Tomatazos

Concluyó diciembre y con él un año que deja tras de sí -hablando en materia de cine específicamente-, tanto gratos como dolorosos sucesos de gran relevancia, así como varias obras memorables para que le recordemos. En lo tocante al cine nacional, y como hemos venido publicando desde que el 2018 inició, hubo momentos destacados y otros que sencillamente se desearían olvidar. Y esto aplica -según sea el caso- a muchas de las producciones mexicana que lograron -no pocas veces con muchos esfuerzos- alcanzar su estreno comercial y llegar al gran público.

Sin más, pasemos a ver lo que un grupo de críticos invitados opina sobre nuestro cine estrenado al final del año.

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Yesenia Torres - Periodista. Ha trabajado en Canal 22 y RCN. Colabora en Revista Encuadres y Revista Icónica.

Perfectos Desconocidos - 55%

La versión de Perfectos Desconocidos de Manolo Caro es el nuevo remake en estrenarse basado en la obra original escrita y dirigida por el italiano Paolo Genovese. Actualmente se encuentran en puerta una versión alemana, sueca, brasileña, rusa y polaca, y la versión original y la francesa son las más conocidas, al igual que la española dirigida por el reconocido director Álex de la Iglesia, la cual obtuvo un enorme éxito comercial.

No es de sorprender que el guión haya sido vendido tantas veces para tener una adaptación a cada nación en la que se puedan incluir todo tipo de modismos según el país. Su trama es universal y ante todo, es temporal y contemporáneo del mismo modo que lo fue El Ángel Exterminador - 95% de Luis Buñuel estrenada en los años 60, cuando un grupo de amigos burgueses terminan por colapsar entre ellos cuando no pueden escapar de la desgracia y de aquella mansión en la que se encuentran atrapados y los lleva a sumergirse en lo más profundo de sus miedos.

En Perfectos Desconocidos, los invitados son convocados a una cena para conocer a la novia de su amigo al que creían soltero y la cual nunca llegará. Enviciados por la atención a su llamada “caja negra”, la dueña de la casa propone que todos pongan su celular al centro de la mesa y cada llamada o mensaje que llegue se leerá públicamente. Insisto, el drama de la historia es universal pero el hilo conductor es postmoderno.

Resulta casi imposible no comparar la versión mexicana con la de Álex de la Iglesia. Muchas pueden ser las razones: la primera sin duda tiene que ver con el legado hispanoparlante y la segunda, porque la primera fue producida y distribuida por Cinépolis y la segunda la puedes encontrar actualmente en su plataforma. En otras palabras, ambas versiones son accesibles y están destinadas a llegar al público de masas.

De la Iglesia ha perseguido los toques grotescos y hasta místicos que bien se pueden admirar en sus filmes; mientras que Caro tiene bien definidos sus estilos y actores, aunque más que de director, son de publicista. El trabajo de Manolo Caro es ambicioso y no por eso lo hace malo. Trabajar con los mismos actores sin poder sacar lo mejor de su talento debería importarle más que la paleta de colores que elije su directora de arte.

Así, la dirección actoral en Perfectos Desconocidos es un desperdicio del gran elenco que logró reunir: Cecilia Suárez, Bruno Bichir, Mariana Treviño, Ana Claudia Talancón, Miguel Rodarte, Manuel García Rulfo y Franky Martin. Por otro lado, lo que resulta bastante apreciable de esta cinta es el movimiento de la cámara. Una silla queda vacía y al final parece que el espectador es el octavo comensal, lo cual no sucede en la versión española.

Aunque la cinta pueda tener aciertos en diseño de arte, edición y musicalización, la atención central se desarrolla en la conversación que los amigos tienen en la mesa por lo que el trabajo actoral se ve un tanto rezagado.

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Mishel Luna - Crítica de cine y ex redactora en Tomatazos.

