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Este fin de semana estrena Retiro, cinta de la directora Daniela Alatorre. Retiro es un documental que pone en primer plano la perspectiva femenina a través de la experiencia qie viven miles de feligreses del Bajío que encuentran solaz de un mundo aún regido por masculinidades vetustas, durante un retiro religioso femenino en el Santuario de Atotonilco, en Guanajuato. Con una mirada siempre hospitalaria y un acceso irrestricto a la intimidad de sus protagonistas, Alatorre confirma con su primer largometraje como directora una lección primordial: el documental es también una forma de refugio o recogimiento.

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El equipo de Tomatazos conversó con la directora de este documental, Daniela Alatorre y Perla Ávila, una de las protagonistas de Retiro. Para arrancar con la entrevista, la directora nos compartió cómo fue su acercamiento a esta historia. Nos compartió que conoce a las protagonistas desde hace años y uno de los aspectos por los que más se sintió atraída fue por la sabiduría y la fortaleza que encontró en Marina.

Yo conozco a Marina, la abuela, Zoila, la mamá y a Perla que es la nieta desde hace muchísimos años. Creo que conocí a Perla cuando tenía uno o dos años y es para mí una relación que está atravesada por el afecto. Me atrajo mucho la sabiduría y la fortaleza de Marina, una mujer de campo que proviene de una familia muy tradicional, pero que aún así tiene una fortaleza y una sabiduría que era como una especie de imán.

Alatorre, aseguró que la idea de Retiro surgió cuando ella estudiaba cine en Estados Unidos. Fue en su búsqueda por entender el contraste que exista en una mujer como Marina, que se dio cuenta que, no solo encontró un gran personaje, sino una potente historia que decidió continuar documentando aún después de concluir el proyecto de titulación de su Maestría.

Estaba haciendo una maestría documental en la ciudad de Nueva York y me tocó qué iba hacer de titulación, decidí que quería hacer una suerte de indagación, entender de dónde venía toda esta fortaleza de Marina, cómo se transmite toda esta fortaleza y sabiduría entre generaciones de mujeres y qué era ese retiro del cual ella me había hablado durante tantos años. Después de terminar la maestría seguí trabjando en la película y así fue como se convirtió en largometraje.

La directora nos detalló cómo fue que obtuvo el permiso para filmar su documental en un espacio religioso y durante una práctica que se lleva a cabo a puertas cerradas. Aseguró que una de las razones para que le permitieran adentrarse en este santuario fue que, ella también formó parte de las actividades religiosas junto a sus protagonistas.

Creo que es una película a la que la caracteriza la intimidad con la cuál me relaciono con los protagonistas, pero también en este espacio religioso tan íntimo y tan privado. Creo que se relacionan varias cosas, cuando yo fui a pedir permiso para entrar al retiro acababa de cambiar el director, el Santuario de Atotonilco y me permitió la entrada a pesar de que hacían muchos años de que no entraban cámaras en este lugar. Creo que parte fue porque era un nuevo director y parte porque yo iba a entrar con ellas.

Alatorre, resaltó que las tres mujeres protagonistas de su historia fueron una pieza clave para que ella pudiera adentrarse más a esta comunidad de mujeres, ya que entre ellas se conocen dedde hace años.

Ellas ma arroparon, no solo en ese espacio, sino con otra comunidad. Con su comunidad de mujeres que conocen desde hace muchos años, Marina tenía 15 años de ir al retiro y son mujeres que se ven cada año, entonces, yo entré con ellas.

La realizadora nos detalló que tuvo que entrar sola a este espacio y hacerse cargo de varios puestos en el set. Subrayó que le interesaba filmar su documental de una forma distinta a como se suele hacer en este género cinematográfico. También acotó que le interesaba posicionarse como una integrante más del retiro y no como una mirada intrusiva a esta práctica.

La segunda cosa es que entré sola, sabía que si estaba sola con mi cámara, tanto con ellas en la casa, en la escuela, en la vida cotidiano, como en el retiro iba a ser una presencia menos invasiva, más amable. También decidí que quería entrar sola, pero con un equipo de cámara muy grande, no quería documentar este espacio como la tradición del cine documental de la mosca en la pared, no quería estar escondida documentando lo que sucedía, quería hacerme presente parada a la mitad del atrio, yo quería que me vieran y reconocer que al igual que yo la estaba mirando, ellas me estaban mirando. Eso también permitió que no se sintiera como una intromisión, sino como un reconocimiento de aquí estoy, yo las veo y ustedes me ven. En este vernos es que se lleva a cabo la película.

