Tomatazos

A más de año y medio de su estreno durante el Festival de Cine de Sundance 2020, así como de un recorrido por festivales mexicanos como FICUNAM y el Festival de Morelia, Blanco de Verano - 85%, ópera prima de Rodrigo Ruiz Patterson, por fin tiene su estreno comercial. Con comentarios positivos desde su proyección en el festival de Park City, el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) se asoma en la transición de la niñez a la edad adulta de un adolescente, un tema bastante tratado en el actual cine mexicano, no obstante, consigue configurar una propuesta sólida y arriesgada que augura ser el banderazo de salida de una carrera prometedora, según la opinión de la crítica.

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Con claras referencias a Los 400 Golpes - 100%, la obra capital de François Truffaut, Blanco de Verano es un coming-of-age osado en sus intenciones, explorando de forma paralela el amor filial patológico entre madre e hijo cuando no hay una figura paterna, una dinámica que llega a rozar el incesto y las terribles consecuencias cuando uno de ellos ve amenazado el vínculo. Ruiz Patterson muestra su habilidad para tejer una historia, en apariencia simple, pero de resonancia compleja que ha sido elogiada por los periodistas.

La película sigue a Rodrigo (Adrián Ross), un adolescente solitario que es el rey en el mundo íntimo que tiene con su madre Valeria (Sophie Alexander-Katz), quien también es su mejor amiga. Rodrigo cree que su relación es íntima y que está basada en la confianza mutua, pero todo cambia cuando ella lleva a vivir a su nuevo novio, Fernando (Fabián Corres), a su pequeña casa ubicada en los márgenes de la Ciudad de México. El mundo de Rodrigo colapsa de la noche a la mañana, lo que lo lleva a debatir entre aceptar a la nueva familia o recuperar el trono, aun a costa de la felicidad de quien más quiere.

Descrita por la prensa como “un intenso debut” que no ofrecerá conclusiones fáciles para sus personajes ni para la audiencia que siga este viaje, Blanco de Verano ha cautivado con su estilo áspero y su incómoda, pero necesaria observación de lo que se establece como un triángulo amoroso de resonancia freudiana, así como una reflexión de la masculinidad tóxica. En este sentido, los expertos han evaluado positivamente los diálogos, el diseño de arte y la fotografía, pero, principalmente, la labor del trío de actores, destacando el trabajo del debutante Adrián Ross.

Son pocas las opiniones negativas, pero las que hay señalan que, al enfatizar en la masculinidad contemporánea, el director termina por asfixiar el relato. Otros dicen que realmente no hace una reflexión sobre ninguno de los temas planteados, todo queda de forma muy superficial, mientras que los personajes son unidimensionales. Pero estas reseñas son la minoría, el consenso general afirma que Rodrigo Ruíz Patterson logra un debut magnífico que “captura parte de la profundidad de ser un adolescente” (Screendaily). A continuación, compartimos lo que está diciendo la crítica de Blanco de Verano - 85%:

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Alejandro Alemán de Eje Central:

Con inevitables reminiscencias a Los 400 golpes, su joven protagonista se transforma en una suerte de Antoine Doniel mexicano en esta cinta. Un duelo de actuaciones filmado con precisión.

Ernesto Diezmartínez de Letras Libres:

... un sólido melodrama de crecimiento juvenil de claro origen truffautiano.

La redacción de Revista Cinefagia:

Blanco de verano funciona a través de una poetización áspera que no por sencilla dejan de ser contundente y que tampoco por apoyarse en cierta poesía visual de lo cotidiano deja de ser realista, pasmosa y bastante incómoda...

Alexander Ortega de SLUG MAG:

El arte en Blanco de Verano radica en la armonía de sus actuaciones, narración y producción matizada que revela la angustia económica de sus personajes. No ofrece los beneficios tradicionales que podemos desear o esperar como espectadores, y ciertamente es mejor que eso. Esta es una película para personas que buscan desafiar su sensibilidad a la cinematografía narrativa, y si estás listo para aumentar tu inteligencia emocional, ve a verla.

David García Miño de La Ciclotomia:

La aportación al debate sobre la crianza monoparental y la génesis de la dependencia patológica aparece, en Blanco de verano, como algo orgánico que va revelando poco a poco una película que sostiene con facilidad una carga subtextual de gran intensidad.

Luis Tovar de La Jornada:

Destaca el trabajo histriónico del muy joven Adrián Rossi, el protagonista, en quien recae la mayor parte del peso específico dramático del filme. Con apenas treinta y tres años de edad, de seguir con este nivel de concepción y ejecución fílmicas, a Ruiz Patterson le esperan tiempos venturosos.

J. Alejandro Becerra de Palomita de Maíz:

Sophie Alexander-Katz, actriz experimentada, muestra una sensibilidad especial para responder a los impulsos primitivos de su hijo en pantalla, representando la ternura de una madre que, a la vez que ama a su hijo, está preparada a seguir con su vida, encontrando en Fernando el objeto de su afecto.

Oriol Rubio de Revista Young:

Una buena realización y una estupenda dirección de actores en esta ópera prima que nos descubre a Rodrigo Ruiz Patterson, un cineasta a seguir.

Manuel Betancourt de Remezcla:

Blanco de Verano pinta una imagen severa de la masculinidad contemporánea. Pero al centrar su historia en tal toxicidad asfixia a su espectador antes de que tenga la oportunidad de respirar.

El staff de Fotogenia Podcast:

La película… nunca hace una reflexión real sobre ninguna de las cosas que plantea, lo único que hace es acercarse someramente y nada más, siempre con una especie de temor de explorar una profundidad que le dé tridimensionalidad a su historia y a sus personajes.

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