Tomatazos

Una de los estrenos más esperados de este año, era, sin duda, el remake live-action de El rey león - 40%, pues la cinta animada tiene un encanto único que logra a partir de una historia sencilla y bien contada. Razón por la cual, la posibilidad de verla con una animación más realista, emocionaba a los amantes de este clásico de Disney. Sin embargo, las críticas no han favorecido esta nueva pelícua, pues, en su mayoría, consideran que no aporta nada nuevo.

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Si bien es cierto que los remakes que ha presentado Disney han mostrado algunos aspectos novedosos o le han dado un giro a la historia original, como fue el caso de Maléfica - 50%, o incluso El libro de la selva - 95%, que en lugar de basarse al cien por ciento en la película animada decidió tomar más aspectos de la obra literaria de Rudyard Kipling, en el caso de El rey león no había mucho nuevo que añadir; la historia sigue funcionando y aún es vigente.

Es por ello que el director de este nuevo filme, Jon Favreau, decidió mantener la historia ya conocida, que ha marcado a generaciones enteras. De hecho, en la conferencia de prensa que tuvo en la Ciudad de México con el propósito de presentar la cinta, el cineasta mencionó que sentía la necesidad de cuidar este relato que había enamorado a tantos. Desde que asumió el cargo del proyecto quiso preservarlo y así fue.

Así que sí, la historia presentada en esta nueva película es, exactamente, la misma de la versión animada. ¿Está mal? No del todo. No es malo que no quisiera alterar el relato original, pues este es maravilloso. Habla sobre un buen padre que hace todo para proteger a su hijo (que claro, bien pudo haber sido hija) y muere por ello, a la vez, narra el camino que tiene que seguir un joven príncipe para convertirse en rey, y, de esta manera, cuidar y proteger su reino, y, por otro lado, toca aspectos que tienen que ver sobre las responsabilidades que adquirimos con la edad y que, de alguna u otra forma. hay que tomar, aunque dé miedo. Tampoco hay que olvidar que la cinta animada es una adaptación muy libre de Hamlet, la aclamada obra de William Shakespeare , que trata de las desventuras que debe enfrentar el príncipe danés cuando descubre la traición de su tío.

No obstante, aunque la cinta no es tan terrible como dejan ver las críticas, es cierto que tiene problemas, sobre todo uno: al replicar tal cual la historia e incluso algunas tomas y diálogos, por momentos se siente forzada y, al presentar una animación más realista, el filme carece de la gracia y encanto que la variedad de colores y los dibujos le daban a la versión original. Es por ello que sí hubiera convenido adaptar algunos aspectos para este nuevo material.

Sin embargo, técnicamente la cinta es asombrosa, más si consideramos que está hecha por computadora. Gracias a la nueva tecnología lograron capturar la esencia y gracia de cada animal. Quienes se llevan la película, al igual que en la versión animada, son Timón y Pumba, ambos personajes vuelven con el mismo encanto que en el filme original y, además, adquieren otras cualidades gracias al trabajo de la animación fotorrealista. De igual manera, Billy Eichner y Seth Rogen están fantásticos y hacen que estos simpáticos seres cobren vida y provoquen carcajadas.

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En cuanto a la música no hay mucho que decir, es parte fundamental de la versión animada y, por ende, también lo es en este nuevo filme. Las canciones originales se mantuvieron y están bien ejecutadas. Sin embargo, se habló tanto de explotar la voz de Beyoncé Knowles, pero ese gran momento nunca llegó. La cantante sólo participa en dos piezas y no llevan al máximo su gran voz.

Antes del estreno de El rey león - 40%, Favreau aseguró que este no pretendía competir con la versión animada, porque era obvio que perdería. Sin embargo, el resultado final es una cinta que, al presentar lo mismo, sí compite y, por supuesto, la versión de 1994 se lleva la victoria por mucho. El problema con este remake surge desde que se volvió proyecto, no había una necesidad de tener otra película de El Rey León - 91%, porque ya teníamos una que había sentado un precedente: contar historias con temáticas fuertes para un público infantil.

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