Tomatazos

En otra señal de que el panorama televisivo como lo conocemos está cambiando, los índices de audiencia de las transmisiones de NBC de los Juegos Olímpicos en Tokio han bajado significativamente desde 2016, algo que es alarmante cuando se conoce el porcentaje de caída frente a la cantidad de espectadores que sintonizaron el evento deportivo en su anterior edición. Lo curioso es que la disminución del rating de las Olimpiadas no es algo exclusivo de esta cita, sino que ha ocurrido con la televisión en general durante los últimos años.

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Según los datos de The Hollywood Reporter, la audiencia de Tokio 2020 es inferior a la de Río 2016 en un 42 por ciento, y sin embargo el evento sigue estando entre los programas de televisión más vistos del año. La primera noche de competencia, es decir el sábado luego de la inauguración, tuvo un promedio de 15,9 millones de espectadores, un 32% menos que la primera noche de los Juegos de Verano de Río en 2016. La audiencia de NBC aumentó a 20 millones de espectadores el domingo, un 36% menos que hace cinco años. La competencia del lunes obtuvo 16.8 millones de espectadores, un 46% menos que los 31.5 millones que vieron la noche comparable en 2016.

A lo largo de las primeras 7 noches de Olimpiadas, los juegos de Tokio han mantenido un promedio de 17.5 millones de espectadores en la franja horaria que se conoce como prime time, que es desde las 8 hasta las 11 de la noche, aunque en Estados Unidos dependiendo de la zona en la que se encuentre la audiencia, puede ser desde las 7 hasta las 10 de la noche. La segunda marca más alta fue el jueves pasado, cuando 19.5 millones de espectadores vieron a la gimnasta Sunisa Lee llevarse la medalla de oro en la competencia de gimnasia artística general individual.

Tal vez tuvo un poco que ver la controversia que generó el retiro de Simone Biles de algunas de las competencias individuales y por equipos en las que iba a participar representando a los Estados Unidos, pero hay que mencionar que se trata de una de las competencias más seguidas por el público en este tipo de eventos y Sunisa Lee es una de las atletas más prominentes, así que no necesariamente significa que esto hizo la diferencia.

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En el mismo período de tiempo, los Juegos Olímpicos de Río tuvieron una audiencia de 30 millones de espectadores en 2016 y allí es cuando vemos reflejado ese 42 por ciento de diferencia entre un evento y otro. En ese año, la cobertura era únicamente de NBC mientras que 5 años más tarde se encuentra dividida entre la señal principal de NBC, las señales de NBCU, la app de NBC, el sitio web NBCOlympics.com y Peacock, la plataforma de streaming que alberga el contenido de NBC y otras novedades.

La principal ventaja que vale mencionar en este caso es que la diferencia horaria de Estados Unidos con las Olimpiadas en Río de Janeiro era en muchos casos de una hora, y eso permitía que mucha más gente se “conecte” a la cita deportiva que se celebra cada 4 años. El hecho de que en esa ocasión los juegos estuvieran en América del Sur también influyó en que muchos latinoamericanos puedan estar más al tanto de las competencias que van desde el fútbol hasta el ciclismo. Que este año se celebren en Tokio, con algunos países teniendo una diferencia de 14 horas, complica todo y muchas personas se han perdido de ver sus deportes favoritos porque muchos eventos ocurren a las 3 o 4 de la mañana.

Sin embargo, la pérdida de audiencia en el rating de premiaciones transmitidas por televisión se está convirtiendo en una tendencia que incluyó recientemente a los Grammy y los premios Óscar, con números muy por debajo de los que obtuvieron otros años. A la larga, la presencia del streaming es algo que ha ocasionado la pérdida del interés en la televisión regular, quizás por el contenido que manejan y los comerciales.

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