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RESEÑA | El Exorcista: Creyentes | Cuando la nostalgia y el vómito verde no son suficiente

La secuela falla en desenvolverse dentro del famoso canon y también en plantear una nueva e interesante trilogía

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RESEÑA | El Exorcista: Creyentes | Cuando la nostalgia y el vómito verde no son suficiente

La secuela falla en desenvolverse dentro del famoso canon y también en plantear una nueva e interesante trilogía

POR Claudia Cabello -

David Gordon Green atinó su acercamiento al horror gracias a la idea que tuvo para revivir Halloween - 94% con una película que serviría como secuela directa de la original y que establecería una saga que permitiría una salida digna para Jamie Lee Curtis. Halloween - 92% funcionó bien gracias a sus referencias y la propuesta de traer a una nueva generación de sobrevivientes. Por desgracia, las siguientes entregas dejaron en claro que la idea era increíblemente frágil, por lo que sorprende que le permitieran al creador tomar la misma dirección con un clásico como El Exorcista - 87%, y es que El Exorcista: Creyentes - 20% no ofrece nada nuevo, poderoso o interesante como para que los espectadores deseen involucrarse con una nueva trilogía.

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¿De qué trata ‘El Exorcista: Creyentes’?

La película es una secuela directa de El Exorcista, por lo que todas las otras entregas de la franquicia, y hasta la serie protagonizada por Alfonso Herrera, han quedado fuera del canon para siempre. La historia sigue la misma premisa que la original con algunos giros sustanciales que debían servir para actualizar la trama. Victor Fielding (Leslie Odom Jr.) es un joven viudo y padre soltero que tiene una muy buena relación con su hija, Angela (Lidya Jewett). El único punto en el que parecen no conectar es en la figura materna ausente, pues mientras él desea guardar todos sus recuerdos en un cajón, ella quiere entender mejor quién era su madre.

Esto la lleva a relacionarse con Katherine (Olivia O’Neill), una compañera de clase que cree entender mejor los asuntos de la muerte y las apariciones porque su familia es extremadamente religiosa. En un intento por hablar con la madre fallecida, ambas se ocultan en lo profundo del bosque para hacer una sesión espiritista que sale realmente mal. Luego de pasar varios días desaparecidas, ambas regresan sin saber qué sucedió o cuánto tiempo ha pasado, y pronto exhiben un comportamiento inquietante que pondrá en alerta a sus guardianes. Es aquí donde la trama busca justificar el regreso de Ellen Burstyn como Chris MacNeil, quien ha pasado años estudiando las posesiones demoniacas y el proceso del exorcismo en distintas culturas y religiones.

Póster de El Exorcista: Creyentes (Fuente: IMDb)
Póster de El Exorcista: Creyentes (Fuente: IMDb)

¿En qué falla ‘El Exorcista: Creyentes’?

Aunque con todos estos elementos la secuela esperaba conectar lo suficiente con la premisa original como para satisfacer a los fans mientras ponía sobre la mesa algo más actual sobre la fe y la necesidad de alimentar ciertas creencias en nuestro interior, El Exorcista: Creyentes falla en todos los sentidos posibles, menos el trabajo de actuación de los protagonistas, quienes conocen bien a sus personajes y saben qué hacer con ellos, incluso cuando el guion les falla terriblemente. El mejor ejemplo de esto es la propia Burstyn, quien sin mucho ánimo de estar ahí de todos modos logra retratar bien un sufrimiento importante que tiene que ver con exponer y dar a conocer un trauma al mundo en un intento por proteger a otros, aunque con eso arriesgue la relación que lleva con su hija, pues se nos dice que Chris escribió un libro sobre los sucesos de El Exorcista que hizo que Regan (Linda Blair) decidiera alejarse por completo.

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La otra bala perdida es Ann Dowd, quien interpreta a una vecina que hace tiempo quería ser monja y conoce bien cómo es una posesión demoniaca. Ella es quien trata de unir los puntos para llevar a cabo un exorcismo en forma, aunque sabemos que la historia requiere que falle para hacer emocionante el tercer acto. El asunto es que la actriz hace un gran trabajo con diálogos mediocres y largos discursos que deberían transmitir mejor el mensaje de esta cinta que, por cierto, sí es interesante y tiene que ver con el tener fe en algo, lo que sea, porque es necesario para vivir, pero que al final se siente como si los guionistas temieran que el público no entienda su “propuesta tan compleja y profunda.”

