Tomatazos

La primera película de Akira Kurosawa a color, Dodes’ka-Den, fue un fracaso comercial, el realizador perdió el apoyo económico de los estudios nipones. La depresión llegó y con ello incluso los deseos de quitarse la vida, algo que un hermano de Kurosawa ya había hecho en el pasado al ver su carrera de “benshi” (narrador de cintas silentes) desvanecerse con la llegada del cine sonoro. Sin embargo, la carrera y vida del director aún estaban lejos de terminar.

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Las vivencias del explorador ruso Vladimir Arsenyev, sus viajes por la tundra de Siberia y su amistad con un cazador nativo conocido como Dersu Uzala, habían captado la atención de Kurosawa años atrás. Eventualmente surgió la oportunidad de realizar dicho proyecto, gracias a un estudio soviético que le ofreció al realizador la oportunidad. Kurosawa, como buen purista, deseaba filmar la historia en los territorios que el explorador había descrito con su pluma. El resultado final fue el retorno triunfal del director de Los Siete Samurais - 100% al séptimo arte, algo que le valió elogios de varios críticos y el Óscar a mejor película extranjera en 1976.

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Douglas Pratt, DVD Laser:

Una aventura sumamente envolvente y efectiva con el toque del maestro Kurosawa.

Steven D. Greydanus para Decent Films Guide:

Una amistad inusual entre dos hombres que, a pesar de no poder comunicarse por medio del idioma, encuentran varias cosas que respetar y admirar uno del otro.

Dan Lybarger para Nitrate Online:

La épica de Kurosawa es ambiciosa y llena de detalles pero peca de ser un tanto didáctica.

Brian Gibson para Vue Weekly:

Cada escena de la cinta, cada momento de sus 140 minutos de duración, es como una obra de arte que ha pintado Akira Kurosawa.

Algunos críticos no fueron tan receptivos a lo hecho por Kurosawa. Tal es el caso de Chuck Rudolph para Matinee Magazine:

A pesar de la belleza de la plástica utilizada no se puede ocultar el problema de tener personajes y actuaciones sumamente aisladas e impersonales.

Richard Eder para el New York Times secunda:

Los episodios del segundo acto se siente redundante y aportan poco o nada a la narrativa establecida al inicio de la cinta.

Mismo caso el crítico Gary Arnold para Washington Post:

La película peca de gran ingenuidad al glorificar en exceso a su protagonista como un héroe mítico del folclor local.

Remata Dennis Schwartz:

Se siente más como una película ligera de Disney, una que no exige demasiado del espectador.

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