Tomatazos

Las precuelas son un juego peligroso. Son un tipo de historia difícil de lograr con éxito, incluso más que las secuelas. Las películas que llegan a raíz de una producción original para continuar con el relato a menudo sufren de ser repetitivas, pero las precuelas tienen un problema mucho más complejo: el público ya sabe cómo va a terminar una precuela y por ende ya sabe dónde van a terminar los personajes. Pero la historia tiene que terminar de cierta manera y el hecho de que la audiencia conoce cómo terminará todo en su mayor parte, es lo que hace difícil este tipo de proyectos porque de alguna forma deben ser geniales y sorprender a todos o de lo contrario el interés irá bajando.

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Suele pasar que franquicias conformadas por películas populares llegan a un punto en el que una secuela directa simplemente no es posible y hay varias razones por las que esto podría ser el caso. Tal vez los miembros principales del reparto no están interesados en volver a interpretar sus papeles y desean empezar una nueva era, o simplemente ya no quieren. Quizás la narrativa ya ha sido presentada de manera tan concluyente que simplemente no hay más historia que contar, lo que hace que una película de seguimiento sea innecesaria. También puede ser que esa parte que parece concluir la historia es considerada el cierre perfecto, por lo que insistir con algo más podría eliminar cualquier cosa buena que ocurrió antes.

Rara vez encontramos casos especiales con historias que resultan bien y hasta se vuelven clásicas, pero como todo en el negocio del cine, el mundo de las precuelas es “o aciertas o fallas”, y los títulos de los que le contaremos lo hicieron terriblemente al punto de dejar un sabor de boca tan amargo que hicieron sentir al público que habían destruido algo que era (o sigue siendo) bueno. En general innecesarias, no pudieron lograron producir algo bueno en su oportunidad de ampliar la narración de temas conocidos por la audiencia y quedaron para el olvido, e incluso peor, destruyeron la oportunidad de que estas franquicias sean lo más perfectas posibles.

A continuación, les contaremos cuáles son las precuelas que salieron tan mal que arruinaron franquicias:

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Annabelle

La franquicia El Conjuro ha sido muy bien recibida desde su primera película, pero cuando el estudio decidió explorar el pasado, no resultó bien. En los filmes que retratan los casos de Ed y Lorraine Warren, la estrella emergente fue Annabelle, una muñeca poseída que supuestamente existe en la vida real y causó muchos problemas. Tras el éxito de la cinta se anunció una precuela que explicaría los orígenes de la muñeca y aunque no le va mal en la taquilla, arruinó todo lo que construyeron las otras películas. Si bien El Conjuro afirma estar basado en hechos reales, Annabelle - 29% fue una obra de ficción completa, lo que la hizo menos aterradora por el hecho de deshacerse de ese factor de “realidad” que tanto atrae al público.

El Hobbit: Un Viaje Inesperado

La trilogía El Señor de los Anillos dominó la taquilla (y las buenas críticas) de 2001 a 2003. Las películas tuvieron un éxito masivo básicamente en todas las formas posibles. Nadie se sorprendió cuando se anunció El Hobbit como una película de dos partes, pero las cosas se vinieron abajo rápidamente. Cuando Guillermo del Toro abandonó el proyecto, Peter Jackson volvió a intervenir de mala gana. Luego, se amplió a tres películas que empezaron con El Hobbit: Un viaje inesperado - 64% y sí… era un solo libro. Si bien tuvo éxito financiero, la trilogía no fue tan bien recibida y la mayor queja fue la duración de la serie. Estaba claro que todo era relleno para estirar la aventura y eso fue evidente desde la primera entrada, que causó una muy mala impresión de lo que sería este experimento.

Exorcista: El comienzo

Hubo dos precuelas de El Exorcista, pero una fue desacreditada por el estudio y esta se estrenó primero al ser la “oficial”. Curiosamente, ambos cuentan la misma historia, pero los productores decidieron rehacer toda la película después de sentirse descontentos con la versión de Paul Schrader, que se estrenó unos años después y pasó más desapercibida. Si bien ambas películas merecen un lugar en esta lista, Exorcista: El Comienzo - 11% necesita un reconocimiento especial. No hay razón para hacer secuelas o precuelas del clásico del cine de terror con excepción intentar obtener dinero, pero esta se lleva el honor al haber sido descrita por William Peter Blatty , el escritor de la novela que originó el filme original, como una de las experiencias más humillantes de su vida profesional.

Hannibal: el origen del mal

Las precuelas encabezadas por villanos pueden ser una gran oportunidad para cualquier estudio, ya que invitan al público a enfrentarse a las circunstancias, a menudo trágicas, que transformaron a estos personajes en monstruos. La desventaja aquí es que cuanto más sabes sobre el pasado de un villano, menos misterioso se vuelve y a la vez menos aterrador. Hannibal: El Origen del Mal - 15% ofrece una exploración completa de los orígenes del infame Hannibal Lecter. Se basa en una novela que también fue decepcionante, pero el simple hecho de mostrar un retrato comprensivo de él ya hace que se pierda todo lo que lo volvía aterrador.

Prometeo

Es común que una película nos parezca prometedora hasta antes de verla, pero después… todo es tan diferente. Prometeo - 73% parecía tener los ingredientes necesarios para ser una buena precuela de Alien - El Octavo Pasajero - 97%, con Ridley Scott de vuelta para tomar las decisiones, un elenco estelar y el guión prometía resolver preguntas de la mitología de la serie. Sin embargo, a pesar de estar ambientado en el mismo universo que las otras películas de Alien, Prometeo estaba en su propio mundo con extraños matices religiosos, tramas confusas y diálogos torpes, y su historia proporcionó pocas de las respuestas que los fanáticos esperaban. Lo peor de todo es que incluso nos dejó pensando que era mejor no intentar responder ninguna pregunta.

Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma

Star Wars suma nuevos fans cada día, pero es que el estreno del episodio I debió ser una especie de pesadilla para quienes estuvieron desde el primer día. Imaginen que después de ver la trilogía original los fans esperaron 16 años para ver un nuevo capítulo de la historia, y que ese capítulo fue Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma - 55%. En muchos sentidos, el mayor defecto de esta precuela es que es redundante, lo que significa que el público puede saltar directamente al siguiente episodio sin perderse mucho. No fue la mejor manera de lanzar la trilogía más esperada de todos los tiempos en ese entonces y fue un éxito de taquilla debido a eso, pero causó mucho más daño que beneficio a la franquicia.

X-Men Orígenes: Wolverine

La precuela de Wolverine, X-Men Orígenes: Wolverine - 38%, no fue tanto el éxito de taquilla que Fox pudo haber esperado pero al menos generó unos pocos ingresos. Sin embargo, la primera aparición en solitario de Hugh Jackman como Logan fue ampliamente criticada tanto por fanáticos como por críticos. Las quejas sobre esta precuela incluyen una cantidad exagerada de apariciones tanto de héroes como villanos, efectos visuales de terrible calidad y, algo que aún recordamos, cómo estropea la presentación del personaje favorito de los fans, Deadpool (Ryan Reynolds). La reacción fue violenta y el estudio tuvo que pensar seriamente qué dirección tomar con la franquicia.

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