Diciembre nos trajo un último exhalo del 2018 con diversas producciones mexicanas. Para esta ocasión he decidido dividir el análisis de algunas de las películas estrenadas con el único fin de encontrar un orden para cada tipo de cine tomando en cuenta también los estrenos de una famosa plataforma de transmisión streaming. A continuación, presento un pequeño análisis de Ayotzinapa, El paso de la Tortuga, El Buen Cristiano, Potentiae, Acusada - 60%, Roma - 99%, Mi pequeño gran hombre y Perfectos Desconocidos - 55%.

DOCUMENTALES

Ayotzinapa, El Paso de la Tortuga: Escrita y dirigida por Enrique García Meza con la co-producción de Guillermo del Toro. Si bien este documental se estrenó hace unos meses en algunas proyecciones públicas organizadas por el festival de cine documental Ambulante 2018, fue en el mes de diciembre cuando se puso al acceso del público por medio de la plataforma de servicio streaming, Netflix. Este proyecto muestra una situación bastante fuerte para la sociedad en México al menos en la última década, y se trata de la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero. A pesar de que se han realizado diversos productos que se refieren al tema, incluidos otros documentales, reportajes y demás investigaciones, esta película hace una recopilación de archivos al respecto, así como la reunión de declaraciones de familiares y compañeros de los afectados, vídeos y audios de las víctimas que funcionan como apoyo para que el espectador, de alguna manera, logre una cercanía con las mismas. La cinta funciona de manera adecuada como medio informativo tocando el corazón de quienes han seguido de cerca estos hechos. Sin duda, Ayotzinapa, El Paso de la Tortuga es una película puramente explicativa que recoge todo lo que hubo detrás de la poca información en los medios de comunicación sobre este caso.

El Buen Cristiano: Una ópera prima que surge del talento del Centro de Capacitación Cinematográfica. Eso es este documental que la cineasta Izabel Acevedo realiza en una época en la que las sociedades de distintos países podrían identificarse. Lo que hay detrás de El Buen Cristiano es un verdadero contraste con el título de la cinta, pues presenta la audiencia del dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt realizada en 2013. Aunque podría parecer algo que hemos visto antes en otros documentales, la cineasta no enfoca su mirada únicamente en el juicio de un genocida que por años quiso cubrir sus actos con el nombre de Cristo; sino que, lleva de la mano a los espectadores hacia diversas perspectivas de la guerra que atormentó a Guatemala. Más allá de mostrar valiosos archivos, Acevedo consigue una narrativa neutral, en la que no busca ir a favor o en contra de alguno de sus personajes permitiendo que sea el espectador quien se formule sus propias preguntas, llegue a una conclusión y decida a quién creerle. Sin duda, El Buen Cristiano es un documento social muy valioso, sin embargo, es una producción que funciona mejor como producto informativo e incluso histórico, pues para quien disfruta del entretenimiento (que también se puede encontrar en el cine documental), esta película podría resultar algo pesada. Es por eso que debemos tomar en cuenta que la cinta no fue planeada originalmente para proyectarse en salas, sino en festivales y eventos especiales. El elemento que en esta ocasión aplaudimos, además de la ya mencionada narrativa, es la música compuesta especialmente para esta producción.

Potentiae: A diferencia de los dos documentales mencionados líneas arriba, Potentiae, de Javier Toscano, es un largometraje más abierto al público en general. Tiene una narrativa muy particular, pues al tratarse de la vida cotidiana de personas discapacitadas el director hace a un lado los testimonios hablados e invita a sus espectadores a observar la vida de diferentes personas con ciertas limitaciones siendo ellos quienes narran, de modo alguno, su día a día mostrando que llevan su vida como cualquier otra persona siendo autosuficientes. Toscano logra hacer a un lado los sentimentalismos y muestra su propia visión de la equidad. El valor de esta producción se encuentra en que los protagonistas de la misma van contando su historia. A lo largo de la cinta son ellos mismos quienes demuestran que llevan una vida normal, despiertan, se asean, se arreglan, practican algún deporte y trabajan. Potentiae es una invitación a no victimizar o caer en el error de minimizar las habilidades de quienes tienen que vivir con alguna discapacidad. Aunque la cinta corre con cierto tono, en algún momento llega algo de confusión para el espectador cuando todo se va a otra dirección llevándonos a una escena final llena de simbolismos, buscando que quien mira la película sienta empatía con los protagonistas.

