Tomatazos

En el pasado hemos visto películas que nos hacen preguntar sobre la claustrofobia que, irónicamente, produce la inmensidad del espacio exterior y cómo diferentes realizadores usan los viajes espaciales para hablar de la distancia emocional. Más recientemente, Ad Astra: Hacia las Estrellas - 90% usó un paseo entre estrellas para hablar de una insatisfactoria relación entre padre e hijo mientras que High Life - 73% ofrecía una mirada a la soledad de estar atrapado en una nave. Bueno, pues Cielo de Medianoche - 60% tenía una idea más o menos parecida, pero diametral y catastróficamente pero realizada.

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Dirigida por George Clooney, Cielo de Medianoche - 60%, basada en la novela Good Morning, Midnight (2016) de la escritora estadounidense Lily Brooks-Dalton , sigue los intentos de Augustine Lofthouse (interpretado por el mismo director) por evitar que una nave, originalmente enviada a un satélite de Júpiter para investigar si es habitable, regrese a la Tierra, pues el planeta ha sido desolado por un extraño cataclismo. Mientras intenta comunicarse con el equipo a cargo de esa misión, liderado por Sully (Felicity Jones), se encuentra con una extraña niña que no habla y parece estar abandonada.

Si algunos detalles de la trama no les parecen suficientes para entender de qué va la película, es porque el propio filme jamás los aclara. Fuera de huecos argumentales, que justifiquen elementos claves de la historia, como a dónde son evacuados los últimos humanos de la Tierra justo al principio, y por qué no puede viajar allí la tripulación, el principal problema de la cinta es que no sabe manejar la información, ni enfocar su atención en todos los personajes.

Cielo de Medianoche carece, por completo, de tensión. Al no tener en claro qué clase de cataclismo enfrenta el planeta, ni sus dimensiones o peligros precisos, es difícil compartir la preocupación y entender la motivación del personaje principal para evitar el regreso de la tripulación espacial. Es el equivalente a montar una escena, siguiendo el ejemplo estelar que proponía Alfred Hitchcock para explicar el suspenso, en la que vemos una mesa con dos personas hablando y se nos advierte que debajo de ella hay una bomba en cuenta regresiva, pero sin que ésta nunca se nos muestre. Se nos dice de una supuesta amenaza que jamás vemos o entendemos en repercusiones. Esto provoca una falta de interés en el conflicto principal que el filme no logra superar.

La decisión por omitir detalles probablemente viene de que la cinta no quiere tratar sobre ciencia ficción, sino centrarse en las relaciones humanas. El enfoque de la cinta está en Augustine y su relación con esa extraña niña muda de la que, curiosamente, no se sabe nada. A través de flashbacks se nos dice que siempre ha sido un hombre frío y con problemas para mantener relaciones cercanas. Y, sin embargo, en su esfuerzo por esconder pistas sobre el desastre, la película se olvidó de prevenir que la “sorpresa” del giro de tuerca de estos dos personajes sea obvio. Es perfectamente posible adivinar qué es lo que sucede con la pequeña desde la primera media hora de la película.

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Y luego tenemos a la tripulación. Perfectamente desperdiciados, en el equipo tenemos a actores como Demián Bichir, David Oyelowo, Tiffany Boone y Kyle Chandler sin nada que hacer. Existen unas cuantas escenas en las que cada uno de ellos habla sobre su vida en la Tierra, pero eso se queda en una exposición que no logra conectar. De nuevo, Cielo de Medianoche - 60% nos dice que tenemos que sentirnos de cierta forma por sus personajes y adoptar sus motivaciones, pero jamás nos acerca a ellas de forma significativa ni a través del desarrollo narrativo ni de las imágenes.

El filme presume una secuencia de caminata en el espacio, cuando dos de las astronautas deben reparar la nave desde el exterior, en la que se enfrentan a una lluvia de meteoritos. Tal como seguro pueden adivinar, Clooney levantó para ésta los trucos que le debió aprender a Alfonso Cuarón cuando trabajaron en Gravedad - 96%. Si bien la ejecución tiene la misma factura, aunque se nota un poco más el uso de efectos digitales en esta producción que en la del mexicano, esto es algo que ya hemos visto antes. Y es, por mucho, la parte visualmente más atractiva del filme.

Temáticamente, la película tiene la profundidad de una telenovela. Una vez que adivinen el giro de tuerca no queda mucho más por descubrir. El filme quiere contar una fábula sobre la importancia de la conexión humana, pero lo meloso y obvio del arco del personaje principal le quitan mérito al discurso. En una escena, su expareja incluso se lo dice, en el primer acto, cuando le reclama el poco interés que le demuestra y le dice que su fallido embarazo es sólo otra posibilidad de “forma de vida” como las que él tanto busca y que no sucedió. Toda la emoción que Clooney nos quiere hacer sentir, pero no puede, acaba siendo cursilería barata vomitada sobre el espectador.

Cielo de Medianoche - 60% le quita toda la fascinación a nuestra relación con las estrellas y a la distancia enorme que hay entre nosotros y ellas. Es un relato soso por recargarse en una estructura que da importancia desigual a sus personajes, ofrece poco para interesarse en el conflicto central y cree que basta con escupir en diálogos las emociones de los personajes para tener textura e impacto. Jamás el fin de la Tierra o la posibilidad de conquistar y viajar por el espacio habían resultado tan insípidas.

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