Tomatazos

¿Frente Nacional por la Familia, eres tú? A unas horas de que un antiguo escritor de Plaza Sésamo revelará que había pensado en Beto y Enrique como una analogía de su relación con un editor de cine, la organización detrás del popular programa para niños lanzó un comunicado en el que desmiente la noción de que los títeres sean homosexuales y mantengan una relación y asegura que son mejores amigos (la vieja confiable).

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El Sesame Workshop, la organización sin fines de lucro responsable del show infantil, compartió un comunicado en su cuenta de Twitter en la que recordó que sus personajes son sólo amigos. Refrendó que la moraleja detrás de esa relación es mostrar a los niños que gente muy diferente puede entablar una amistad y que el hecho de que ambos sean hombres no significa que sean homosexuales, porque las marionetas no tiene orientación sexual ni género.

Como siempre hemos dicho, Beto y Enrique son mejores amigos. Ellos fueron creados para enseñarle a niños de preescolar que las personas pueden ser buenos amigos con aquellos de los que son muy diferentes de sí mismos. Aunque se identifican como personajes masculinos y poseen muchos rasgos humanos y características (como la mayoría de los títeres de Plaza Sésamo), ellos siguen siendo títeres y no tiene orientación sexual.

Recuerden, amigos. Las marionetas no tienen orientación sexual o por lo menos en el caso de Beto y Enrique, a diferencia de, por ejemplo, la rana René y Miss Piggy que hasta boda tuvieron. De acuerdo con sus dueños, los personajes, que sí pueden entablar una amistad, no tienen una relación romántica pese a lo que años de episodios y la opinión del guionista que los creó, Mark Saltzman, pueda sugerir.

Esta no es la primera vez que el Workshop tiene que salir a asegurar a los conservadores que no se involucra en temas que son considerados no aptos para menores. En 2002, se vieron obligados a hacerlo cuando un documental de parodia de ambos personajes, que los colocaba como amantes, fue lanzado. Y este año también amenazó con demandar al filme ¿Quién Mató a los Puppets? - 31%, una historia que recreaba a personajes de peluche en una historia para adultos por usar el nombre de su marca en material promocional.

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Una vez más, se pone en la mesa la discusión qué temas son aptos para niños. En México esa situación tomó un giro polémico recientemente con el estreno del filme Ana y Bruno - 80% de Carlos Carrera, el cual toca temas como la muerte, el duelo, la salud mental y el abandono, lo que causó polémica en algunos padres de familia que consideraron que estos asuntos de la vida real no eran para menores de edad.

Beto y Enrique, homosexuales o no de manera oficial, seguirán siendo una pareja de personajes entrañables para distintas generaciones, y se quiera o no, altamente relacionados con la diversidad sexual. Una prueba más de que la sexualidad está latente hasta en las historias menos explícitas, no porque sea consecuencia de un libretista con una agenda política, sino porque es un aspecto natural de la vida humana que muchos no pueden o quieren reconocer. ¿Ustedes qué opinan?

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