obra a menudo lo había dejado al margen de otros grandes nombres del cine de acción, en el 2016 fue reconocido por un Óscar honorífico por su gran legado al cine.

Jet Li es otro actor y artista marcial chino —con más de cincuenta películas en su carrera— que con su filmografía ha terminado impactando de forma significativa el corpus de las artes marciales en el cine hollywoodense y asiático. Con una presencia importante en la década de los noventa, Li comenzó a explorar diferentes estilos de artes marciales que incorporaría a sus películas buscando la máxima impresión en la audiencia posible. Después de tener un éxito rotundo Arma Mortal 4 interpretando el villano Wah Sing Ku, su carrera se consolidó en este lado del mundo con cintas como El único, Dani el perro y Héroe - 95%. Li es un experto en artes marciales como Wushu, Tai Chi y Kung Fu y al igual que muchos compañeros de profesión también ha trabajado para promover las artes marciales chinas en todo el mundo.

Sin duda alguna el caso de Chuck Norris se cuece aparte, este actor y artista marcial estadounidense pasó en tan solo una década de ser el emblema de un virtual “ cine de serie B de las artes marciales” a todo un suceso en internet. Su figura se convirtió en meme y su legado quedó inevitablemente marcado por las connotaciones cómicas de los estereotipos del género así como de su faceta más deteriorada. No obstante, en su momento representó junto a Bruce Lee a la avanzadas del cine de artes marciales habiendo fundado su propio sistema Chun Kuk Do, por lo que la historia siempre lo recordará como un gran exponente de estas.

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Durante la década de los noventa, surgió una nueva generación de actores de artes marciales, incluido Tony Jaa, quien aportó un nuevo nivel de atletismo y coreografía al género. La serie de películas de Ong-Bak, con Jaa como actor principal y coreógrafo de artes marciales, fue un éxito comercial y de crítica, reviviendo el interés por la lucha tradicional de muay thai. Jaa realizó sus propias acrobacias y escenas de lucha impresionantes, incorporando grandes despliegues de destreza física para escenas de lucha intensas y realistas que realmente redefinieron el género en esa época. Con esta marcada autenticidad y enfoque en las técnicas tradicionales, inspiraron a una generación de entusiastas y artistas marciales, que regresaron a las raíces filosóficas del género implementando nuevas técnicas e ideologías en narrativas que aún persisten en las películas que consumimos en la actualidad.

Y es que en la década previa a este tipo de filmes, películas como The Karate Kid - 66% encaminarían al género hacia una occidentalización un tanto inocua que si bien tuvo un gran éxito y acogida por parte del público, también contaba con aspectos problemáticos para el legado de las artes marciales. Estos mismos elementos continúan siendo presentes en la serie Cobra Kai - 100%, pues al centrarse en la vida de los suburbios americanos parece poner en el centro de la narrativa a la cultura occidental individualista por encima de las raíces ideológicas de las artes marciales.

Y es que aunque la trilogía original de Karate Kid ha sido elogiada por su representación positiva de las artes marciales, poniendo por delante la disciplina y el respeto como modo de vida, al mismo tiempo el tropo del "salvador blanco" refuerza los estereotipos de la cultura asiática. El personaje del Sr. Miyagi se posiciona como un sabio mentor asiático, pero está impregnado de estereotipos, mientras que sus técnicas de entrenamiento fomentan el estereotipo de "sirviente".

Pero quizá la de mayor crítica de esta saga que aún arrastra en la actualidad sea la glorificación del combate como una defensa del honor y la masculinidad tóxica que terminan por devaluar los valores que anteceden a todo este legado. Pero habría que tener sumo cuidado con distinguir la exposición de estos sistemas de la fuerza y la violencia sin profundidad ni sustancia con el hecho de que ya de origen también existía un sesgo entre la representación de la masculinidad y la inclusión de personajes femeninos en esas narrativas.

Según White, los críticos han vinculado a las artistas marciales femeninas en el cine de Hong Kong con el feminismo de la 'segunda ola', la agenda modernizadora de la República y la literatura más antigua de artes marciales. El académico Siu Leung Li sugiere que estas imágenes pueden ser subversivas, pero otros argumentan que refuerzan las normas patriarcales. El público de Occidente, e incluso de Hong Kong, interpreta las imágenes en función de sus propias normas culturales, en lugar de sus orígenes.

Angela Mao es una actriz y artista marcial taiwanesa que apareció en varias películas de artes marciales en la década de los setenta. Debido a su gran popularidad en Hong Kong, fue elegida como la hermana de Bruce Lee en Operación Dragón - 95%, donde realizó una interpretación notable, aunque breve, lo que la lanzó al estrellato internacional. Cuando los distribuidores estadounidenses indagaron el catálogo de artes marciales de Hong Kong, apenas arañaron la superficie de películas protagonizadas por mujeres, prefiriendo a estrellas masculinas, y, pese a lo que Hollywood dictara en años posteriores, las mujeres guerreras del género kung fu habían sido las heroínas de las películas y no las villanas.

Ni que decir de la ya consagrada Michelle Yeoh, pues la actriz malaya y ex reina de belleza se dió a conocer por sus papeles en películas de acción apareciendo en películas como Police Story 3: Super Cop de 1992 y arribó con éxito a Hollywood con 007: El Mañana Nunca Muere - 57% y El Tigre y el Dragón - 97%. Dos décadas después del estreno de la galardonada cinta de Ang Lee, y de construir una sólida carrera, la actriz se encuentra en total plenitud profesional. Así que la próxima vez que veamos una cinta de superhéroes con elaboradas escenas de pelea o la última entrega de John Wick, así como de sus influencias directas como El Transportador - 53%, sabremos que sus coreografías y acrobacias tienen origen en estos grandes nombres en la industria del entretenimiento.

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