Tomatazos

Puede que muchos no puedan superar el final de Game of Thrones - 83%, pero eso no le quita nada al gran estatus que tiene la serie dentro de la historia de la televisión. El título no sólo se convirtió en una de las piezas claves en el renacimiento del formato, también demostró que el público sí está listo para comprometerse a largo plazo con una historia que a veces puede sentirse complicada o muy ramificada. Sin embargo, hay gente que ahora sólo puede ver la serie desde el odio y eso es algo que George R.R. Martin no logra comprender, pues le parece que el fanatismo tóxico es el peor de los resultados.

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Cuando Game of Thrones se estrenó en 2011 marcó un cambio importante para la televisión. HBO siempre fue considerada una cadena que tomaba riesgos con sus títulos, pero más allá de su narrativa o de las escenas de violencia y sexo que consideraban necesarias, el verdadero peligro era la inversión para crear algo que bien podría no gustar al público. La saga de libros contaba con sus seguidores, pero la historia todavía no era tan popular ni pública. Las cosas resultaron bien desde el primer episodio, pero el gran problema que todos sabían que sucedería se cumplió más rápido de lo esperado.

George R.R. Martin lleva años posponiendo el próximo libro de su saga y es por eso que la serie llegó a un punto en el que ya no tenía bases literarias para continuar y los productores comenzaron a trabajar desde otro punto. El cambio fue evidente, pero con Martin de respaldo y conociendo el final de su propia historia se esperaba que GoT terminara de manera magistral. Cuando esto no sucedió, el público simplemente no pudo perdonarlo y buena parte del fandom se vino abajo en los meses que siguieron al estreno del último episodio.

La gente seguirá discutiendo el verdadero valor del final. Para algunos nunca será más que un desastre, mientras que para otros la idea estaba bien planteada pero fue mal ejecutada. Los creadores ya querían terminar el programa y los protagonistas esperaban el cierre para poder dedicarse a otros proyectos, a los que justamente llegaron por la fama de Game of Thrones, así que todo se sintió muy apresurado y lejano a esos primeros capítulos que tanto dedicaban tiempo y espacio al desarrollo, motivaciones y políticas de cada personaje.

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Estas circunstancias iniciaron una vez más el debate sobre si los fanáticos son muy agresivos al momento de mandar a la basura toda la serie sólo por el final. ¿De verdad se olvidan de esos años de compromiso y emoción? ¿Se trata de un duro golpe que mantiene su resentimiento por tantos años? Para George R.R. Martin ese tipo de actitud simplemente no tiene sentido, especialmente si te haces llamar fan de algo. En entrevista con The Independent, el escritor dio su opinión sobre la reacción de los seguidores al controversial final:

No puedo comprender cómo es que las personas pueden llegar a odiar algo que alguna vez amaron. Si no te gusta una serie, ¡no la veas! ¿Cómo es que todo se ha vuelto tan tóxico?

El escritor sabe que este efecto no sólo sucede con su saga, pues otras franquicias (literarias, televisivas o cinematográficas) reciben el mismo odio por detalles que no encantan a los fans que cada vez son menos tolerantes. Martin también explica que un creador siempre va a querer tomar riesgos para sorprender a su público y que no se trata de contar la misma historia sólo porque es más cómodo o porque con eso asegura no molestar a nadie.

Game of Thrones alguna vez fue uno de los títulos más sorpresivos y respetados de la televisión. Nombres de los personajes fueron usados en la vida real para una nueva generación, mientras que las convenciones se llenaban de fanáticos dedicados que buscaban la nueva pieza de su colección o el nuevo detalle que podían agregar a sus disfraces. Ahora se ve muy poco de esto en los eventos más importantes del año, pero HBO espera causar un renacimiento con el estreno de La casa del dragón - 91%. Lo que sucede ahora es un efecto de presión para que George R.R. Martin termine de una buena vez su saga literaria, para así decidir si también la odiarán o no. Sin embargo, este mismo efecto, y el saber que nunca podrá complacer a todos, podría ser la razón principal para no poder finalizarla.

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