Tomatazos

La libertad de expresión siempre ha sido algo muy importante para los organizadores del Festival Internacional de Cine de Guanajuato y uno de los mejores ejemplos de ello es su Locura de Medianoche, una sección especial en la que se proyectan de manera gratuita y al aire libre funciones con una variada selección de cortometrajes que abordan de varias formas diversos temas relacionados a la sexualidad.

El amor, el placer, la libertad sexual, la crítica a la censura, hombres, mujeres y personajes animados se hacen presentes en los cortos que pueden ser vistos por todos los que quieran ver historias distintas, las cuales los pueden hacer reír, llorar, suspirar, pensar en varios temas, recordar viejas relaciones y reflexionar.

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Locura de Medianoche es una parte de la programación del GIFF en la que se puede ver un poco de todo y para todos los gustos. Este año hemos visto mujeres tan mágicas como seductoras con los que todos y todas quieren tener sexo, y cuya partida causa la tristeza de varios; divertidas anécdotas que podrían pasarle a cualquiera, de esas que suelen ser vergonzosas; jovencitas teniendo una experiencia al contratar a un stripper al que le sucede un curioso accidente, esto como resultado de la audacia de una de ellas; y animaciones algo bizarras, pero con mensajes importantes.

Entre los cortos que vimos, nos llamó mucho la atención uno titulado Cipka (Pussy), de la directora Renata Gąsiorowska, quien muestra, de una forma muy divertida e ingeniosa, lo que podría pasarle a una mujer si su vagina adquiriera de repente una conciencia propia y se escapara de su cuerpo para hacer todo lo que quisiera sin ninguna restricción.

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El cortometraje animado es protagonizado por una curiosa joven que pasa la mayor parte del tiempo tocándose para darse placer. Un día, mientras está masturbándose, nuestra protagonista es testigo de un momento bastante raro cuando su vagina cobra vida y sale corriendo para explorar la casa en la que vive su dueña.

Ante la fuga de su vagina, la joven comienza a seguirla y cuando por fin la alcanza la acaricia con el cariño y la delicadeza de siempre, dándose cuenta de que, a pesar de ya no tenerla en su cuerpo, sigue sintiendo el mismo placer al tocarla.
La pequeña vagina va encontrando diferentes objetos y muebles que llaman su atención a tal grado que decide recargarse en ellos como si se estuviera rascando una comezón que con nada se le quita. El resultado, obviamente, es sumamente placentero para la joven protagonista que siempre ha disfrutado de explorar su cuerpo y que es feliz siendo ella misma.

La llamada Locura de Medianoche del GIFF le aporta algo extra a este festival que en 2017 cumple 20 años de existencia.