Tomatazos

La segunda enmienda de la constitución estadounidense fue creada cuando la nación recién se había independizado de dominio británico. La idea de esta enmienda es básica: que la ciudadanía tenga el derecho a defenderse, a su familia y a su tierra en caso de una amenaza interna o foránea. A la fecha este artículo se mantiene como la base para que en varios estados de la unión americana los ciudadanos puedan conseguir legalmente armas de fuego, esto solo tras pasar diferentes filtros en los que se investigan antecedentes penales y psiquiátricos. El derecho de todo ser humano a defender su vida es un tema controversial en Estados Unidos y uno de los puntos más recurridos en las guerras culturales actuales. Para algunos, tener un arma a la mano es un derecho tan básico como el derecho a la educación y a la salud, para otros esto es reflejo de una mentalidad obsoleta y anacronista. Para los liberales las armas son un problema, para los conservadores no lo son, pero aquí también entran chivos expiatorios a los que se busca acusar de ser los causantes de la violencia en la sociedad, sean juegos de video o películas.

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El tema es bastante complejo, pero en la actualidad los debates serios y sobrios brillan por su ausencia y todo se resume a descalificaciones en redes sociales entre izquierda y derecha. El estreno de Deseo de Matar - 23% de Eli Roth, remake del Vengador Anónimo - 27%, llega en un clima político sumamente tempestuoso en la mayor potencia del mundo. La crítica no fue nada sutil y sus reseñas de la reciente estrenada cinta descargaron con furia sus opiniones respecto al tema de las armas y cuestionaron la oda al vigilantismo que profesa la historia. En su momento la original protagonizada por Charles Bronson también causó controversia. Aquella historia transcurría en una ciudad de Nueva York con altos niveles de delincuencia y asesinatos, algo similar a lo que ocurre ahora en Chicago, donde transcurre la historia del remake. Así como Bronson en su momento, Bruce Willis es una estrella de acción veterana en decadencia que no ha logrado tener un éxito en la cartelera estadounidense en mucho rato y que busca revivir su carrera con algo similar a lo que ha hecho en el pasado.

La cinta original se basaba en una novela y el autor de esta denunció a la cinta como una glorificación de la violencia y del ojo por ojo. Ambas cintas operan entonces como fantasías de una sociedad de clase media harta de la incompetencia de las autoridades, harta de que a los delincuentes se les trate como victimas. La realidad es que difícilmente se puede esperar una reflexión pensada sobre la violencia y la venganza de un realizador como Eli Roth, quien definitivamente no es un Chan-wook Park Roth busca emociones netamente viscerales con solo la más escueta reflexión posible sobre las consecuencias de la violencia en un ser humano. El remake es quizás una efectiva mancha de Rorschach, en la que el espectador verá reflejada sus particulares posturas políticas. La cinta se encuentra en este momento en tercer lugar en la taquilla del vecino del norte y llegará a México este fin de semana. Esto es lo que la crítica ha dicho, una vez más, en su mayoría se han dedicado a atacar la premisa más que en fijarse en la ejecución de la misma, así que tómenlo como un grano de sal lo que dicen los críticos quienes en su mayoría son de tendencias de izquierda. Este tema de matar criminales en las calles causará mucha ampula en Estados Unidos, pero definitivamente en un país como México la idea se recibe de manera más abierta y es que los indices de violencia y crimen de esta nación han hecho que ya varios ciudadanos se armen para enfrentar la amenaza diaria que representa la delincuencia desatada. Dicho sea en otras palabras, cada quien sacará sus propias conclusiones de la cinta de Roth.

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