La directora agregó que filmar sola este documental fue un reto técnico que implicó muchas dificultades, pero otra parte eso le permitió alcanzar un mayor nivel de intimidad con sus protagonistas, lo cual se refleja en las imágenes del largometraje.

Es difícil estar sola con la cámara, porque digamos que técnicamente implica muchas dificultades, pero al mismo tiempo me permitió una intimidad y una cercanía en la cual había momentos en los que Perla ni siquiera se daba cuenta que yo había sacado la cámara, que había puesto un micrófono y eso es lo que permite también trabajar en esta forma en la que se consigue esta cercanía y esa intimidad.

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Alatorre, compartió que el rodaje duró un poco más de tres años. Tres años durante los cuales asistió de forma consecutiva a este retiro que se realiza anualmente. La cineasta relató que la primera vez que ella se integró al retiro, descubrió una serie de cosas que cambió su perspectiva en muchos sentidos.

El retiro se lleva a cabo una vez al año, la primera vez que entré al retiro me dejaban entrar como a las nueve de la mañana y a las cinco de la tarde me mandaban fuera. La primera vez que yo entré al retiro no sabía exactamente qué quería documentar en el retiro. Yo entré también con muchas preconcepciones y muchos prejuicios. Cuando entré al retiro me di cuenta que a la par de este discurso religioso, central, predominante, estaban sucediendo cosas en la periferia que eran estos encuentros de mujeres con otras mujeres, ese acompañamiento, ese acuerpamiento, este intercambio de historias que era para mí más poderoso que lo que estaba sucediendo en el atrio central y que ahí era donde yo quería que sucedería mi película.

La cineasta regresó al año siguiente al santuario de Atotonilco, para formar parte nuevamente de otro retiro. En esta ocasión se quedó durante más tiempo en el lugar para documentar todo lo que fuera posible.

Esperé todo un año para regresar al retiro. El segundo año me dejaron entrar y me quedé ahí en el retiro, estaba grabando a todas horas, en la noche todos estos documentos de iluminación de velas.

En su tercer año de retiro, Alatorre se interesó por retratar de la soledad, la búsqueda dd la autonomía y qué manera ha sido representada la mujer en la Iglesia Católica.

En un tercer año, yo regresé al retiro porque yo quería ver estos espacios vacíos, quería enfocarme un poco en cómo ha sido representada la mujer en las figuras de la Iglesia Católica, visualmente trasladar esta búsqueda de soledad y búsqueda de autonomía.

La realizadora comentó que el rodaje fue un proceso largo, en el que se ocupó por descubrir qué era lo que realmente quería plasmar en este largometraje y el punto de vista de la historia.

Fue un proceso largo, porque yo tenía qué entender cómo quería contar esta película, de quién era el punto de vista de esta película y después de mucho trabajo entendí que el punto de vista de esta película era el de ellas (Marina, Zoila y Perla). Que era a través de su voz y de su punto de vista que yo quería que el espectador entendiera esa experiencia.

La directora habló acerca de la importancia que tiene para ella destacar a través de su documental el poder de la compañía femenina. Detalló como la compañía de las mujeres nos determina y nos define a lo largo de nuestras vidas.

Para mí lo más importante es poner en evidencia que la compañía femenina es sumamente poderosa. Independientemente del contexto, está compañía femenina con miles de mujeres en un espacio religioso, pero también entre generaciones de mujeres. La compañía de tu mamá, la compañía de tu abuela, la de Perla, la mía y la tuya, nos definen y nos determinan, nos definen y es sumamente poderosa. Que solo es a partir de entender las diferencias, que se vuelve aún más poderosa.

Alatorre, aseguró que durante su proyecto fue más consciente del lo que significa ser mujer en búsqueda de autonomía y libertad. Enfatizó que es in proceso de reflexión por el que atraviesan todas las mujeres sin importar su contexto o lugar de origen.

