Tomatazos

Puede que estemos viviendo una pesadilla en la realidad, pero eso no quiere decir que no queramos volver a inmiscuirnos en relatos terroríficos a través de la pantalla grande. Eso bien lo sabe el director Ari Aster, quien acaba de confirmar que ya tiene listo su nuevo proyecto, el cual, al igual que El Legado del Diablo - 96% y Midsommar: El Terror No Espera La Noche - 98%, será una película de horror, pero aquí lo interesante es que su duración será de cerca de cuatro horas.

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Durante una plática con la Universidad de California, Ari Aster reveló que acaba de terminar el libreto para su siguiente película, la cual describió como un “pesadilla de comedia” y, aunque se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, dijo que de lo que está seguro es de que durará cuatro horas y de que la clasificación será para adultos, tal como sucedió con Midsommar, su más reciente trabajo que estrenó el año pasado.

Quizá lo más interesante de esta nueva película, de la que desconocemos casi todo detalle, es que parece que se inclinara hacia la comedia de horror, algo que el director no ha explorado en sus largometrajes. ¿Cómo logrará establecer ambos tonos de forma exitosa a lo largo de cuatro horas? Eso hay habrá que verlo, pero hay algunos indicios en sus cortometrajes que podrían darnos alguna idea de cómo será el nuevo filme.

Ambos El Legado del Diablo y Midsommar: El Terror No Espera La Noche - 98%, así como el corto más famoso de Aster, The Strange Thing About the Johnsons, explorar los límites de las relaciones fraternales. En los tres trabajos vemos cómo un integrante comete un acto atroz que acaba por destruir la dinámica del grupo y, eventualmente, pone en marcha el relato y se encuentra al centro del trauma que sus protagonistas experimentan. Curiosamente, en sus largometrajes éstos personajes encuentran una nueva familia, aunque quizá no la ideal, al final.

Pero Aster, durante su tiempo como estudiante, realizó un corto titulado TDF Really Works, un bizarro relato sobre un producto ficticio. Las iniciales se refieren a lo que podría traducirse como El pedo de pito de Tino. Se trata de una bomba que inyecta aire a la uretra del pene para, después, simular el sonido de un gas para hacer bromas. Sí, tal cual lo leen. Es la mezcla de absurdismo junto al montaje de animaciones incómodamente musicalizadas y exageradas expresiones faciales en acercamientos de cámara lo que le da al relato una sensación extraña de horror y diversión. Así que quizá podríamos imaginar algo parecido para su siguiente filme.

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Aunque el trabajo de Aster ha sido aclamado por la crítica, esto no se ha traducido a la recepción de premios, pues famosamente, por ejemplo, los Óscar suelen ignorar los filmes de terror. Por otra parte, hay una parte del público que ha tenido problemas para conectar con el horror alejado del efectismo de los jumpscares que él ha desarrollado en sus películas. Nada de esto ha detenido a sus filmes de encantar a quienes aman el cine de horror menos convencional o el llamado art house horror.

La mezcla entre horror y comedia siempre ha fascinado a los amantes de ambos géneros. Aunque Aster no se ha adentrado en esto de lleno, El Faro - 96%, de Robert Eggers, por ejemplo, contó también con un par de momentos absurdos y cómicos entre su fábula sobrenatural, la cual también ganó reconocimiento especialmente entre el circuito independiente y los amantes de los sustos. Así que no queda más que esperar a ver qué consigue este joven realizador cuando nos sorprenda con su primera horripilante comedia en unos años.

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