Tomatazos

De vez en cuando aparecen películas del género de horror con historias que causan tanta fascinación que terminan siendo la primera de muchas otras que tratan de copiar sus ideas. Aquellas que originan este tipo de oleadas tienen el potencial de convertirse en un clásico de culto, aunque no está garantizado que suceda. Hay otras que aparecen, de igual manera en contadas ocasiones, que pueden lograr el mismo impacto una vez que llegan a los cines o a algún medio que las acerque al público, pero terminan siendo una auténtica rareza que difícilmente podrá ser copiada o emulada por otros.

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La Cabaña Del Terror - 91% pertenece al segundo grupo, como una película que es, al mismo tiempo, una carta de amor y odio hacia el género. Su historia recuerda a las producciones de horror que surgieron después de El Despertar del Diablo - 96%, la que por cierto también incluye una cabaña, pero a la vez funciona como una crítica a los nuevos tropos y se burla de ellos tratando de explicar todos los detalles que hacen de esta película un relato extraño. Películas como Scream: Grita Antes de Morir - 78%, o incluso varios slashers populares, se convirtieron en la primera de un largo historial de imitaciones que difícilmente ocurrirá con este filme que ya tiene una década de existencia.

Dirigida por Drew Goddard y protagonizada por Kristen Connolly, Chris Hemsworth en su primer papel después de Thor - 77%, Anna Hutchison, Fran Kanz, Bradley Whitford y Sigourney Weaver en una aparición sorpresiva pero importante, La Cabaña Del Terror - 91% sorprendió al público gracias a su atrevida historia, que afortunadamente es tan entretenida como para olvidar sus efectos visuales, e hizo lo mismo con la crítica gracias a la ironía y la autoconsciencia sobre los clichés del género que muestra a lo largo de su historia.

La trama presenta a un grupo de estudiantes que llegan a una cabaña ubicada en un lugar remoto para unas cortas vacaciones. Por supuesto, ninguno de ellos sabía de los horrores que los esperaban y se convierten en víctimas de unos zombies que se encontraban en el bosque. Hasta allí parecía la típica historia de jóvenes en una cabaña, pero resulta que hay otro factor que el espectador descubre antes que los implicados: hay un grupo de científicos que manipulan a los zombies y aparecen discutiendo sobre un plan para llevar a cabo un misterioso ritual.

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Hay mucho más de lo que se muestra a simple vista en La Cabaña Del Terror - 91% ya que no solo cambia el juego, sino que desafía a la industria en cuanto al cine de horror. La película abre con una escena donde se habla de rituales fallidos, la cual no es una que se esperaría dentro de una historia protagonizada por un grupo jóvenes, y la siguiente los muestra a ellos preparándose para el fin de semana en una cabaña. Lo mejor es que sus personajes no cumplen con estereotipos al pie de la letra, como en incontables casos, y eso es parte del éxito de esta cinta ya que no se parece a ninguna otra a pesar de que su realizador coquetea con muchos el subgénero slasher y sus referencias a otras películas como para lograr una reacción en el público.

Elementos como el amigo que se droga o que sirve de alivio cómico no faltan y tampoco se queda atrás con la escena de la extraña persona que se encuentran y les advierte que el fin está por llegar. La sátira continúa a lo largo del relato gracias a que muchas escenas actúan como una indirecta a lo repetitivas que son las películas de horror y los recursos que son demasiado utilizados dentro del género. Cualquiera que haya visto una cantidad decente pudo en su momento (y podrá en el futuro) encontrar esos guiños nada sutiles a la forma en que muchos hacen este tipo de producciones.

La Cabaña Del Terror - 91% logró obtener críticas en su mayoría positivas y es recordada como un clásico de culto a una década de su estreno. Esto fue lo que dijeron los medios al momento de su estreno:

Eric Kohn de IndieWire:

Se encuentra entre una de las obras más irónicamente autoconscientes del entretenimiento de la cultura pop estadounidense en años.

Deborah Ross de The Spectator:

Esta es, lo sé, una película consciente de sí misma: sus clichés son parodias de clichés de terror en general, pero para subvertir una forma, debería, ante todo, funcionar como un entretenimiento, y seguramente no lo hace.

Bruce Diones de New Yorker:

Los cineastas están menos interesados ​​en proporcionar una acumulación lenta de sus miedos que en salpicar los clichés de la forma en formas divertidas y enérgicas.

Jake Wilson de Sydney Morning Herald:

Suena como la historia de terror más antigua del libro, pero desde la primera escena de La cabaña en el bosque queda claro que el director, Drew Goddard, y su co-guionista, Joss Whedon, están empeñados en darle la vuelta a la fórmula.

Alan French de Sunshine State Cineplex:

Es imposible decir que The Cabin in the Woods es la única razón por la que el género volvió a la prominencia, pero su lanzamiento en 2012 fue un momento decisivo para el terror.

David Rooney de The Hollywood Reporter:

Para subvertir cualquier forma popular, el entretenimiento primero tiene que funcionar en sus propios términos. Goddard y Whedon están demasiado ocupados como para molestarse con esos requisitos.

Christopher Kelly de Fort Worth Star-Telegram/DFW.com:

La configuración es intrigante, pero el equilibrio se siente mal. Goddard y Whedon exageran el posmodernismo parpadeante.

Laura Kern de Film Comment Magazine:

Siguiendo el ejemplo de los juegos divertidos más profundos y crueles de Michael Haneke, The Cabin in the Woods explora por qué nosotros, los espectadores enfermos, disfrutamos del sufrimiento de los demás.

Jonathan Romney de Independent On Sunday:

El placer en The Cabin in the Woods proviene de sus audaces tirones y dramáticos de la alfombra que está debajo de tus pies.

A.A. Dowd de Time Out Chicago:

Un cubo de Rubik de género endiabladamente inteligente que demuestra, al menos, cuánto se beneficia la tarifa de Fangoria del ingenio perverso de un escritor real.

Peter Hartlaub de San Francisco Chronicle:

Para cuando termine el viaje, el director Drew Goddard y los coguionistas Goddard y Joss Whedon cambiarán el rumbo tres o cuatro veces, asintiendo y guiñando el ojo, pero sin perder el impulso.

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