Como en este caso hay dos víctimas, también hay dos familias que buscan protegerlas. En el caso de Angela, ella sólo tiene a su padre, y Leslie Odom Jr. hace un buen trabajo mostrando el gran amor que el personaje siente por su hija, pero también las reservas que tiene ante ciertos temas como la religión que le falló. El poner a un hombre viudo, soltero y solitario como protagonista es una prueba de que David Gordon Green tomó nota del contexto social que funcionó en la primera película donde no era casualidad que el demonio entrara en la hija de una madre soltera dedicada al mundo del espectáculo. Pero en este caso no aporta mucho más que la necesidad de tener algo así para renovar un poco las cosas, pues no hay muchos matices ni facetas que nos ayuden a conectar mejor con ellos a pesar del gran esfuerzo actoral, por lo que el trabajo de Jennifer Nettles y Norbert Leo Butz, quienes dan vida a los padres de la otra víctima se descuida a niveles preocupantes.

El mismo problema pasa con las propias niñas protagonistas, Lidya Jewett y Olivia O'Neill, quienes se desempeñan bien, pero no tienen mucho para trabajar. Ya sea porque no quisieron exponerlas emocionalmente o porque los creadores no sabían qué hacer para superar las escenas más grotescas y desagradables de la original, ambas poseídas se quedan a medias y su comportamiento errático se presenta más bien jocoso en vez de aterrador. Por otra parte, la relación de las jóvenes no se retrata bien, por lo que no nos interesa el destino de ninguna de las dos y deja en el aire varias interrogantes sobre su unión, su conexión y si hablamos de una posesión 2x1 donde un único demonio las controla a las dos o si son dos los que quieren apoderarse de sus almas. El tener a tantos actores y tantas ramificaciones narrativas en un camino desigual nos habla de que el guion es bastante pobre en su planteamiento, y aquí radica el gran problema de El Exorcista: Creyentes - 20%.

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La cinta, secuela, reboot, revival, o lo que sea, sigue los lineamientos de un slasher poco convencional, algo que puede funcionar con tramas como Halloween, pero no siempre es adecuado con historias de corte sobrenatural y paranormal. Luego de que deben admitir que su hija está poseída, la película se transforma en un episodio de Supernatural donde los padres buscan el remedio más espectacular para salvarlas en vez de recordar que en la original el verdadero protagonista era el padre Karras y su pérdida de fe, por lo que se trataba de un viaje más espiritual y personal. El Exorcista: Creyentes busca regresar a ese camino en los últimos momentos de la cinta y luego de que se revela cierta información sobre el protagonista que debería ser sorprendente y dura, pero que es predecible y torpe porque era evidente desde los primeros minutos de la película, cuando vemos cómo falleció la madre de Angela.

De esta forma, la idea parece existir únicamente para resolver el caso de la semana, y no para fomentar un debate importante sobre los alcances de la fe, especialmente cuando uno está decepcionado y alejado de ese camino. Lo peor es que el terror debería basarse en la presencia de algo que uno no quiere tomar como real, pero en esta película se define a partir de momentos repetitivos, tediosos y que sólo funcionarán con el espectador gracias al equipo de sonido de su sala de cine favorito, pues todo es ruido y golpes, pero nada es realmente aterrador más allá del segundo en el que aparece tal o cual cosa; un grito por aquí, una aparición por allá, y nada más.

Al final, la película tiene el gran defecto de tener que cargar con la mitología de El Exorcista y no porque una pueda o no compararla con ella. De hecho, esto no sería del todo justo porque la primera cambió el género para siempre, pero al menos debería aportar algo a ese canon, en especial cuando saca del camino otras propuestas que tomaron más riesgos, algo que es especialmente cierto en la serie de El Exorcista que a pesar de sus defectos plantea varios puntos muy interesantes que pocos han disfrutado porque se dejaron llevar por sus prejuicios y simplemente no la vieron. Llevar a cuestas la cinta original en este caso es verdaderamente estorboso e innecesario, pues no añade nada a esta trama y es muy molesto cuando tratan de forzar referencias que claramente no encajan y no sirven para la narrativa, como al usar la famosa frase de "el poder de Cristo te obliga" en un momento en el que se siente más como una obligación que como un guiño audaz.

El pensar que El Exorcista: Creyentes - 20% es el primer paso para una trilogía es una realidad bastante deprimente, pues es difícil pensar que esto pueda funcionar como una saga digna de la original, o al menos como entretenimiento de horror puro que logre satisfacer a los fanáticos del género y los mantenga al tanto de las siguientes entregas. Incluso si uno va con cero expectativas saldrá decepcionado, así que tal vez la mejor manera de acercarse a esta propuesta sea ignorando todo lo que la relaciona con la original y reconociendo su lugar entre otros títulos como El Exorcista del Papa - 66% y La Monja II - 46%.

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