Tomatazos

Definitivamente, una película como ¡Huye! - 99% no surge todos los días. Se trata de una obra independiente que costó solo $4.5 millones de dólares —una cifra risible en comparación con los presupuestos que maneja Hollywood—, pero que a la fecha ha recaudado $215 millones de dólares en taquilla. Un éxito en su propio país, sin ayuda de grandes equipos de marketing, sólo publicidad de boca en boca y mucha calidad. El comediante Jordan Peele debuta como director y guionista con una historia llena de ingenio, frescura y que asusta genuinamente.

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La premisa de la cinta gira en torno a la visita de una pareja interracial a la familia de la novia. Ella es blanca, él es negro, con lo cual surgen dudas de este último respecto a alguna posible fricción o momento incómodo. Poco a poco nuestro protagonista comenzará a ver que algo no anda bien con los padres súper liberales y “progresistas” de su novia. Lo que comienza como un aparente drama familiar empieza a adquirir toques de suspenso y poco a poco el relato empieza a volcarse al terreno de lo macabro, con la muerte de un animal al inicio como una premonición de los horrores por venir.

Las transiciones entre estas tonalidades, que incluyen el humor encarnado en el mejor amigo de nuestro héroe, son manejadas con gran acierto y control por parte de Peele. Incluso los “jump scares”, que en otras cintas pueden volverse tediosos rápidamente (cof, cof, La Morgue - 86%), aquí adquieren un tono casi juguetón.

Jordan Peele usa un tono desenfadado, pero a la vez serio a la hora de manejar los aspectos más tétricos de la historia. La tensión racial sin duda juega un rol importante, pero incluso como mero ejercicio estilístico Peele demuestra con su ópera prima un oficio que varios de sus colegas —con varios años en el medio— simplemente no poseen. Vale la pena anotar también que existe una dirección de actores muy bien trabajada, algo que generalmente brilla por su ausencia en muchas cintas de horror. Además se agradece que Peele no trate a su protagonista como un bobo, cosa que también es parte inherente de estos relatos de terror, donde los personajes toman decisiones absurdas. Incluso el amigo cómico es un elemento bien implementado que da un respiro a la audiencia ante los momentos de tensión.

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El éxito de taquilla y crítica es más que merecido para uno de los debuts fílmicos más interesantes de años recientes. Jordan Peele recientemente declaró que no desea realizar la adaptación de Akira - 87% que Warner Bros. le ofrecía debido a que su atención se encuentra enfocada en contar sus propias historias. En un océano de remakes y secuelas, esto se agradece con creces y ojalá los estudios de Hollywood tomen nota de que las historias originales merecen más atención.

La crítica ha sido unánime en sus elogios a la ópera prima de Jordan Peele, Jose Martin de El Antepenúltimo Mohicano sintetiza la cinta de la siguiente manera:

Un atrevido y original vehículo de horror que nunca abandona en pos del espectáculo su condición de sátira cruel de una realidad social que, por desgracia, sigue latente, ni el tenebroso retrato de la políticamente incorrecta utopía que quiere reflejar.

Michael Arbeiter menciona las grandes habilidades de Peele en su texto para Nerdist:

Peele tiene un gran ojo para la comedia, así como para generar tensión, la forma en la que entrelaza los temas en la película es digna de admiración. Hay gran paciencia e imaginación en la forma como el director va creando este universo, así como la forma en que inyecta su mensaje de asperezas raciales.

Brian Tallerico menciona lo siguiente para RoberEbert.

Rara vez vemos tanta ambición en una película de terror y, a pesar de que el segundo acto puede perder algo de fuerza, no cabe duda de que Peele tiene mucha energía. Si los productores en Hollywood ponen atención, deberían estar tocando la puerta del comediante en este mismo momento.

Maria Fernanda Mugica en el sitio argentino La Nación señala acertadamente las excelentes actuaciones que ayudan a dar soporte a la historia:

La puesta en escena es brillante, pero son las actuaciones las que se erigen en pilar de la película. Catherine Keener y Bradley Whitford están perfectos como siempre, y Allison Williams prueba que tiene mucho para ofrecer más allá de Girls. Pero quien se roba la película es Daniel Kaluuya, quien con su impactante expresividad, la solidez de su presencia y los matices emocionales que logra transmitir confirma que es un talento al que hay que prestarle mucha atención.

Liz Braun del Toronto Sun concluye:

El guión es una obra maestra de la subversión atado con miedos racionales y nociones de estereotipos que son usadas para generar risas.

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