Tomatazos

La carrera de Woody Allen ha estado marcada por señalamientos y acusaciones de abuso sexual o, incluso por comportamiento inadecuado con menores de edad, pero, sin duda, la que lo sigue teniendo en la mira y le provocó su caída en desgracia en Hollywood fue la de su propia familia. Entre 1980 y 1992, Allen estuvo casado con la actriz Mia Farrow, adoptaron dos niños: Dylan y Moses y tuvieron un hijo, Satchel, sin embargo, después del divorcio, Farrow acusó penalmente al director por acosar sexualmente a su hija, Dylan Farrow, quien tenía siete años cuando, supuestamente, el director la agredió. Con el surgimiento del movimiento #MeToo el caso de Allen ha estado nuevamente bajo los reflectores, además de que ciertos comentarios desafortunados del cineasta lo llevaron a perder proyectos importantes, como cuatro películas que tenía firmadas con Amazon Studios.

Te puede interesar: Woody Allen dice que él ha logrado todo lo que el #MeToo quisiera lograr

Debido a la decisión de Amazon de terminar su relación con el director, Allen optó demandar a la compañía. De esta manera, el cineasta exigió US$68 millones por no haber cumplido con lo que habían establecido en un principio. Según el acuerdo entre ambos entes, firmado en 2016, Allen recibió un pago anticipado de US$10 millones por hacer cuatro cintas de la mano del estudio, sin embargo, dos años después, el estreno de su primera película, Un Día Lluvioso en Nueva York - 80%, se archivó y se cancelaron los planes para los otros tres filmes (vía BBC).

Además del caso de Dylan, Allen fue acusado por su ex esposa de tener fotografías en donde su hija adoptiva Soon-Yi estaba desnuda. En su momento, el cineasta negó cualquier vinculación sexual o sentimental con la joven (a quien conocía desde los nueve años) pero al poco tiempo de divorciarse de Farrow anunció su relación sentimental con Soon-Yi, con quien se casó en 1997.

Por otra parte, otras mujeres han señalado comportamientos inapropiados y agresivos del director, como la modelo y actriz Christina Engelhardt, quien confesó haber sido amante del cineasta cuando aún era una adolescente. Además, dijo que Allen le daba drogas y la hacía participar en tríos sexuales.

El director siempre ha negado esta conducta y ha expresado que su familia sólo busca perjudicarlo. Asimismo, con el surgimiento del movimiento #MeToo el cineasta ha emitido algunos comentarios fuera de lugar y ha mostrado abiertamente su apoyo y simpatía por Harvey Weinstein, quien fue acusado de agredir sexualmente a decenas de mujeres.

Ante toda esta situación, Amazon Studios consideró conveniente dar por terminada su relación con Allen, justificando que los comentarios poco atinados del director socavaron su seguridad financiera. Además de que varios actores ya no querían trabajar con el realizador por los mismos motivos, lo que complicaría los procesos de casting.

Te recomendamos: La defensa de Scarlett Johansson a Woody Allen podría costarle su nominación al Óscar 2020

Después de un pleito de meses entre Allen y Amazon por fin resolvieron el conflicto y llegaron a un acuerdo. Lo que significa que Amazon deberá pagar al realizador de películas aclamadas como Jazmín Azul - 91%, Hannah y Sus Hermanas - 93% y más, los US$68 millones arriba mencionados. No obstante, el panorama para el cineasta no es prometedor, pues aunque su compañía, Gravier Productions, aseguró un lanzamiento internacional este año para Un Día Lluvioso en Nueva York, la distribución en los Estados Unidos no ha sido asegurada.

Por otro lado Timothée Chalamet, Selena Gomez y Rebecca Hall, actores de la película, dijeron el año pasado que donarían sus salarios a organizaciones benéficas, con lo que se desprenden por completo del realizador.

No te vayas sin leer: Directores de cine que también son grandes actores