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RESEÑA: Muti: Rituales Mortales | Un enfoque disperso de asesinos y crímenes rituales

La cinta tiene una premisa que de haber sido mejor aprovechada podría haber tenido un resultado positivo. Esta historia de un asesino que comete crímenes enlazados con rituales africanos, protagonizada por Cole Hauser y Morgan Freeman, en cambio, es una ofensa en varios aspectos.

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RESEÑA: Muti: Rituales Mortales | Un enfoque disperso de asesinos y crímenes rituales

La cinta tiene una premisa que de haber sido mejor aprovechada podría haber tenido un resultado positivo. Esta historia de un asesino que comete crímenes enlazados con rituales africanos, protagonizada por Cole Hauser y Morgan Freeman, en cambio, es una ofensa en varios aspectos.

POR María Belén Izurieta Barreto -

Un detective y un profesor de estudios africanos se unen para atrapar a un asesino en serie en Muti: Rituales Mortales - 15%, el nuevo filme del director George Gallo que cuenta con las actuaciones de Morgan Freeman, Cole Hauser y Vernon Davis en los papeles principales. El filme, que por cierto se estrena en los cines de México este 28 de septiembre, es el nuevo esfuerzo de un director que ya venía de trabajar con Freeman últimamente: primero en The Poison Rose, de 2019, y luego en Vanquish - 0%, de 2021, dos thrillers que pasaron desapercibidos a pesar de sus elencos.

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¿De qué trata Muti: Rituales Mortales?

Muti: Rituales Mortales - 15% no está lejos de lo que fueron los últimos filmes de Morgan Freeman. Su trama presenta al detective Lucas Boyd (Cole Hauser), un hombre lleno de culpa tras el fallecimiento de su hija, a quien se suponía estaba cuidando pero no pudo salvar de su ahogamiento. Tampoco pudo evitar la muerte de su esposa, quien se suicidó tras la muerte de la adolescente. El peso de ambas tragedias es de gran influencia en su vida, además de que como parte del cuerpo de la policía está en problemas luego de que en un caso reciente, donde asesina a un pedófilo en lugar de arrestarlo. La situación toma un giro inesperado debido al descubrimiento del cuerpo de un adolescente, partes de otros e indicios de un extraño ritual.

Allí es cuando entra en escena el personaje de Morgan Freeman, un profesor con gran conocimiento en estudios africanos llamado Dr. Mackles, a quien el detective Boyd acude por ayuda luego de haber encontrado unas hierbas en la escena. Esta conversación nos lleva al lado oscuro de la cultura africana, ya que se revela que el asesino al que está buscando la policía se rige por un ritual brutal llamado “Muti”, del cual se revela que el criminal selecciona cuidadosamente qué parte de una persona necesita para sus fines, explicando así las partes de cuerpos humanos faltantes, sobre todo órganos usados para una “medicina” especial,pero añadiendo que estas pueden dar un gran poder a quien realiza dicho ritual.

Morgan Freeman en Muti: Rituales Mortales (Imagen: High On Films)
Morgan Freeman en Muti: Rituales Mortales (Imagen: High On Films)

En el transcurso de la historia, se presenta a Randoku (Vernon Davis) como el asesino, mientras el relato se expande a Europa, con el inspector Mario Lavezzi (Giuseppe Zeno) siguiendo la pista del culpable. En este juego del gato y el ratón, tanto Boyd como Lavezzi intentan obtener mayor información sobre Randoku, mientras el Dr. Mackles trata de aportar como guía a cada nuevo descubrimiento del detective. Sin embargo, el guión falla en conectar estos sucesos, por lo que se deja en el aire gran parte de la comunicación y los avances realizados por las autoridades que se encuentran en diferentes continentes.