FICCIÓN

Acusada: Dirigida por Gonzalo Tobal, ésta es una cinta argentina co-producida en México. La película presenta a los personajes principales desde el primer momento y cada minuto es aprovechado para mostrar la premisa y entender lo que está pasando. La protagonista, Dolores Dreier (Lali Espósito), es la única sospechosa del asesinato de su mejor amiga; todos los indicios la señalan a ella. Aunque es una historia que no aporta algo del todo nuevo, maneja altas y bajas en el guión haciendo que el espectador saque sus propias conclusiones sobre el asesinato. Lo que hay que destacar de la película son las interpretaciones, pues cada actor le da vida a su personaje de tal manera que se comprende cada una de las etapas por las que van pasando y se entienden sus acciones; aunque la protagonista es Dolores, una adolescente que vive la vida como cualquier otro joven, sus padres tienen un lugar muy importante en la historia. Algunos de los elementos externos al núcleo de esta historia que son importantes destacar son el lugar de los medios de comunicación ante un caso de este tipo, mismos que en varias ocasiones se dejan llevar por los juicios de valor, o en el caso del periodista interpretado por Gael García Bernal que debe tener una postura neutra durante la entrevista con tal de comunicar la verdad, aunque esto lo haga parecer que está juzgando a la acusada. Por supuesto no podemos dejar de lado el manejo de las leyes, la imagen pública y sobre todo lo social, es decir, ¿cuál es la actitud de la gente que rodea a la protagonista al ser sospechosa de asesinato? Por supuesto, no nos podemos olvidar de esos pequeños toques simbólicos con la presencia de ciertos animales en particular, así como el abandono psicológico (por llamarlo de algún modo) y la presión hacia un menor de edad. Aunque Acusada toca temas fuertes, es una cinta que vale la pena ver para todo aquel que gusta reflexionar por medio del cine.

Roma: Si bien la más reciente película de Alfonso Cuarón logró llegar a la pantalla grande en noviembre causando revuelo entre quienes querían ver la película en una sala de cine a como diera lugar, su estreno oficial en Netflix fue en diciembre, trayendo una ola de espectadores que prefirieron esperar su aparición en la plataforma de servicio streaming para disfrutarla desde la comodidad de su casa. Es innegable que nos encontramos ante una obra cinematográfica bella. A pesar de contar con un guión simple y presentar una historia que bien podría escucharse en cualquier esquina, en la calle o incluso durante un viaje en el transporte público, el valor de la cinta se encuentra en el conjunto de cada parte de la producción. El diseño sonoro nos lleva a las calles de la Ciudad de México, la fotografía es un viaje nostálgico, la dirección de arte de Eugenio Caballero (responsable del mismo puesto en El Laberinto del Fauno - 95% y Un Monstruo Viene A Verme - 87%) transporta a la década de los 70 y hace que hasta el detalle más sencillo brille ante los ojos del espectador. Un elemento clave, y a la vez controversial entre algunas personas, es la magia de los no actores, principalmente la de la protagonista Yalitza Aparicio quien logra reflejar la inocencia de su personaje. Sin duda, no podemos olvidar el pequeño homenaje que hace Cuarón a los viejos y grandes cines de la Ciudad de México, su manera de mostrar como protagonista a alguien que la sociedad pocas veces voltea a ver y las tantas referencias que hizo a sus propias películas a lo largo del filme.

