Tomatazos

Robert Eggers, director de películas inolvidables como La Bruja - 91% y El Faro - 96%, acaba de estrenar su más reciente producción, El Hombre del Norte - 87%. Y el filme ha recibido muy buenas críticas en general. Sobresale desde luego la fotografía y la ambientación. Adaptando el tercer tomo de la Gesta Danorum (La Historia Danesa), cuenta la historia de venganza llevada a cabo por Amleth. Es este mismo relato el que inspiró en su momento a Shakespeare a escribir su famoso Hamlet.

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Al ver la película es evidente el interés que tiene el director por darle a la audiencia una versión de lo más realista posible a la cultura vikinga. Las referencias históricas, la ambientación, los diálogos, todo te transporta a un viejo mundo. En entrevistas Alexander Skarsgård ha comentado lo mucho que disfruta de las películas de fantasía como Thor, pero que siempre quiso ver una versión más histórica y realista de los vikingos.

Ciertamente las leyendas nórdicas han sido una gran inspiración para el cine. Pero suelen tomar los elementos mágicos y luego trasladarlos a un mundo diferente que se adapte a su visión más enfocada al entretenimiento. Thor puede ser un buen ejemplo pues igual se nota la inspiración; los elementos, los personajes y hasta las anécdotas están ahí, pero la esencia de la vida vikinga nunca se siente.

Y es justo lo que Alexander Skarsgard quería transmitir, la verdadera esencia de la cultura vikinga, una versión mas histórica, hasta sociológica y había que sumergirse en la experiencia por completo para que resultara:

Quería tener la oportunidad de profundizar en la mitología nórdica, realmente entrar en el espacio mental de un vikingo de hace 1000 años. ¿Cómo percibiría el mundo alguien como Amleth? ¿Podemos nosotros, como público, ver el mundo a través de sus ojos? ¿Podemos entender su relación con el destino, con las nornas, con los espíritus dentro de él? Los bosques, los dioses, las deidades, todos esos aspectos.

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Y aunque el propósito fuera una versión más realista, no se podía dejar de lado toda la mística que conlleva la cultura vikinga. Podían tomar el camino de crear una historia más fantasiosa, o por el contrario dejar la crudeza de la vida en esos tiempos y tomar lo mágico solo como consecuencia de su forma de ver el mundo. En esos tiempos creían fervientemente en sus dioses y en la magia que los rodeaba. Esa perspectiva mitológica era parte de su realidad.

Es una cultura tan rica y con una mitología salvaje. Es como una religión creada por personas en hongos. Básicamente, tenía el deseo de contar la historia a través de los ojos de alguien que realmente vivió hace 1000 años en el norte de Europa.

Al final cualquiera que haya visto la película y tenga conocimientos de historia seguro reconocerá todos los elementos correctos plasmados, pero para los que somos ignorantes tal vez lo que más impresione es como está representada la parte mágica de la cultura. De verdad se siente como un viaje en hongos por momentos.

Desde la gran actuación de Willem Dafoe hasta la pequeña aparición de Björk, las tomas exageradas en close up del rostro de los protagonistas, los movimientos de cámara y los diálogos más teatrales. Todos elementos fundamentales para que la película se sienta como un viaje psicodélico a ratos.

Y desde luego están los hongos mismos, y no es que uno vaya al cine en estado alterado, pero nuestros protagonistas sí que lo están. Las escenas más desconcertantes en el filme son al fin y al cabo las que están relacionadas con las drogas naturales que eran parte de la vida misma de esos tiempos. Literalmente Amleth usa hongos para llevar a cabo parte de su venganza.

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