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RESEÑA | ¡Nop!: El infierno en el cielo

¡Nop! es un excéntrico y divisivo escape a la mente de Jordan Peele que confirma sus talentos para retratar los horrores de la sociedad contemporánea con un ojo crítico único.

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RESEÑA | ¡Nop!: El infierno en el cielo

¡Nop! es un excéntrico y divisivo escape a la mente de Jordan Peele que confirma sus talentos para retratar los horrores de la sociedad contemporánea con un ojo crítico único.

POR Jorge Mendoza -

Tanto en el cine como en otras artes, la calidad sobre la cantidad es un criterio sobre el cual todo autor debería basar su obra. Con solamente dos largometrajes en su filmografía, ¡Huye! - 99% y Nosotros - 95%, el cineasta norteamericano Jordan Peele se posicionó como una de las voces más interesantes en el terror contemporáneo. Ambas producciones sirvieron para ir puliendo el peculiar estilo del director, centrado en crear un macabro juego psicológico con intención de volar la mente de su audiencia mientras invita a la reflexión con un poderoso comentario social (la mayor parte del tiempo dirigida al tema racial). Con ¡Nop! - 85%, su tercera producción original, Peele se aleja un poco de su zona de confort para entrar de lleno a la ciencia ficción con resultados mixtos pero ciertamente provocadores.

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La trama de ¡Nop! se centra en un descubrimiento tan insólito como escalofriante que dos residentes de un remoto pueblo en el interior de California hacen después de un evento trágico en sus vidas. Desde su breve sinopsis, la cinta logra su primer acierto al revelar muy poca información de lo que nos aguarda en la sala de cine, y es que esta experiencia se disfruta al máximo sabiendo pocos o nulos detalles acerca de ella. En el reparto podemos encontrar a Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Michael Wincott y Barbie Ferreira.

Lo primero que hay que destacar acerca de ¡Nop! - 85% es la seguridad y la destreza con la que Peele dirige a todo su equipo para extraer de ellos su propuesta más ambiciosa hasta la fecha. El director, que en algún momento fue considerado una promesa en la industria, aquí termina de consolidarse como un genio creativo que no tiene miedo de correr riesgos para hacer la película que realmente quiere, sea del agrado de las audiencias o no. Con un sólido manejo del género y sus elementos, el resultado es un filme desconcertante que goza de mucha riqueza temática. Por otra parte, las influencias del cineasta en esta cinta se sienten bastante marcadas, evocando por momentos al cine de Steven Spielberg con un toque del escritor H. P. Lovecraft y un escenario que nos recuerda a unos de los géneros más antiguos del cine: el western.

Es en el guión, también escrito por Peele, que las cosas comienzan a tambalearse. A veces menos es más, y ¡Nop! ilustra esto a la perfección: son tantos los conceptos o ideas que el cineasta quiere desarrollar, que al final todo termina siendo tocado de manera superficial. Peor aún, a veces se siente como si fueran dos o incluso tres películas diferentes en una, causando que las intenciones del cineasta sean confusas. Cuando llegamos al último tramo es inevitable preguntarse dónde quedaron ciertos conflictos que se plantearon en el primer y segundo acto o que claridad aportan a la resolución final. La ejecución tampoco creo que sea la mejor, hay un puñado de cosas que probablemente sonaban bien en el texto original pero a la hora de ser retratadas en la pantalla no terminan funcionando del todo.

La estructura del largometraje también llama la atención pero no en el buen sentido. Esta historia se va contando a través de capítulos pero en ningún momento se justifica esa decisión creativa o se siente como si aportara algo, todo lo contrario, cuando la cinta va ganando impulso, frena súbitamente el éxtasis del espectador para fundirse en negro en el momento más tenso y dar pie al siguiente segmento, que en ocasiones no tiene nada que ver con lo que se nos estaba contando previamente. De la mano con esto, ¡Nop! tiene claros problemas de ritmo: se toma demasiado tiempo para llegar al punto, tiene un par de flashbacks intrusivos que impiden que la trama se desarrolle de forma orgánica y al final intenta retomar el rumbo de forma acelerada (por no decir desesperada). Al final, sus dos horas pueden llegar a sentirse frustrantes por la suma de todo esto.

En el apartado actoral, Daniel Kaluuya ofrece una actuación más contenida y restringida en comparación con su trabajo en ¡Huye! - 99%, pero no por ello es menos poderosa: al final, el actor británico verdaderamente logra venderte el arco de su personaje hacia la redención. Desde su primera aparición a cuadro, Keke Palmer se roba el show con un carisma palpable que inunda la pantalla y nos entrega momentos de alivio cómico que arrebatan carcajadas al por mayor. Brandon Perea también comparte una química particular con sus dos compañeros de rodaje, siendo al final un elemento importante para que el filme funcione de la forma en que lo hace. Steven Yeun, sin embargo, se siente algo desaprovechado aquí: su personaje tiene una historia de fondo completamente siniestra que tanto el intérprete como el guión pudieron explotar más.

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Solamente se pueden decir maravillas del despliegue técnico que se hace en ¡Nop! - 85%. Es difícil hacer el reconocimiento que todo el equipo detrás se merece sin revelar detalles importantes de la trama, pero el departamento de efectos especiales cumple con creces al entregarnos una entidad antagonista para los libros de historia. Al principio, dichos efectos pueden lucir un tanto simples e incluso baratos, pero todo esto cumple un propósito mayor, recompensando al espectador después de un inesperado giro en la trama con una criatura única y surrealista que me recordó un poco a lo que vimos en La Llegada - 94% de Denis Villeneuve. La impresionante fotografía de Hoyte Van Hoytema, fiel colaborador de Christopher Nolan, te transporta al epicentro de la acción con un ojo inmersivo que captura la epicidad de esta historia como pocas películas. El sonido también es digo de mención por su impacto estridente que logra generar escalofríos en múltiples ocasiones.

En general, esta última salida de Peele tiene potencial para convertirse en una película de culto en el futuro por lo excéntrica y divisiva que puede llegar a ser. No se parece en prácticamente en nada con los trabajos previos de su autor y creo que eso podría llegar a desanimar a los que buscaban una repetición o perfección de la fórmula habitual. Sin embargo, aquellos que conecten con sus placeres alienigenas quedarán satisfechos con la reinvención de un cineasta que tanto en fondo como en forma siempre busca ofrecer algo fuera de la convencional en géneros explotados hasta el cansancio por los grandes estudios cinematográficos.

Finalmente, ¡Nop! - 85% es un perturbador escape a la mente de Jordan Peele que confirma sus talentos para retratar los horrores de la sociedad contemporánea con un ojo crítico único. Puede que tenga algunas deficiencias por aquí y allá, pero con un concepto tan arriesgado como este, el resultado termina siendo bastante satisfactorio. Una cosa es segura: después de esto no volverás a ver las nubes de la misma forma.

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