Tomatazos

Taika Waititi logró una excelente química con Chris Hemsworth para darle nueva vida a Thor. El personaje había quedado sin rumbo para molestia de los fans luego de Thor: Un mundo Oscuro - 66% y Avengers: Era de Ultrón - 75%. En los cómics, sus poderes, su personalidad y las aventuras que tiene son de lo más interesante en Marvel, pero el UCM no lo había explotado todavía como todos esperaban. Thor: Ragnarok - 92% terminó por funcionar como una segunda oportunidad que ayudó mucho a explorar las partes más complejas del Dios del Trueno. En ese sentido, el director sabe que no siempre le tuvieron confianza, pero él estaba seguro de que haría algo grandioso con el personaje.

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Cuando Thor - 77% se estrenó en 2011, los seguidores aplaudieron el digno intento por presentar a un ser mágico en un universo cinematográfico que en esos momentos buscaba ser lo más terrenal y realista posible. Chris Hemsworth se ganó al público, pero quien realmente se robó la atención de las masas fue Tom Hiddleston como Loki, al que volvimos a ver como el villano principal de Los Vengadores - 92%. Al final, la promesa de ver más de ambos bastó para que todos acudieran al cine a ver Thor: Un mundo Oscuro, pero la secuela resultó una decepción en todos sentidos.

Además de sentirse mal editada, el pésimo uso del villano y la frágil excusa para seguir explotando la química entre Thor y Loki ya no convencieron a los espectadores. Por un lado, la película demostró que Marvel debía reinventarse con cada nueva fase; y por el otro lado, dejó a Thor sin piso firme para su desarrollo personal. Cuando Taika Waititi llegó para la tercera entrega era claro que se acompañaría de un cambio radical y el primer avance logró emocionar hasta a aquellos que no eran fanáticos de Thor.

Mucho se puede decir de Thor: Ragnarok, pero lo que no se puede negar es que presentó a una villana muy interesante y poderosa, y ayudó al progreso de Thor, dándole una personalidad más clara que en sus primeras entregas. Además de conectar directamente con la historia de Avengers: Infinity War - 79%, la tercera cinta en solitario del Dios del Trueno nos mostró un camino distinto sobre el trauma, la pérdida, la incertidumbre y el fracaso que se habían manejado de manera más tradicional en otros títulos de Marvel.

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Ahora que el estreno de Thor: Amor y Trueno - 76% nuevamente pone en la mira el estilo de Taika Waititi, su trabajo en Thor: Ragnarok vuelve a ser tema de debate y análisis. El director considera que la mejor forma de sorprender al público es darles aquello que no esperaban, ignorando por completo ciertas expectativas y esperanzas que caerían bien a todos. Waititi gusta de subvertir todo esto para encontrar un camino más interesante, aunque en el proceso corra el riesgo de causar furia entre los fanáticos. Al llegar al UCM la confianza sobre lo que podía lograr con Thor era tan alta que no se vio afectado por las dudas y las quejas de aquellos que no conocían su trabajo o lo consideraban un comediante que arruinaría al personaje.

En entrevista con Associated Press (vía IGN), el director comentó:

Para mí, es bueno dar a los fans algo que no saben que quieren. Especialmente con Ragnarok, cuando me involucré, muchos fans se asustaron por eso. Pensaban: '¿Quién es este tipo? Se llevará a nuestro precioso Thor y lo arruinará’. Y yo pensé: ‘Sí. Exactamente. Ésa es exactamente mi intención. Y lo voy a hacer mejor, sólo que todavía no lo sabes'.

Thor es el único de los Vengadores que ha pasado por un proceso así. Iron Man, Capitán América y hasta Black Widow siguieron un camino muy claro desde el principio. Incluso Hulk, que también fue arrastrado a estos cambios por su participación en Thor: Ragnarok, mantuvo cierto ritmo en sus apariciones una vez que el papel quedó en manos de Mark Ruffalo. Es el Dios del Trueno quien tuvo que comenzar de cero para encontrar una mejor estructura, una con la que Chris Hemsworth está bastante satisfecho, pues por muchos años llegó a sentirse cansado y sin ánimos de volver al rol de Thor, pero ahora dice que le gustaría seguir explorándolo en un futuro.

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