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Black Mirror - 65% es una de las series más queridas por el público a pesar de que sus últimas temporadas no fueron tan bien recibidas por la crítica y las audiencias. El título sigue funcionando como una advertencia sobre la dependencia a la tecnología, pero lo que alguna vez se percibió como una demostración de avances imposibles pero probables, ahora es un hecho palpable que demuestra que la sociedad no siempre aprende la lección con este tipo de historias. Para el creador de la serie definitivamente es preocupante que muchos de sus episodios básicamente se convirtieran en algo real y común.

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Charlie Brooker creó Black Mirror tomando inspiración de La Dimensión Desconocida para abordar un miedo distinto que ya no se basara sólo en lo desconocido y la otredad, sino que revelara nuestra naturaleza humana y cómo no logramos evolucionar emocionalmente a la par de la tecnología que creamos para facilitarnos la vida. La dependencia a estos artefactos modernos va más allá de obsesionarse con las redes sociales y los smartphones, pues la realidad es que cedemos nuestra privacidad y nuestros derechos ciegamente y con gusto con tal de obtener una pieza que se promociona como única y relevante que en realidad todos utilizan de manera superficial y para demostrar un cierto estatus.

Todas las aplicaciones y accesorios deberían ser auxiliares, pero en realidad son ahora indispensables para la vida cotidiana y el ámbito laboral, algo que la serie muestra con mucha crudeza y frialdad. En general, los episodios funcionan para dar una lección clara sobre nuestra obsesión, y aunque algunos podrían considerarse relativamente positivos, siguen siendo bastante reveladores y no siempre tienen que situarse en un ambiente futurista para cumplir con su crítica. Por ejemplo, el primer episodio nos muestra a un político siendo manipulado por las masas y los medios para mantener relaciones sexuales con un cerdo, y aunque aquí no hay tecnología inquietante, la historia alerta sobre cómo nos guiamos por los medios y alimentamos el problema al no poder quitar la mirada de la televisión.

Cuando la serie aplica tendencias más tradicionales de la ciencia ficción también funciona para dar una lección, como cuando se nos muestra este chip que permite grabar toda nuestra vida y las personas se vuelven incapaces de dejar ir y analizan cuadro por cuadro cada gesto que hace su pareja o sus colegas en el trabajo. Mismo caso cuando en otro capítulo vemos a una mujer que en vez de pasar por el luto tradicional para superar la muerte de su esposo, decide seguir interactuando con él gracias a una aplicación que lo imita. Lo curioso es que este tipo de tecnología se está trabajando con éxito y emoción por las grandes compañías y el público no puede esperar a experimentarlas por cuenta propia, ignorando por completo las consecuencias de algo así.

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Ahora que la nueva temporada de Black Mirror ya se estrenó en Netflix, Charlie Brooker aprovechó para hablar sobre cómo la percepción por la serie ha cambiado y ha pasado de ser un programa futurista a uno realista que retrata nuestro presente en muchos sentidos. En entrevista con Sky News, el creador reveló su postura sobre la tecnología y como nuestra interacción ha cambiado rápidamente en los últimos años, algo que también lo ha llevado a revaluar su propia creación:

Parece que existe una cantidad preocupante de historias previas que hemos tenido en el programa que luego parecen hacerse realidad con una frecuencia preocupante.

Creo que a medida que el mundo se vuelve cada vez más absurdo, solo significa que tienes que abordar las cosas de una manera ligeramente diferente, solo tienes que seguir activando el dial, supongo.

Hace poco, el guionista reveló que intentó escribir un episodio de Black Mirror utilizando una aplicación de Inteligencia Artificial, pero el resultado había sido demasiado pobre. Aunque él no teme exactamente el ser reemplazado por este tipo de tecnología, no puede evitar preocuparse por la sociedad:

Así que no sé si se vuelve más difícil [escribir Black Mirror], obviamente, a medida que el mundo se vuelve más aterrador, significa que estás escribiendo mientras estás temblando de miedo.

Estas nuevas obsesiones han servido como inspiración para el creador, cambiando así la forma en la que plantea toda la serie y las expectativas mismas del público, un cambio que hizo toda la diferencia, pues la nueva temporada de Black Mirror ha recibido muy buenas críticas de parte de los críticos y el público.

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