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La trilogía más reciente de Star Wars, protagonizada por Daisy Ridley y Adam Driver, se mantendrá como uno de las más complicadas dentro del canon y entre los fans, quienes tardarán años en tomar una postura absoluta sobre sus entregas. Star Wars: El Despertar de la Fuerza - 92% reanimó a aquellos fanáticos que llevaban años esperando una nueva película de la saga que justificara una nueva ola de proyectos. Por desgracia, la emoción duró poco, pues lo que tuvo un arranque fuerte con personajes interesantes se convirtió en campo de batalla entre los guionistas, los productores y los propios seguidores. Esto hizo que ciertos protagonistas como Finn terminaran en una trinchera muy distinta, algo que causó muchísima frustración a John Boyega.

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Nadie puede olvidar los primeros segundos del tráiler de Star Wars: El Despertar de la Fuerza, pues rápidamente subvertía todas las expectativas del público al enfocarse en un Stormtrooper y mostrarnos al hombre dentro del traje, que además era de raza negra y se presentaba como un rebelde. Hay que recordar que los Stormtrooper son soldados sin rostro que básicamente sirven para hacer montón en la guerra y que se convirtieron en blanco de burlas entre los fans debido a su mal tino. En otras palabras, no había mucha relevancia en su existencia más que la que convenía al guion de cada entrega.

John Boyega sabía que cambiar esta perspectiva no sólo era un reto, también podía demostrar que Star Wars tenía todavía mucho por ofrecer a nivel narrativo. Como era de esperarse, tristemente los ataques racistas llegaron, pero todo parecía valer la pena por tener a un héroe así en una franquicia de este calibre. El asunto es que, al igual que con otros personajes, los encargados de la trilogía no supieron qué hacer con Finn y les fue fácil sacrificar su evolución para enfocarse en una relación más convencional (y francamente fuera de lugar) entre Rey y Kylo.

Si en Star Wars: El Despertar de la Fuerza teníamos a Finn como un rebelde que estaba dispuesto a quebrar el sistema en el que creció, en Star Wars: Los Últimos Jedi - 91% lo vemos vagando entre historias poco relevantes luego de despertar de su conveniente coma y de unirse a Rose, interpretada por Kelly Marie Tran, quien también sufrió abusos constantes de parte del público. Al alejar a Finn de la historia principal con Rey, el personaje sufrió mucho porque pasó de ser un protagonista activo a un héroe secundario que contó con pocos momentos para él.

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Aunque John Boyega siempre va a agradecer la oportunidad que significó formar parte del mundo de Star Wars, el actor también reconoce que pasó por más problemas que beneficios y no tiene muchas ganas de regresar para otras entregas. El personaje de Finn se mantiene activo en otros formatos, como las novelas y los videojuegos, y el intérprete cree que ahí está más seguro que en live action, al menos de momento. Boyega no puede olvidar la frustración que sintió al ver a Finn maltratado por los guionistas, quienes minimizaron su presencia poco a poco; además de tener que aguantar el racismo constante de los medios y el público que se dice fan de Star Wars.

En entrevista con The Daily Beast, Boyega explicó sus emociones ante lo sucedido con Finn y la desagradable sorpresa que se llevó al ver su importancia reducida en las secuelas, en especial porque se le había prometido que él sería el nuevo rostro de Star Wars. En otra charla con SiriusXM (vía The Playlist) el actor criticó la tendencia de promocionar una película a partir de los actores de color que salen y que luego resultan no ser tan importantes:

Incluso si quieres eliminar la raza, solo desde una perspectiva comercial, no, no prometas algún [personaje] negro, ¿sabes lo que eso le hace a las personas negras? ¿Saben cómo lograron que todos se motivaran con Black Panther? No comercializaron a un actor negro como cebo y luego lo cambiaron. No lo hacen con actores blancos. No lo hacen. No. Así que no creas que puedes tener este conjunto de habilidades en el que vas a poner a todos con ciertas etiquetas. Tienes a las personas blancas y a las personas negras emocionadas. Y luego las vemos y ellos salen durante cinco minutos. Mueren al principio, o son los mejores amigos.

John Boyega considera que poner como cebo la presencia de un actor de color, ya sea negro, latino, etc., es un movimiento despreciable que termina por decepcionar al público. Esto definitivamente fue algo que sucedió con Star Wars: El Despertar de la Fuerza, pues en su momento los fans se emocionaron cuando se dieron cuenta que una mujer y un hombre negro serían los grandes protagonistas. Es peor si pensamos que la idea se vendió así al propio actor para que aceptara el rol con la esperanza de aportar al canon algo nunca antes visto, que al final decidieron no apoyar para no molestar a ciertos sectores de fanáticos más cerrados.

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