En La Colonial se suceden estampas de un México antiguo. ¿De los 50 como las películas del cine de oro mexicano? Podría ser si no tuviéramos el contexto de la época en la que se desarrolla el documental del director David Buitrón. La cámara se detiene y observa estos instantes en un hostal en la Colonia Guerrero en la Ciudad de México. A ratos parece que estamos ante retratos, luego nos introducen a secuencias más íntimas en las que interactúan los habitantes del lugar. ratos las sobremesas llenas de posos de alcohol emulan un cine directo que refleja la pluralidad de la vida social, por momentos las asociaciones del montaje insinúan pequeños relatos de ambiciones que se quiebran y registran el conflicto social.
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Este hostal perteneció a familiares del director, con quien tuvimos oportunidad de charlar previó a la proyección de su documental que formó parte de la competencia de largometraje documental del Festival Internacional de Cine de Morelia 2022 y que resultó ganador del Ojo de la Sección Michoacana. ¿Cuáles fueron sus motivaciones para filmar esta película que bien podría funcionar como un estudio antropológico y que captura una abrumadora soledad? Esto fue los que nos dijo:
Me pareció interesante descubrir por primera vez este lugar del que había escuchado tanto, pero que no conocía. A través del cine se abrió la posibilidad de descubrirlo y ver cómo era. De ahí surge el detonante para iniciar el viaje y una vez que lo conocí, que conviví con las personas que la habitan me di cuenta que no era como yo lo había imaginado. Para mí esta casa, a pesar de su aspecto de abandono, estaba como muy llena de vida en su interior y me parecía muy interesante cómo los habitantes de la misma la habían convertido en su hogar, como habían logrado compartir ese espacio íntimo en un hogar, con personas tan diversas, con pensamientos opuestos. Fue como la representación de un microcosmos. Así fue como me comencé en interesar en ese universo que sucede en La Colonial. En un principio iba a ser un cortometraje pero se convirtió en un largometraje. Me llevó mucho más tiempo pero precisamente porque quería capturar la esencia del lugar y sus habitantes.
El documental es observacional con el fin de construir una atmósfera genuina en la que el espectador pueda ser testigo de cómo se vive y viven los habitantes de La Colonial. El cineasta deja que las coordenadas de la realidad se amolden, propone un ejercicio de observación que nos descubre la vida con todas sus muchas y variadas peculiaridades en este hostal. Para acentuar la sensación de un lugar antiguo, el director optó por el blanco y negro en toda su película:
Desde el principio los primeros retratos que hicimos fueron en blanco y negro. Nos dimos cuenta que se creaban puntos de oscuridad muy negros y puntos luminosos, que generaban ese contraste, que para mí acentuaba las texturas del lugar, en sus paredes, en sus pisos, en los rostros mismos de los personajes, en sus cicatrices, en sus marcas de vida, eran cómo marcas de la vida que han dejado tanto en el lugar como en la personas, que hablan mucho del paso del tiempo y del transcurso de la vida que han llevado y en otro aspecto era como darle con este blanco y negro en particular, una sensación de películas antiguas, como las del cine de oro del cine mexicano. Como una especie de nostalgia de un tiempo pasado, de un tiempo que ya no es, y un poco así también es La Colonial, como una casa de una época que ya no es, pero que se mantiene ahí, firme. Era ver a través de este lente, esas texturas de este lugar actual, en el que parece que el tiempo está detenido.
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Sobre el proceso de filmación y cómo logró capturar momentos tan personales en la casa, reveló:
Elegíamos que lugar de la casa filmar y nos quedábamos todo el día ahí. La idea era captar lo que sucedía de manera cotidiana. En principio siempre era poner la cámara con el permiso de los propios habitantes. Con las personas que ya teníamos mejor comunicación, nos permitieron pasar a espacios más íntimos, como el baño, o grabarlos mientras dormían. Llegó un punto en el que la cámara se volvió algo normal dentro de la cotidianeidad de la casa. De esa manera los habitantes no se sentían invadidos. Y esa era el objetivo. No vernos como unos invasores, sino que el cine se volviera un acto dinámico pero normal dentro de la casa. Por eso decidí no intervenir con entrevistas donde yo impusiera el tema, sino que fuera a partir de sus mismas conversaciones y acciones que nosotros trabajamos.
La Colonial da cobijo a una comunidad en su mayoría de hombres en diferentes condiciones, desde inmigrantes, personas sin hogar, o personas que venían de paso y se quedaron por distintas circunstancias, pero que han estrechado lazos y conviven con sus altibajos allí. Uno de los momentos en que surge esa especie de hermandad tiene que ver con el cine. Y precisamente ese es uno de los momentos más conmovedores del documental, cuando los habitantes del hostal en El Rey del Barrio con Germán Valdés 'Tin Tan':
Opté por no retratar el pasado de los habitantes de La Colonial. Para mí justo con ver sus rostros intuía sus pasados. Pude ver que aquello de que el mexicano se ríe de la tragedia para aligerar el dolor, pasaba mucho allí: el amor que duele, la cábula entre amigos que es llevarse pesado, o como ofenderse con cariño. Ellos en general están viendo películas, porque dentro de la casa tienen dos pantallas en la casa y siempre están prendidas viendo algo. Nosotros decidimos llevar películas mexicana variadas y precisamente cuando esa película se dio algo mágico y muy bello. Sentimos que capturamos algo del pasado, algo del México que ya no es. La melancolía, la nostalgia. Para muchos de ellos esa película cuando salió eran unos niños y para mí, el hecho de ver sus rostros mientras ven esa cinta fue como si les hubiera devuelto a ese niño interior, fue como si hubieran vuelto a ver a ese niño con esa película.
La película es un estudio social que como dijo el director, no buscaba exponer o regodearse en el dolor de sus protagonistas y más bien capturar que hasta en las circunstancias menos favorecedoras, el deseo de vivir la vida y disfrutarla está presente. Le preguntamos a David Buitron cómo le dio forma a su documental y qué referencias cinematográficas tuvo:
En cuanto a forma me sirvieron para referencias para La Colonial dos documentales, uno que si fue como una gran revelación: On the Bowery de Lionel Rogosin. Bowery es como una gran calle ahí en Nueva York, una zona medio marginal. Aunque lo vi durante el proceso de la filmación, conectó mucho con lo que estaba haciendo, sentí ciertas similitudes en cuanto a lo que yo quería llegar a lograr. Y otra referencia muy clara fue el documental Titicut Follies (1967) de Frederick Wiseman. Si tuviera que mencionar referencias muy claras para mi trabajo, serían esas dos películas. Sobre todo en que me hicieron ver que hacia donde estaba llevando el documental no era por ahí.
Sobre si los protagonistas del documental ya han visto el resultado final, nos dijo:
Algunos de los que trabajan en La Colonial ya vieron partes del documental. Yo tengo la intención de mostrarlo a todos los de la casa. Quiero ver las reacciones, porque las escenas que yo les enseñé a algunos les pareció muy aburrida. Como que les parecía que no sucedía nada, que no iba a tener éxito porque iba a aburrir a la gente. Será interesante ver como reaccionan al resultado final.
La Colonial aún no tiene fecha de estreno oficial en cines, pero si ya tiene trazado el camino natural de festivales de cine. Estén atentos para que no dejen pasar esta interesante propuesta de cine mexicano.
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