REMAKES

Mi Pequeño Gran Hombre: Sin duda, 2018 trajo muchas versiones mexicanas de películas que han tenido su lugar en diferentes países con su propias producciones. Muchas de las veces que un remake se hace en México, el resultado final no es del todo favorable, tal es el caso de Mi Pequeño Gran Hombre, basada en la película argentina llamada Corazón de León protagonizada por Guillermo Francella bajo la batuta de Marcos Carnevale. ¿Qué está mal en la versión mexicana de esta historia que ha tocado tantos corazones? Jorge Salinas. A pesar de ser uno de los actores más reconocidos en la televisión mexicana, su interpretación no es convincente. En el momento en el que su personaje debe ser un conquistador tiene más un aire de un “don Juan” mal logrado. La historia original ya tiene sus puntos absurdos como el hecho de aceptar saltar de un paracaídas con un completo extraño, pero la película de Carnevale tiene a un protagonista que sin ser un galán es adorable y conquistador. La versión mexicana tiene malas interpretaciones actorales, no podemos culpar solamente a Salinas, sin embargo, la razón podría ir más allá del trabajo de los actores, ¿será que el problema está en la dirección de los mismos? Es difícil pensar que esta cinta está a cargo de Jorge Ramírez Suárez, responsable de Guten Tag, Ramón - 100%, no obstante, esto parece probar que lo suyo son los proyectos propios y no los de encargo. Después de varias versiones de esta película, ninguna ha igualado la recepción de la argentina, ni siquiera la francesa (Un Hombre a la Altura - 38%). En este caso la protagonista femenina interpretada por Fernanda Castillo ofrece más elementos para conocerla, ver más rasgos racistas de ella en su vida diaria para comprender su situación más adelante, por lo que esto fue la nueva propuesta que pudo tener un buen resultado. Quizá el único punto que se podría rescatar de esta cinta es su selección musical.

Perfectos Desconocidos: La película de Manolo Caro, producida por Cinépolis, también tiene sus errores, pero no tan catastróficos como otros remakes que se han hecho en México. Si bien respeta la premisa de la película original (Perfetti Sconosciuti), Caro ofrece un pequeño giro con su elenco, ya que procura hacer que cada personaje cuente con un estereotipo perfectamente visible y definido, seguramente guiado por los personajes de la Commedia dell’Arte. Dentro de este mismo aspecto es importante reconocer la teatralidad con la que se dirigió cada escena, es decir, la entrada y salida de personajes, así como la interacción entre los mismos, aunque hay momentos en los que las actuaciones llegan a ser demasiado viscerales. Es innegable que la estética es uno de los elementos positivos de la cinta, tal como la dirección de fotografía y la edición, pero la recepción neutral de Perfectos Desconocidos tanto de la audiencia como de los críticos nos lleva a pensar en que dejó mucho qué desear; algunos expertos la describieron como una adaptación regular que, aunque mantiene la esencia de la historia escrita por Paolo Genovese, demuestra el desgaste de la fórmula. Por otro lado, parte del público ha dejado en claro su preferencia por la película española dirigida por Álex de la Iglesia. Finalmente, esta comedia oscura mexicanizada (o comedia de terror, como la ha llamado Manolo Caro) cumple con el objetivo principal del cine: entretener.

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Gerardo Gil Ballesteros - Periodista y crítico de cine. Catedrático en el CECC, Universidad Intercontinental y Cinespacio 24.

Reygados vs. Higaredos

Diciembre mes complicado para los estrenos de cine nacional. Última etapa del hollywoodazo nuestro de cada día, el espacio que los blockbusters de vacaciones dejan a filmes naciones se reducen de manera significativa. Sobreviven las muestras más comerciales. Lo anterior no quiere decir que propuestas de mayor contenido no tengan salida. La hay, aunque de manera casi marginal.

Y la reciente temporada decembrina es un claro ejemplo de la convivencia entre estos dos tipos de cine. Uno, con miras en la taquilla y un público adormecido por la televisión, otro, de sensibilidad mayor y la búsqueda constante de un entretenimiento que deje algo más que un mero entretenimiento pasajero. La eterna lucha de los reygados contra los higaredos.

