Tomatazos

Damien Chazelle, sin duda, ya se ha ganado el reconocimiento de Hollywood desde su paso como guionista en cintas como Gran Piano - 78% y Avenida Cloverfield 10 - 90%, pero fueron Whiplash: Música y Obsesión - 94% y La La Land: Una Historia de Amor - 92% las que pusieron las miradas sobre él, llenándolo de elogios tanto de parte de la audiencia como de la crítica. La manera en la que ha manejado las emociones, principalmente de la mano con la música, haciendo de esta protagonista de sus historias, se volvieron su sello.

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Incluso tuvo oportunidad de comenzar a explorar otros géneros con éxito como El Primer Hombre en la Luna - 90% en donde Ryan Gosling interpreta al popular astronauta Neil Armstrong. Su proyecto más reciente, Babylon, era bastante prometedor por varias razones: su enorme elenco encabezado por Brad Pitt, Margot Robbie, Tobey Maguire y el mexicano Diego Calva Hernández, quien también ha capturado la atención de la prensa.

De la producción destaca la historia que decidió contar: el viejo Hollywood lleno de cambios en donde se da el salto del cine mudo al cine sonoro generando toda una revolución en la industria. Cabe mencionar que esta no es la primera vez que el tema se pone sobre la mesa, se hizo con El Artista - 98%, e incluso con uno de los que se convertirían en un gran musical: Cantando Bajo la Lluvia - 100%. Sin embargo, a pesar de las grandes expectativas que generó la cinta, parece que no le ha ido del todo bien.

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La prensa se ha mostrado bastante dividida con Babylon - 63%, y hasta el momento es, oficialmente, la película peor calificada de Chazelle, por mucho. Algunos críticos la han señalado de carente de emociones por su fascinación ante lo moral. Otros críticos como Tim Grierson de Screen Daily han dicho que a p0esar de estar llena de errores, logra “honrar la majestuosidad del cine”, sin olvidarse de ese lado oscuro de la industria.

A continuación, puedes ver lo que han dicho los críticos hasta ahora:

Leah Greenblatt, de Entertainment Weekly:

Todo es parte de la ansiosa necesidad de provocación de la película, junto con sus frecuentes y confusos anacronismos, desde el cabello y el vestuario hasta la jerga cotidiana. Sí, pre-Code Hollywood era un lugar para iconoclastas y marginados, y en ese sentido podría servir como una burbuja de igualdad improbable. Pero incluso una fantasía en toda regla necesita su propia lógica interna, algo que Babylon rara vez señala o simplemente ignora por completo.

Jeff Ewing, de Slash Film:

La película es un verdadero viaje a lo largo de sus más de tres horas de ejecución, con personajes complejos con arcos argumentales a pleno pulmón, muchos cambios monumentales, energía fuerte y un tono caótico a lo largo de sus dos primeras horas. La hora final más o menos ve cómo las transformaciones cobran su precio en los protagonistas, pero de maneras que fundamentalmente apagan y ralentizan la energía de la película, dispersan su lógica narrativa, arrastran el ritmo y se niegan a terminar en una serie de fuertes momentos finales.

Pete Hammond, de Deadline:

Esta es una película que gira y gira, con Chazelle empacando casi demasiado, pero parece exactamente lo que requería esta versión de Hollywood temprano. Sorprendentemente, maneja los tonos cambiantes de la comedia alegre (en esa escena de tomas interminables para Nellie) a la filmación épica en locaciones, a fiestas ruidosas y casi cualquier cosa que puedas imaginar.

Peter Deburge, de Variety:

Chazelle esencialmente ha orquestado una caricatura en live-action vulgar y ruidosa de una película, y aunque a veces es emocionante presenciar el puro virtuosismo de su puesta en escena, las actuaciones están por todas partes. Babylon carece dolorosamente de un punto de vista. […] Casi todos los personajes principales obtienen un monólogo de por qué las películas importan. Casi todos están mal escritos.

David Rooney, de The Hollywood Reporter:

Incluso cuando Chazelle se toma un respiro del libertinaje y lleva a sus protagonistas a un estudio o intenta acceder a ellos en momentos más íntimos, todo parece una gran, ruidosa y grotesca caricatura nostálgica. La ostentación detrás de una secuencia elaboradamente concebida y coreografiada tras otra se convierte en un impedimento para encontrar un solo personaje por el que valga la pena preocuparse.

James Marsh, de South China Mornings Post:

Recreando el hedonismo desenfrenado de los inicios de Hollywood en un cóctel embriagador de sexo, drogas y papeles icónicos, la indulgente epopeya de tres horas de Damien Chazelle, Babylon, es tanto una carta de amor como una advertencia sobre los excesos de la época dorada del cine.

Ross Bonaime, de Collider:

Si bien ciertamente hay una base histórica en torno a Babylon, ya que la transición a las imágenes sonoras sacudió el cine de manera importante, y conocemos personajes que existían en Hollywood en ese momento, como Max Minghella como Irving Thalberg o Samara Weaving como Colleen Moore, elenco hilarante como rival de Nellie de [Margot]Robbie: esta es sólo una forma en que Chazelle se divierte en este patio de recreo.

Beth Webb, de Empire:

Chazelle asume que su audiencia comparte su obsesión por lo que significa el cine, pero nunca queda del todo claro qué es eso. […] La película se desvía, pintando a los artistas marginados como monstruos temidos sin el subtexto de celebración o comedia. Y las historias que involucran al artista queer de Li-Jun Li y al músico de sesión convertido en estrella de la pantalla de Jovan Adepo se ven eclipsadas por los mensajes insistentes de la película sobre el poder del cine.

Tim Grierson, de Screen Daily:

...a pesar de sus extralimitaciones y errores, Babylon está lejos de ser una oda almibarada al negocio de la fotografía. Muy por el contrario, entiende que el encanto chispeante de Hollywood está muy lejos de la industria desesperada, a menudo triste, que atrapa a tantos aspirantes. Chazelle honra la majestuosidad del cine, pero no se hace ilusiones sobre su lado oscuro.

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