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20 años después, Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 sigue siendo la película más afilada de Quentin Tarantino

Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 es una de las películas más populares de Quentin Tarantino, y 20 años después de su estreno es tan relevante como impactante.

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20 años después, Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 sigue siendo la película más afilada de Quentin Tarantino

Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 es una de las películas más populares de Quentin Tarantino, y 20 años después de su estreno es tan relevante como impactante.

POR María Belén Izurieta -

El cineasta Quentin Tarantino tiene un estilo particular para contar historias, pero ¿qué tal si en alguna ocasión decidiera cambiar su costumbre de darle a sus diálogos ingeniosos todo el peso de una película para enfocarse también en explorar el cine de acción en un homenaje a los filmes provenientes del este de Asia? Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 - 85% sigue siendo una “anomalía” dentro de la filmografía de este director, pero también su película más afilada hasta la fecha, aún con 20 años de vida sobre sus hombros.

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Sin duda, dos de sus trabajos más conocidos son Kill Bill: La Venganza, Volumen 1, que llegó a cines en 2003, y Kill Bill: La Venganza, Volúmen 2 - 84%, que se estrenó un año más tarde. Para Tarantino se trata de uno solo, a pesar de que cada uno cuenta con sus respectivos créditos de apertura y cierre, además de que el lanzamiento fue de dos películas. Sin embargo, él asegura que trabajó en la historia como una sola, así que para él cualquier debate de Kill Bill está cerrado, pero no puede negar que 2023 es el vigésimo aniversario de esa primera parte protagonizada por Uma Thurman. Aún después de que Harvey Weinstein fuera quien lo apresuró a cortar la película porque era algo que solía pedir a los directores que trabajaban con él.

En el filme, la actriz da vida a Beatrix Kiddo, alias Mamba Negra o La Novia, una mujer que se ganaba la vida como asesina, quien va en busca de venganza luego de pasar 4 años en coma tras ser masacrada a manos de sus antiguos compañeros del Escuadrón Asesino Víbora Letal durante el ensayo de su boda. La razón la lleva a su ex novio Bill, quien fue abandonado por ella mientras se alejaba del grupo de asesinos para iniciar una vida nueva fuera del crimen. La Novia estaba embarazada, pero cuando despierta del coma se da cuenta de que está sola sin su bebé, así que escapa del hotel decidida a cobrar venganza contra todos los que participaron en su ataque.

La Novia vs. Los 88 Locos (Fuente: Fandom)
La Novia vs. Los 88 Locos (Fuente: Fandom)

Kill Bill, en su primera parte, no es cualquier historia de venganza

A lo largo de la película se van conociendo cada uno de sus objetivos, y su desquite la lleva hasta Japón, para encontrarse con O-ren Ishii (Lucy Liu), una mujer que ya se había retirado del escuadrón y aprovechó los 4 años de ausencia de La Novia para escalar posiciones dentro de los Yakuza hasta llegar a la cima luego de acabar con la vida del jefe Tanaka, quien creyó que no podría ser una líder digna. Después de hacer frente a personajes como Gogo Yubari (Chiaki Kuriyama) y Johnny Mo (Gordon Liu), la protagonista va por su ex compañera, a la que le corta el cráneo limpiamente.

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Debido a la longitud de la historia, terminó dividida en dos partes, así que en el Volumen 1 no se ve el enfrentamiento de La Novia con Bill, pero queda la espectacular antagonista interpretada por Lucy Liu como uno de los platos fuertes del relato. Pero el filme lleva la venganza a otro nivel, ya que también incluye la muerte de Vernita Green (Vivica A. Fox), a quien asesina ante la mirada de su hija Nikki y encima le dice que cuando sea grande, y si todavía quiere venganza, la estará esperando.

La recepción de Kill Bill: Volumen 1, La Venganza en su estreno

En la actualidad, es una de las películas de Quentin Tarantino más populares, pero en su momento no debutó siendo aceptada por todos y mucho menos aclamada. Algunos críticos pensaron que sería un éxito increíble y que se convertiría en una película amada por muchos. En lo último no se equivocaron, aunque también se puede decir que fue un éxito de taquilla (presupuesto de US$30 millones, recaudación de US$180 millones) y que algunas personas salieron impresionadas de la sala, de una manera positiva. Sin embargo, el sentimiento de que se estaba ante algo grande que luego sería querido no es algo que en su momento pudo captar la crítica porque el filme necesitaba un poco más de tiempo antes de consolidarse como uno de los mejores trabajos del cineasta. Tampoco faltaron críticas sobre la cantidad de violencia y las formas creativas de morir, así como el uso de insultos racistas.

Un legado incomparable

Antes no era común que una película se dividiera en partes; Kill Bill tuvo que hacerlo porque al director no se le garantizó que su proyecto fuera a estrenarse únicamente como una producción de tres horas y media a cuatro de duración. Apenas comenzaba el nuevo milenio, pero ya se creía que iba a ser una historia muy larga para el público moderno, que además podría afectar su desempeño en la taquilla. La desventaja estaba en que al tratarse de una primera parte el público ya sabía que debía esperar algo inconcluso y tal vez carente de un clímax debido a que se trataba de medio relato. Lo que nadie se imaginaba es que tras Kill Bill: La Venganza, Volúmen 2 - 84% habría espacio para una tercera película que nunca llegará de acuerdo con lo que tanto ha repetido Tarantino. El trabajo del cineasta ofreció cosas diferentes como la escena animada en la que se cuenta el pasado de O-Ren Ishii, la cual dio a la historia un aura diferente que no han podido replicar otros a pesar de sus intentos de combinar una producción live-action con la animación.

Ahora que Kill Bill ocupa un lugar tan importante dentro del debate público, es irónico que Tarantino haya hecho la película de acción, que por cierto es un homenaje a los spaghetti westerns y las películas de kung-fu, para alejarse de los filmes con los que empezó a construir su filmografía. Para Kill Bill, quería centrarse en sistemas más contundentes de liberación de presión, violencia y tensión creciente. En este sentido, la película hizo un gran trabajo y además nos dejó una de las imágenes más famosas del cine: Uma Thurman en un traje de motociclista amarillo y su katana, que ya parecían icónicos en 2003 pero ahora son parte del canon de Hollywood y se han quedado grabados en la mente de toda una generación de cinéfilos. Lo mismo ocurre con las secuencias de lucha, especialmente el combate cuerpo a cuerpo entre La Novia y docenas de espadachines Yakuza. La escena es salvaje la primera vez que la ves, pero sigue teniendo un gran impacto cuando se vuelve a ver la película.

El filme sólo recaudó US$70 millones de dólares en los cines locales (US$110 millones a nivel internacional), y la segunda parte recaudó varios millones menos. Tarantino colaboró con la editora Sally Menke, cuya contribución se lleva todos los elogios, especialmente dos veces más antes de su muerte en 2010: cuando trabajó en la parte "Death Proof" de Grindhouse - 83% y luego en bastardos sin gloria. Ambas películas marcaron un regreso al irresistible flujo de diálogos que caracterizan a Tarantino, lo que podría haber sido un alivio para algunos de sus fanáticos de alguna manera, a pesar de que eso no quita la sensación de que con KIll Bill el cineasta se había iluminado para demostrar que puede ser más que escenas extensas de conversaciones llamativas, por decir algo.

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