Tomatazos

Sin duda lo atractivo de un festival como el San Diego Latino, entre otras muchas cosas, son las ganas inacabables de sus incondicionales seguidores por inundar de alegría allí donde pisan, y que tanto calor sabe dar a los artistas, cuando además éste tiene lugar en el mes de marzo, una fecha plagada de cambios climatológicos que no se pueden prevenir. No obstante, el resultado no ha podido ser más exitoso, tanto de organización como público, así como los artistas que han integrado la parrilla y que, a buen seguro estoy, todos los que forman este gran evento amanecerán con un gran sabor de boca, gracias al selecto grupo de propuestas cinematográficas que no suelen faltar en todo festival que se jacte de apoyar la producción latinoamericana.

Pero bueno, ¿Quieren saber cómo nos fue en el tercer día de actividades? …

Para este sábado 12 de marzo la gran aglomeración de asistentes no se hizo esperar, y justo pasando el medio día estaban listos los chicos de la UDCI Film School con el documental Baja Taste: Identidad Gastronómica de Baja California que prácticamente se encargaría de abrir el día de actividades, cargando con la responsabilidad en sus espaldas de ir calentando los motores, aunque no les costaría demasiado trabajo, y es que estos jóvenes egresados de la carrera de cinematográfica, poquito a poco y sin hacer demasiado ruido, van haciéndose un hueco entre el público bajacaliforniano, cuyo destacado proyecto pinta un cuadro bastante amplio y detallado del arte culinario, cuyos logros han trascendido incluso a nivel internacional.

Para abarcar tanto en tan poco tiempo, el documental emplea una estructura lineal bastante simple y libre de floritura narrativa. Esto hace que se sienta un poco frío y formal, pero quizás fue el enfoque correcto para no perderse entre las incontables tangentes que acechan en el rico universo de los distintos chefs que han dado forma a este movimiento (en otras palabras, no esperen discusiones intensas sobre dónde inicio que o quien invento que cosa).

En ese sentido, los únicos adornos estilísticos son ocasionales montajes acompañados por la estupenda fotografía del joven Alejandro Guzmán, junto con excelente música regional donde vemos momentos en las vidas personales de los personajes que integran este relato; estas digresiones no ofrecen mucha información, pero fueron mis momentos favoritos del documental. Por lo demás, el director Roberto Nájera toca los puntos más destacados que de algún modo se han cubierto ampliamente en muchos medios.

Finalmente, y como oriundo de este bello estado y hombre de muy buen apetito, no encontré mucha información fresca en Baja Taste, pero de cualquier modo representa una valiosa (y muy entretenida) lección sobre el momento que se vive en Baja California, y disfruté sinceramente su entusiasta retrato de una labor que trasciende por su valor social y cultural.

Con la chispa ya encendida, llegaría el turno de uno de los nombres más atractivos del cartel y todo un veterano en el quehacer cinematográfico en México, Arturo Ripstein, con su más reciente título La Calle de la Amargura una cinta que se inspira ligeramente en el caso real en el que los luchadores enanos Espectrito Jr. y La Parkita fueron asesinados en el 2009 por dos prostitutas de la tercera edad.

El título de la película es una referencia directa al modo en que sus protagonistas desarrollan sus miserables existencias. Con limitada vida familiar y social, su universo se limita a sus desgastantes trabajos y sus autodestructivas vidas. Y aunque sería muy fácil criticar ese modo de subsistir, Ripstein está mostrando (una vez más) los claroscuros de un grupo de personas cuyas malas decisiones los tienen inmersos en ciclos repetitivos y poco satisfactorios.

Lamentablemente la historia que se cuenta no es tan interesante, y además de un débil final, el desarrollo es tan decadente como podría esperarse. Por un lado, ese patetismo subraya la atmósfera agobiante en los cochambrosos rincones de la ciudad, pero por otro lado hace la película un poco desagradable, a pesar de su corta duración. Aun así, en su particular momento del tiempo La Calle De La Amargura resulta interesante, aunque sea como curiosidad artística de un director que ya ronda sus setenta años de edad, y cuya pasión por el cine parece estar intacta.

Finalmente, la noche la cerraríamos con la anticipada cinta mexicana de ciencia ficción y fantasía Los Parecidos - 94%, una producción ambiciosa, muy distinto a lo que recientemente hemos visto con respecto a lo que viene ofreciendo el cine nacional. Los Parecidos nos muestra como en una lluviosa madrugada del 2 de octubre de 1968, ocho personajes que esperan un camión en una remota estación en el medio de la nada para dirigirse a Ciudad de México comienzan a ser víctimas de un extraño fenómeno.

Tengo que ser ambiguo, pues el mejor modo de apreciar Los Parecidos es ir descubriendo gradualmente la enmarañada red de relaciones, causas y consecuencias que impulsan los eventos de la película. Sin duda algunos episodios de La Dimensión Desconocida se pueden interpretar como obvias inspiraciones para esta producción, pero, aunque sirven como descripción comparativa, sería injusto decir que se trata de una simple copia. El modo como el guión nos mantiene en suspenso bordea en lo brillante, anticipando las expectativas del público y subvirtiéndolas de modo inesperado. En ocasiones una escena dramática terminará en comedia absurdista; o la acción de un personaje carecerá de sentido hasta que, muchos minutos después, se revele una pieza clave del rompecabezas que pone todo en una nueva perspectiva.

Claro, en una cinta así hay que esperar demasiadas coincidencias sospechosamente convenientes, pues es obvio que el guión no pretende retratar un mundo real, sino una fantasía que luzca la creatividad del escritor.

También merece mención la música de la película. El compositor Edy Lan realiza un perfecto trabajo con una partitura musical tan inesperada como los giros de la película, empleando inusuales estilos e instrumentos para acentuar el tono de las escenas.

En resumen, Los Parecidos es una elegante y eficiente cinta de suspenso que emplea al máximo todos sus recursos gracias a la firme dirección de Isaac Ezban y a su ingenioso guión.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuauhtémoc Ruelas es crítico de cine y conductor desde hace 8 años para distintos medios de comunicación en la ciudad de Tijuana. Con un diplomado en periodismo cultural, es fanático del cine nacional, drama y cine de acción. Puedes seguirlo a través de @esquinadelcine [i].