Tomatazos

Mientras la mayoría de las estrellas de Hollywood promueven la diversidad en la industria, hay algunos que no están de todo de acuerdo en la manera forzada en la que a veces ésta es impuesta. Terry Gilliam, legendario director de clásicos de fantasía y ciencia ficción, así como miembro de los Monty Python, bromeó al respecto durante su aparición en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary 2018 (vía IndieWire), cuando se le preguntó sobre lo que dijo Shane Allen, exjefe de comedia de la BBC, quien dijo a The Times (Reino Unido) que el grupo de comediantes al que pertenecía Gilliam no sería aceptable hoy por ser “demasiado blanco”:

Ya no soy un hombre blanco, soy una negra lesbiana. Pero hablando en serio, esto es muy loco. Es verdad que [ahora] en la BBC cada pequeño grupo de población del planeta debe de verse representado en todo lo que emiten. Pero, de hecho, nosotros en los Monty Python reflejábamos diversidad: de los seis miembros, uno era gay y otro estadounidense. No me hice ciudadano británico hasta después; y, afortunadamente, antes del Brexit.

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El director nació en Estados Unidos en 1940, se nacionalizó británico en 1968 y renunció a su ciudadanía estadounidense en 2006.

Parece que al cineasta, quien se encuentra presentando El Hombre que mató a Don Quijote - 44% en el festival, no sólo le gusta picar la cresta a los fanáticos del movimiento #MeToo y a los fanáticos de los superhéroes, sino también a los de la corrección política, pues continuó bromeando sobre el hecho de que el hombre blanco es culpado actualmente de todos los problemas del mundo, y también dijo que le parecía algo lamentable que ya no puedan aceptar a un grupo de seis hombres blancos como en su tiempo lo fueron los Monty Python:

Casi me hizo llorar y me enojó que seis comediantes hombres blancos de Gran Bretaña no puedan estar juntos, tener que poner uno de aquí, uno de allá, que todos estén representados. Eso es una estupidez. Y tengo que decirlo: ya no quiero ser blanco, un hombre blanco, no quiero que me culpen por todo lo que está mal en el mundo. Ahora le digo al mundo que soy una lesbiana negra.

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En entrevista con El País el cineasta declaró hace poco más de un mes que a su parecer vivimos en una época donde la corrección política es una imposición que provoca que uno mismo se autocensure por miedo a no meter la pata, lo que provoca que se pierda la individualidad:

Ofender a la gente es muy importante en la vida. Sobre todo ahora que las pieles son más finas. ¡La gente se ofende tan fácilmente! ¡Endurece tu piel! Los palos y las piedras pueden romperte las pelotas, pero las palabras no pueden hacerte daño. Son esas cosas simples de la niñez en las que creo.

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