*Apta para niños de 7 años en adelante y para toda la familia.
Mi Papá es un Gato - 12% inicia con un tema de adultos: un hombre de negocios, Tom Brand (Kevin Spacey ), está detrás de la construcción de un rascacielos en Nueva York, el cual se convertirá en el más alto del mundo; sin embargo, en Chicago otros empresarios hacen lo propio y se desata una especie de competencia por ver quien logra el edificio de mayor altura.
El mensaje principal de esta parte de la trama está dedicado a los papás, debido a que el personaje de Spacey, en su afán de ser mejor en sus negocios, se olvida por completo de su esposa (Jennifer Garner) y, aún más grave, de su pequeña hija Rebecca (Malina Weissman).
La niña está a punto de celebrar su cumpleaños y lo único que desea como regalo es un gato; surge así el tema del egoísmo en los adultos, ya que estos animales no son del agrado de Tom, quien de hecho no tiene mucha idea sobre los gustos de su hija. Cuando finalmente decide cumplirle su deseo a la niña y comprar un gato, Tom más bien está a punto de recibir la lección de su vida: después de un accidente queda atrapado en el cuerpo del gato, mientras que el suyo permanece en coma.
Así es como Mi Papá es un Gato comienza a brindar un espectáculo enfocado en los niños, al “deshacerse” de Spacey y hacer del gato el verdadero protagonista, ofreciendo un humor bastante ligero e involucrando más a Rebecca. Aunque cabe advertir que la relación entre Tom y su hijo mayor (Robbie Amell) provoca momentos un tanto oscuros, ciertamente el mensaje final tiene que ver con la importancia de permanecer siempre apegados a la familia.
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