A pesar del furor que el zombie ha generado en pantalla chica y grande, otros seres sobrenaturales que han poblado el séptimo arte están lejos de pasar al olvido. Con el resurgimiento de la línea de cintas de monstruos clásicos de Universal a la vuelta de la esquina, de la mano de The Mummy con Tom Cruise, es seguro decir que aún hay mucha tela que cortar de los iconos fundadores del cine de terror.

Este fin de semana se estrenó la nueva entrega de la saga Inframundo, que funge como recordatorio de que los auténticos reyes de la noche son y serán siempre los vampiros. Así que es justo y necesario compilar algunas de las cintas más importantes del género. Como primer referente está Vampyr, de Carl Theodor Dreyer, un ejercicio rico en claroscuros que sugiere sutilmente una atmósfera inquietante como solo el realizador de Ordet era capaz de realizar.
Como representante de México está El Vampiro de 1957, uno de los clásicos nacionales del cine de género y que supo trasladar la mitología del personaje a nuestros usos y costumbres. No puede faltar Cronos de Guillermo del Toro y su particular premisa que gira en torno a un mecanismo egipcio que concede vida eterna a cambio de sangre.

Un año después de El vampiro mexicano, que protagonizara Germán Robles, el estudio ingles Hammer dio al mundo la primera de varias cintas de Drácula con la dupla conformada por Christopher Lee y Peter Cushing, el conde y al doctor Van Helsing, respectivamente. El clásico de culto de Tony Scott, The Hunger, es una entrada de rigor en esta compilación. Ignorada en el momento de su estreno, la ya considerada cinta de culto tenía en David Bowie y Catherine Deneuve una de las parejas de vampiros más atractivas del cine.

El representante asiático en la lista es Mr. Vampire, película que lanzó en Hong Kong una oleada de secuelas e imitadores. Una combinación perfecta entre el horror y la comedia que utiliza a los vampiros chinos saltarines, conocidos como jiangshi. Una variación única que no existe en ninguna otra industria fílmica.

En cuanto a fenómenos recientes del género, la sueca Déjame Entrar es un punto de referencia obligado de cómo tratar estas historias con madurez y sensibilidad. Por su parte, Entrevista con Unos Vampiros sabe hacer del humor referencial su mejor arma y evita convertirse en una pesada serie de guiños que otras películas confunden con ingenio.