Cinco películas pueden servir de ejemplo. Dos taquillazos, un filme que se metió en la agenda nacional. Y dos propuestas que estarán en el recuento del año que recién terminó, pero su corrida comercial estuvo en el mejor de los casos en el sector alternativo.

Dos apuntes antes de iniciar esta lista dividida en dos y que ve el 2018 con resultados regulares en la formación de públicos, aun ahogados en el consumo de cine comercial: los filmes seleccionados son una muestra significativa del fenómeno que se analiza, ya que en los circuitos alternativos algún filme espera con paciencia, cual automovilista en gasolinera, a ser estrenado en más pantallas.

Higaredos.

Mi pequeño gran blockbuster fue la comedia Mi Pequeño Gran Hombre (Jorge Ramírez Suárez, 2018) adaptada de dos remakes: La argentina y versión original Corazón de León (Marcos Carnevale, 2013) y la francesa Un Hombre a la Altura (Un homme à la Hauteur, Laurent Tirard, 2016).

En el primer caso, el protagonista es el sólido Guillermo Francella. La versión francesa no se queda atrás y la protagoniza Jean Dujardin. A grandes rasgos, la historia es sobre una mujer que se enamora de un encantador millonario, pero chaparrín sujeto. La chava –empoderada e independiente, pa’ que no digan-, debe superar los prejuicios sobre el tamaño de su caballero de baja estatura.

La versión mexicana la protagoniza Jorge Salinas, que no es Dujardin pero hace lo que puede y le da cierta altura y dignidad a su trabajo. El problema radica en que la comedia –distribuida por Videocine- sigue el canon sello de la casa: una narrativa televisiva que le apuesta en la edición y ritmo al público prófugo de la televisión más comercial.

Jorge Ramírez Suárez, quien en 1995 tendría una colaboración con la entonces Televicine al dirigir Morena, se ajusta a las necesidades de la empresa de las barras y las estrellas y el resultado es una versión descafeinada de la idea original. Lo cual no implica que este filme, no haya sido un éxito en taquilla, los resultados que arrojó Canacine en la semana de estreno del largometraje fueron de 14 millones 68 mil pesos recaudados. Pero la película fue víctima de los estrenos decembrinos; al iniciar este año, ya no se encontraba en el Top 10. Y superhéroes y vochos parlanchines dominaban la lista.

Curioso asunto, otro remake resultó uno de los grandes éxitos de este mes: Perfectos Desconocidos, del hábil para la taquilla Manolo Caro. La lista de filmes que preceden este largometraje es larga. Hay una versión italiana, la original de Paolo Genovese y otra española dirigida por Álex de la Iglesia. Y se preparan o estar por estrenarse más versiones de distintos países.

Caro tiene un público cautivo que lo ha seguido en sus diferentes trabajos fílmicos: La Vida Inmoral de la Pareja Ideal - 67% y Elvira, Te Daría Mi Vida Pero la Estoy Usando - 67%, son dos ejemplos. Además claro de su telenovela condechi, La Casa de las Flores - 90%. Su cine es de clara fórmula comercial y de receta probada.

Y de esto no huye su versión de Perfectos Desconocidos o lo que es lo mismo Sexo, Pudor y Condesa. La película, es un claro ejemplo del clímax timbiriche, que sabe a quién va dirigido. Es remake en forma sí, trabajo casi de franquicia, pero el director no le niega a su público, al que conoce a la perfección, el estilo que quiere ver.

Perfectos Desconocidos, con Cecilia Suárez y Bruno Bichir, -además de un gran elenco para citar a los clásicos- como la gran mayoría del prolífico Caro, es un latte con cereza, preparado con una fórmula más que probada y para gustos simplones. Sin embargo, el director en lo suyo es especialista y a pesar del empalago, por momentos la bebida resulta sabrosa.

