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RESEÑA: Todo en juego | Un coming of age emocionante

Una película mexicana que retrata las dificultades al estar en ese puente colgante entre la niñez y la adolescencia.

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RESEÑA: Todo en juego | Un coming of age emocionante

Una película mexicana que retrata las dificultades al estar en ese puente colgante entre la niñez y la adolescencia.

POR Kevin de León -

El béisbol es uno de los deportes más populares y ha sido retratado en diversas ocasiones en la pantalla grande. En el cine mexicano podemos encontrar algunos títulos que incluyen a este deporte como parte de su trama. Todo en juego de Alfredo Marron es una de ellas, la película también aborda otros temas muy importantes por lo que el resultado es un drama con un potente conflicto y buenas dosis de suspenso. Este largometraje fue producido con el extinto FIDECINE, un apoyo a la producción cinematográfica mexicana que desapareció este año.

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Marrón también es productor y director de series como el Diván de Valentina, ¡Yo soy yo! y del largometraje documental Celso Piña, el rebelde del acordeón. El guion de su más reciente proyecto fue escrito por María Diego Hernández y se desarrolla en una zona rural de Oaxaca, en el año de 1989. En ese lugar vive Ismael, un niño que sueña en convertirse en un gran beisbolista cuando sea grande, pero padece asma y esta condición de salud empaña su meta; a pesar de esto, el pequeño es parte de un equipo de béisbol local, donde es el encargado de cargar una bolsa con los bates y guantes del equipo. En el Pueblo vive una chica llamada Laura, Ismael está enamorado de ella. Una noche, el niño se acerca a escondidas a la casa de Laura y minutos después le toca presenciar un crimen que pone todo en juego.

El guion de este largometraje tiene buenos puntos de giro y situaciones muy impredecibles que llevan al límite a sus personajes, retrata temas como el machismo y el abuso de poder que se vive en comunidades rurales. Los personajes están bien delineados y es fácil conectar con el protagonista, quien tiene grandes deseos de superación y anhela salir de su pueblo para seguir sus sueños. El personaje se encuentra sobre un puente colgante hacia la adolescencia. Ismael se opone a seguir cualquier norma o acto que no resuene con su identidad o sus principios, por lo que es un gran acierto que esta historia nos permita conocer a un personaje tan fuerte y decidido. Siempre se agradece ver en la ficción este tipo de personajes tan tridimensionales y bien construidos. Por otro lado, la fuerza del antagonista es igual de grande que la valentía del protagonista, lo que la de potencia a un conflicto muy entretenido y lleno de intriga.

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La cinta cuenta con un gran elenco para dar vida a estos personajes y conflictos tan interesantes. A su corta edad, Emanuel Torres construye con sus gestos y mirada a un personaje bastante verosímil, el pequeño actor transmite las emociones necesarias para que el espectador empatice con él. Monica del Carmen (Año Bisiesto - 96%, Nuevo Orden - 77%) siempre hace un impecable trabajo como actriz y en esta cinta que interpreta a la madre de Ismael no es la excepción, ella sabe controlar perfectamente la tonalidad y los matices de su personaje para entregar una actuación muy naturalista. Luis Alberti (Carmín Tropical - 100%, Mano de Obra - 90%), quien en esta ocasión asume el rol antagónico de la historia, demuestra una vez más el potencial de su talento y construye una interpretación maquiavélica, pero muy convincente. Las actuaciones de Dagoberto Gama (Amores Perros - 92%, El Infierno - 90%) y Leonardo Alonso (El Vigilante - 85%), destacan entre el reparto, ambos son grandes actores capaces de provocar emociones en la audiencia, a pesar de que su participación dentro de este largometraje sea más corta, a diferencia de otros títulos donde los hemos visto sostener memorables roles protagónicos.

Todo en juego también goza de una excelente calidad técnica. La fotografía a cargo de César Gutiérrez Miranda es un trabajo monumental, la composición de los cuadros evocan pinturas de paisajes que resaltan la belleza de las locaciones de Mazunte, Oaxaca. Los movimientos de la cinefotógrafa son muy dinámicos y la posición de la cámara muy estratégica. El diseño de producción apoya muy bien a la propuesta visual, hay una ingeniosa paleta de color que empata con las locaciones y un notable trabajo en la ambientación. Es entrañable el diseño de vestuario de cada personaje, quienes están vestidos de acuerdo a la época ochentera del lugar. El diseño sonoro es envolvente, se nota desde la primera escena que hay un trabajo bastante cuidado por este departamento y es un acierto ya que el sonido juega un papel clave en el desarrollo de la historia. Finalmente, la música original a cargo de Rubén Luengas y Amado López está totalmente en el tono y a favor de la trama para engrandecer con sus partituras la mágica y los claroscuros de este filme.

En conclusión, Todo en juego es una cinta que consigue mantener tu atención de principio a fin y se atreve a partir desde el drama para pasar por el coming of age y el suspenso. Vale destacar que al igual que en sus anteriores proyectos, el director imprime una vez más su sello característico para abordar la identidad de sus personajes y del contexto en el que viven. Sin duda es un filme que se disfruta gracias a sus actuaciones y que aunque pueda parecer una película pequeña, tiene temas y valores de producción que convierten una premisa sencilla en una historia entrañable.

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