Artículos

Morgan Freeman: la falsa acusación en su contra sobre acoso sexual demuestra cómo funciona el movimiento #MeToo

En este artículo repasamos las acusaciones contra Morgan Freeman, así como el posterior descubrimiento de las deshonestas intenciones de la acusadora, dando paso a una nueva reflexión de los alcances que pueden tener las presuntas víctimas de abuso

Artículos

Morgan Freeman: la falsa acusación en su contra sobre acoso sexual demuestra cómo funciona el movimiento #MeToo

En este artículo repasamos las acusaciones contra Morgan Freeman, así como el posterior descubrimiento de las deshonestas intenciones de la acusadora, dando paso a una nueva reflexión de los alcances que pueden tener las presuntas víctimas de abuso

POR Sofi Terracota -

En nuestros días las acusaciones por agravios sexuales son muy comunes en Hollywood; cada cierto tiempo nos enteramos de que tal actor, tal director o productor ha sido señalado por una víctima. La acusación puede iniciar como una pequeña noticia o artículo en un periódico de renombre, y pronto se expande como el fuego en pastizal seco, terminando por arruinar la reputación y trayectoria del supuesto agresor.

No te pierdas: Neil deGrasse Tyson responde a las acusaciones de abuso sexual

No se niega el abuso sexual, no se niegan las violaciones; esas existen terriblemente y lo continuarán haciendo porque el mundo es un terreno habitado por depredadores, muchas veces escondidos bajo las piedras más olvidadas. Pero lo que nos ocupa en este escrito es el clima de tensión que se vive en la industria del entretenimiento, en Hollywood: a la lista de acusados se unió hace unos meses el reconocido actor Morgan Freeman. Todavía puede decirse que hasta el día de hoy es un favorito del cine y la televisión; su aparición en películas como Seven, los Siete Pecados Capitales - 79%, Sueños de Libertad - 91%; Golpes del Destino - 91%; y La Historia de Dios, le han merecido el respeto y la admiración de la industria, los medios y los consumidores.

Pero en meses pasados Morgan Freeman estuvo viviendo un episodio complicado. El contexto social lo alcanzó y fue acusado en mayo de este año por Chloe Melas, una periodista de la CNN. Esta persona se dio a la tarea de iniciar una investigación por el presunto acoso del que había sido víctima por parte de Freeman. De acuerdo con Melas, el suceso tuvo lugar durante una rueda de prensa para promocionar la película Un Golpe con Estilo - 48%, protagonizada por Morgan Freeman, Alan Arkin y Michael Caine; en ese entonces Melas se encontraba embarazada de seis meses y asegura que durante la entrevista con los actores él miro su estado y soltó la frase “ojalá hubiera estado ahí”.

Lo narrado por Chloe Melas pronto se extendió y fue el iniciador de una reacción en cadena que terminó ventilando los testimonios de otras 15 personas quienes aseguraban haber vivido episodios de acoso a manos de Freeman. Todo el tema fue dado a conocer por la misma CNN, pero Morgan eligió no emitir declaración alguna; fue su representante quien se encargó de enviar un mensaje al portal de noticias The Hollywood Reporter, no aceptó ni desmintió nada pero sí se disculpaba con cualquiera que se hubiera sentido incomodado por su comportamiento en alguna ocasión.

Te invitamos a leer: Luc Besson es acusado de acoso sexual por cinco mujeres más

A esas alturas del caso, parecía que Morgan Freeman no tenía salvación; sin embargo, una interesante perspectiva del asunto fue difundida poco después por Tomoo Terada en su artículo “Dando a luz un fraude periodístico: Morgan Freeman y CNN”. Terada expuso que de las 16 supuestas víctimas de Freeman, 14 eran anónimas, y las únicas que se identificaron públicamente fueron Chloe Melas y Tyra Martin, productora del programa WGN TV. Sin embargo, Martin pronto se deslindó de la investigación argumentando que sus declaraciones habían sido manipuladas para dañar la imagen de Freeman.