La historia sobre un grupo de amigos a punto de dejar la chavorruquez y que deciden en una cena ver los celulares ajenos, en la segunda semana de este 2019, se encuentra todavía en el Top 10 de la taquilla.

Estrenada el pasado 25 de diciembre, en su segunda semana de exhibición tenía un acumulado de 95. 8 millones de pesos.

La fórmula para la taquilla, parece filmes de probado éxito para ser adaptados o bien, recetas fílmicas que le apuesten a la narrativa televisiva.

Reygados

A pesar de lo anterior, el cine nacional no se ahoga en las propuestas comerciales, ya que hay un público que demanda filmes de mayor propuesta. Y el fin de año, vaya que tuvo asuntos interesantes.

La lista puede iniciar con El Buen Cristiano (Izabel Acevedo, 2016). Documental sólido en su narrativa, que relata las consecuencias sociales y políticas de la dictadura del cruel y ratonil José Efraín Ríos Mont en Guatemala que inicia con un golpe de Estado en 1982.

Dos visiones se contraponen ante la pantalla en este filme, los victimarios, todos seductores, amables y elegantes y las víctimas, sobrias pero directas ante la lente.

De narrativa fílmica impecable, El buen cristiano, a pesar de dar voz a las dos versiones, nunca pierde la perspectiva de los hechos ya históricos. La lente es una mirada indiscreta del dolor y el cinismo que se contraponen. Más allá de ser un testimonio documental, la película es un probado ejercicio fílmico de ritmo y clímax impecable.

Por supuesto, merecía más pantallas, pero en medio de la locura decembrina por los filmes de superhéroes su estreno –producción del CCC- si no marginal, si fue digamos selecto.

Otro estreno que vale la pena destacar, y que de hecho se pudo ver antes en algunos Festivales de cine, como el de Morelia en su edición 13, es La Casa más Grande del Mundo (Ana V. Bojorquez, Lucía Carreras, 2015). Rocío, una niña guatemalteca que vive en las montañas, debe superar sus miedos y cuidar al rebaño de ovejas, mientras su madre está a punto de dar a luz.

El filme funciona por varias razones, pero sobre todo por la naturalidad de los protagonistas y una ligera y sencilla metáfora sobre la niñez y la valentía. Coproducción con Guatemala, hay una dulce profundidad en el relato. Una referencia de este largometraje podría ser Dónde Está la Casa de mi Amigo (Abbas Kiarostami, 1987).

Y para concluir, no podemos dejar de incluir a la multimencionada Roma - 99% (Alfonso Cuarón, 2018). Su estreno en pantallas, las menos ya que los exhibidores se pusieron sus moños, el 21 de noviembre, el filme, que ha callado las bocas de los escépticos llegó a la plataforma Netflix, el 14 de diciembre. Lo cual pone a discusión las opciones que tiene el cine nacional para su mayor difusión.

El filme, cuenta la historia de una familia de clase media alta en la colonia Roma, la relación con Cleo (Yalitza Aparicio) y las penurias de esta ante el abandono.

Mucha tinta ha corrido y correrá en torno a este filme. La clase media en México, sobre todo a últimas fechas, no ha sido bien retratada, pero la película de Cuarón, logra captar y entender el naturalismo narrativo, que en la vida de sus personajes vive y se sostiene en la dirección de arte.

La pequeña historia que se sirve de esta familia y los eventos previos a la matanza del halconazo, el 10 de junio de 1971 transitan en el largometraje. Pero sobre todo, la legitimidad desde donde parten los puntos de vista.

Roma se puede ubicar en el punto medio de la lista: manufactura comercial y propuesta sólida cinematográfica. En la mayoría de los casos, la clase media legítima, verídica o artificial, como escenario de fondo.

Diciembre, mes de contrastes dentro del cine nacional. Y la deuda pendiente: la formación de públicos.

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