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En papel, los amantes de los giros y las historias de crímenes encontrarán en Muti: Rituales Mortales - 15% una excusa para ir al cine. Pero en realidad no es tan interesante como pretende serlo, ya que por más que la producción tenga una premisa intrigante, en cuanto a originalidad no es satisfactoria como debería haberlo sido. Al menos, para pasar una hora y media con algo de entretenimiento puede funcionar, siempre que el espectador esté dispuesto a perdonar un primer acto torpe y decepcionante, momentos que el guión no puede justificar y un asesino cuyo método para cometer crímenes lo pone al borde de ser muy problemático. Por otro lado, lo que más se puede destacar es la presencia de Morgan Freeman, quien no tiene tanto tiempo en pantalla, y ese atisbo de misterio que sigue a su personaje del cual se hacen algunas revelaciones al final. No obstante, creer que verlo repetir protagonismo en una historia donde le sigue la pista a un diabólico asesino tras Seven, los Siete Pecados Capitales - 79% irá igual de bien, es caer en la ingenuidad.

La propuesta de este filme debería haber entregado una mejor película. Fueron 6 guionistas los que participaron en el proyecto, y ni siquiera este pequeño ejército de escritores pudo construir una narrativa que pudiera ser atrapante y que al mismo tiempo tuviera sentido. En cambio, lo que más llama la atención es la forma pobre en la que se concibió la historia de este asesino en serie, además de que por ratos no solo está llena de clichés, sino que se vuelve hasta racista. Uno de sus mayores logros es, quizás, el hecho de que no sea tan fácil definir si realmente cruzó esa línea, a pesar de que basar su historia en un hombre africano que asesina niños a modo de ritual ya raya en lo problemático. Por eso, el guión se saca un truco de la manga al poner a Randoku, no como un hombre que operaba solo en sus crímenes, sino como un peón que trabajaba para gente adinerada. Tal vez, si la cinta hubiera estado preocupada en realmente hablar sobre la cultura africana, otra sería la historia.

No deja de ser impresionante que un equipo tan grande de escritores, o el hecho de que tantos se hayan involucrado en el proyecto ya sea de manera simultánea o en diferentes etapas, no fuera de utilidad para que una versión superior de Muti: Rituales Mortales - 15% pudiera llegar a los cines, y cuando se nota que hicieron su trabajo, desafortunadamente, es para salvar a la película de cualquier crítica sobre temas que podrían ser controversiales. Por si fuera poco, detalles que la sinopsis no revela, como todas las conexiones “mágicas” que hace el filme, incluyendo el hecho de que el detective Boyd de la nada asocia dos crímenes con prácticas provenientes de la cultura africana, hacen que las personas interesadas en la película no tengan idea de en qué se están metiendo. Los cimientos del relato son muy débiles, y tan poco originales, que podemos imaginar que el asesino tiene la habilidad de teletransportarse porque no hay forma de justificar la manera en que avanza la historia y hacer que tenga sentido.

Las actuaciones tampoco son un punto fuerte en esta producción, pero el siempre carismático Morgan Freeman es quien llama la atención de buenas a primera a pesar del tiempo que se le da a su personaje en la pantalla. Cole Hauser es el actor que realmente lleva el peso de la película sobre los hombros como el detective Boyd gracias a que acepta el hecho de que gran parte de la historia recae en él a pesar de que parece consciente de que no puede ofrecer algo especial en su esfuerzo por hacerse el policía malo. Podría decir que roza el cumplimiento en su trabajo en el papel de un hombre perseguido por sus traumas que está en la búsqueda de un asesino. Pero no hay algo realmente para destacar más allá de un cumplimiento de labores promedio.

El final es un caso aparte porque se divide entre ser una verdadera sorpresa o una tontería. Al menos al llegar a esta parte podría decirse que unos cuantos hilos empiezan a cerrarse, si no es de manera satisfactoria, por lo menos lo hace de una forma que podría ser un poco impactante para el espectador. Sin embargo, esta "sorpresa" no es positiva exactamente, porque es una de las partes más desconectadas de la trama. Ahora bien, aunque llama la atención no logra ser la gran cosa, pero es una muestra de que una propuesta más sólida podría haber sido un auténtico éxito, o al menos un thriller que valga la pena ser recordado. Muti: Rituales Mortales - 15%, como pieza narrativa, es una ofensa y como el thriller que sigue a un asesino de misteriosas prácticas, también. Pero si la curiosidad por este elenco persiste, omitiendo la carencia de lógica y sustancia, con suerte esta película ofrece algo de entretenimiento para que el público pueda pasar el rato.

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