Por su parte Melas presentó a CNN un video en el cual se observa la entrevista hecha a Freeman, Arkin y Caine, y donde supuestamente el actor emite el famoso “ojalá hubiera estado ahí”. No obstante, el video está claramente manipulado y puede percibirse que lo dicho por Morgan no iba dirigido hacia ella, sino a un comentario hecho por Michael Caine respecto a su larga trayectoria.

Un par de testimonios más contra el actor se vinieron abajo; de nuevo los aludidos aseguraron que Melas había manipulado sus perspectivas y que en ningún momento se sintieron atacados por el protagonista de Antes de Partir - 41%. Pronto la verdad salió a la luz y se descubrió que las otras supuestas víctimas no eran más que inventos de la que inició el escándalo.

Tras el esclarecimiento, Morgan Freeman encargó a la CNN que se disculpara públicamente y se retractara por todas las repercusiones laborales y económicas en su contra. Sin embargo, la respuesta de la cadena televisiva fue vil y amenazante. Es una pena que una empresa tan grande como lo es CNN no tenga la vergüenza suficiente como para admitir su error, y que se sienta lo suficientemente poderosa como para actuar de esa manera tan baja, fomentando la mediocridad periodística y las mentiras en sus oficinas.

Casos como este son los que cuestionan la veracidad de movimientos como #MeToo, el cual explotó con las acusaciones en contra del productor Harvey Weinstein y que desde entonces se ha encargado de terminar con la carrera de muchas figuras de Hollywood. Lo que #MeToo logra es darle el suficiente poder a la presunta víctima, muchas veces sin tomar en cuenta la versión del acusado, que en ocasiones resulta ser inocente. Estas circunstancias han convertido al movimiento en una cacería de brujas moderna perpetuada por personas que en ocasiones solo buscan venganza u obtener algún beneficio económico, valiéndose de sucesos inventados.

Muchos son los actores y directores que se han pronunciado en contra del movimiento #MeToo y que lo tachan de hipócrita y parcial; argumentan que el poder reside completamente en la víctima, quien aprovecha el alcance mediático de las redes para someter a su voluntad al presunto agresor sin darle la oportunidad si quiera de defenderse. Entre ellos se encuentran Catherine Deneuve, Brigitte Bardot , Juliette Binoche, Michael Haneke, Terry Gilliam y Javier Bardem.

Otro caso muy sonado y relacionado con el movimiento #MeToo fue el que involucró a Asia Argento y Jimmy Bennett. En un principio Argento fue acusada de abusar de Bennett cuando él todavía era menor de edad; el escándalo fue más fuerte de lo normal debido a que Asia se encontraba vinculada con #MeToo siendo una de las fundadoras del movimiento; tras darse a conocer el caso fue despedida del programa X Factor Italia y atacada por otra activista y actriz, víctima de Harvey Weinstein, Rose McGowan. En un sorprendente giro de los acontecimientos fue Jimmy Bennett a quien se le acusó de abuso en contra de Asia Argento, y al final los testimonios se tergiversaron tanto que la historia acabó por convertirse en un caos sin consistencia que no beneficiaba a ninguno de los dos involucrados. Ejemplos como este son lo que también cuestionan el poder que las acusaciones pueden tener sobre las figuras públicas. Cabe destacar para estas situaciones en donde la verdad se balancea en el borde de un cuchillo, un fragmento del artículo de Javier Marías publicado en El País, y que lleva por título "Ojo con la barra libre":

La idea de los defensores de la libertad, la razón y los derechos humanos ha sido justamente la contraria: “Antes queden sin castigo algunos criminales que sufra un solo inocente la injusticia de la prisión o la muerte”. Ahora se propugna lo opuesto. Si la falta de pruebas contra los acusados se extendiera a otros delitos, y aquéllos dependieran de las volubles masas, se acabaría la justicia.

También puede interesarte: Críticas y represalias al #MeToo

Comentarios

  • Tomatazos

  • Facebook

 
 
  • Mejores

  • Nuevos