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Ivan Reitman, el célebre cineasta detrás de la amada saga Los Cazafantasmas - 97%, creador de Colegio de Animales - 91% y más, ha muerto. En un comunicado que su familia facilitó a Associated Press, se informa que el director y productor falleció pacíficamente mientras dormía ayer sábado por la noche en su casa de Montecito, California. Tenía 75 años.

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En el comunicado su familia habla del legado del cineasta, padre del realizador Jason Reitman:

Nuestra familia está de duelo por la pérdida inesperada de un esposo, padre y abuelo que nos enseñó a buscar siempre la magia en la vida. Nos consuela que su trabajo como cineasta trajo risas y felicidad a innumerables personas en todo el mundo. Mientras lloramos en privado, esperamos que aquellos que lo conocieron a través de sus películas lo recordarán siempre.

Reitman era conocido por sus grandes comedias obscenas que captaron el espíritu de su época, la gran oportunidad de Reitman llegó con la estridente parodia de la fraternidad universitaria National Lampoon's Animal House, que él produjo. Dirigió a Bill Murray en su primer papel protagónico en Meatballs y luego nuevamente en Stripes, pero su éxito más significativo llegó con Los Cazafantasmas - 97% en 1984.

La irreverente comedia sobrenatural protagonizada por Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis, Ernie Hudson, Sigourney Weaver y Rick Moranis no solo recaudó casi US$300 millones en todo el mundo, sino que obtuvo dos nominaciones al Oscar, generó una verdadera franquicia, que incluye spin-offs, programas de televisión y una nueva película, Ghostbusters: El legado - 88%, que estrenó este último año y que dirigió su hijo, el cineasta Jason Reitman.

Entre otras películas notables que dirigió están Gemelos, Un Detective en el Kinder - 51%, Dave, Decisión Final - 60% y más. También produjo Beethoven, Old School y Euroviaje Censurado - 46%, y muchas otras, incluidas varias para su hijo, el cineasta Jason Reitman.

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Si bien Reitman hizo reír y llorar (a veces de risa, otras de tristeza por los malos chistes y la comedia flácida) a toda una generación, probablemente su gran legado sea, sin duda, Los Cazafantasmas - 97%. Sí, también lo recordaremos por sus célebres películas Gemelos (donde nos tragamos el cuento de que Danny DeVito y Arnold Schwarzenegger eran “idénticos”), el debut de Bill Murray como protagonista en Meatballs y nunca olvidaremos cuando “embarazó” a Arnold Schwarzenegger en Junior, cuando puso a Harrison Ford en una isla desierta con Anne Heche, menos aún a Evolución - 42% y su súper amiba. Reitman no fue el más constante de los cineastas en cuanto a calidad de sus filmes, pero sí uno de los más enfocados en transformar sus creaciones, incluso cuando sólo era productor (ahí Space Jam: El Juego del Siglo - 36%), en productos audiovisuales memorables. No se puede negar lo icónicos que fueron sus conceptos para construir eso que hoy llamamos “cultura pop” que afecta a por menos a dos o tres generaciones de cinéfilos. Es, en más de un sentido, quien sentó las bases de lo que muchos millenials tienen como referencias pop.

Los Cazafantasmas figura como uno de los anales de la composición fantástica que puede tornarse tan transformadora de la realidad y, al mismo tiempo, tan rayana en lo onírico, que por momentos se ofrece con visos surreales. Por ejemplo, que una ambulancia fúnebre Cadillac Eldorado 1959 y que esto resulte de lo más normal del mundo. O que su centro de operaciones sea un cuartel de bomberos. O los uniformes con pinta de fumigadores paranormales. En este sentido, Reitman aportó algo fundamental a la película: su capacidad para compaginar el absurdo y el humor con enfrentamientos cuasi apocalípticos que derivaban en sinsentidos irrisorios… todo a bajo costo, con baja calidad visual, pero un encanto narrativo que vuelve los chascos en eventos tolerables y dignos de mención.

En una entrevista para The Hollywood Reporter, Ivan Reitman habló de lo que significaba para él Ghostbusters: El legado - 88%, especialmente ver a sus tres protagonistas originales de regreso en el icónico uniforme, y sobre todo que su hijo dirigiera esa cinta:

Fue una experiencia muy personal y, a veces, provocó lágrimas. El día que los tres se presentaron por primera vez y solo estaban revisando cosas, fue simplemente extraordinario; solo siento la vibra, no solo para mí, sino que la sentí en el equipo y el elenco. Lo sentí en todas partes.

Ivan Reitman nació en Komarmo, Checoslovaquia, en 1946, donde su padre era dueño de la fábrica de vinagre más grande del país. Cuando los comunistas comenzaron a encarcelar a los capitalistas después de la guerra, los Reitman decidieron escapar, cuando Ivan tenía solo 4 años. Viajaron en la bodega de una barcaza con clavos que se dirigía a Viena.

Los Reitman se unieron a un pariente en Toronto, donde Ivan mostró su gusto y pasión por el mundo del espectáculo como montar un teatro de marionetas, entretener en campamentos de verano, tocar en cafeterías con un grupo de música folclórica. Estudió música y drama en la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario, y comenzó a hacer cortometrajes. Deja un legado de 45 producciones dirigidas por él, entre películas, videos, cortometrajes y documentales. Que en paz descanse Ivan Reitman. Esperemos que este paso a lo que sea que haya más allá lo trate con benevolencia. Que nos lo devuelva a nuestro mundo, por ejemplo, en forma de un “pegajoso”.

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