Yo lo que me di cuenta es que el proceso de reflexión sobre lo que significa ser mujer, esta pequeña búsqueda de autonomía, esta libertad cotidiana, es un proceso de reflexión por el que pasamos todas las mujeres. No importa si es un contexto urbano, en un contexto rural, un contexto académico o en distintas geografías.

La cineasta apuntó que el acompañamiento ente mujeres durante la reflexión, es algo que ayuda a encontrar libertad y autonomía ente unas y otras. Así mismo, comentó que esto no es algo exclusivo de grupos feministas.

Está reflexión es una cosa por la que pasamos todas. El acompañamiento de otras mujeres en esta reflexión ayuda a encontrar y explorar sobre esa autonomía y esa libertad cotidiana. Me gusta pensar que ese un proceso por el que pasamos todas, no es una cosa exclusiva de los grupos que se autodenominan feministas, o nos autodenominamos feministas, es una cosa que se comparte y no es una cosa nueva, es algo que siempre ha sucedido en la periferia, en las cocinas, en los espacios religiosos, en estos espacios en los que se les permite encontrarse a las mujeres con otras mujeres.

No obstante, Alatorre, aclaró que no todas mujeres cuentan con las mismas herramientas y posibilidades emocionales o económicas para transformar su realidad, pero que eso no quiere decir que no se cuestionen dicha realidad.

Esta reflexión atraviesa a todas las generaciones de mujeres, pero igual no todas las mujeres tienen las herramientas emocionales y económicas para alomejor transformar esa realidad a la que se enfrentan, pero eso no quiere decir que no se la cuestionen.

Perla Ávila, protagonista del documental, agregó que Retiro puede otorgar herramientas para transformar la vida de futuras generaciones de mujeres.

Es un tema en el que podemos observar bastante. Las ganas de querer transformar una vida, pero justamente no todas tenemos las posibilidades para poder hacer una transformación en donde sea muy notable, pero que sean para ellas pequeños cambios que ellas o nosotras podamos ir notando. Internamente es suficiente, pero también da estas herramientas para que las futuras generaciones quieran hacer estas transformaciones más visibles.

Le preguntamos a Perla qué se había transformado en ella después de verse en pantalla, como protagonista de Retiro, la joven explicó que no sabe si fue una transformación como tal, pero considera que sí se cumplieron varios de sis objetivos para generar cambios en las nuevas generaciones.

No sé si como tal una transformación, pero sí pudo ser como una mirada a lo que yo quería, que no quedarán estas palabras en vano, que en algún momento si no las hubiera visto o no hubiesen sido tan notables o tan reflexivas para mí, pero que gracias al darme tiempo de verlas o escucharme, de decir sí es realmente lo que quiero, sí es lo que pretendo, qué estoy haciendo, hacer estos cambios para mí y para las nuevas generaciones.

Ávila, subrayó que gracias a su madre y su abuela, ha podido crear cambios en ella, pues ambas la han acompañado a nivel emocional y espera que así pueda seguir siendo en el futuro también para otras mujeres

El valor de todas estas palabras de mi abuela y de mi mamá, que ha pesar de que he hecho el cambio en mí, el cambio ha sido gracias a estas generaciones que me han dado apoyo emocional para decir, "ok, nosotras ya no pudimos hacer el cambio, pero tú sí tienes la posibilidad de hacerlo".

La directora, concluyó la entrevista compartiendos qué alcance espera que tenga su documental. Espera que Retiro pueda ser una película que de pie a debates y conversaciones, las cuales puedan llevar a muchas mujeres y público en general a reflexionar.

Me interesa un cine que no escapa de la ambigüedad, que no escapa de la tensión que se genera entre este deber ser, que promueve la familia, la iglesia, la sociedad para las mujeres y esta búsqueda de autonomía. Lo que me interesa es que genere reflexiones y discusiones alrededor de temas como ls compañía femenina, quiénes son nuestras familias, nuestras abuelas, nuestras mamás, sobre el trabajo de cuidados que ha sido tan importante, que normalmente son las mujeres quienes ocupan esos roles; cómo atraviesa la religiosidad a las mujeres en México y que se generen conversaciones que van más allá de la película.

El documental Retiro, estrena en cines mexicanos este 27 de mayo, para más información acerca de esta cinta puede visitarse el sitio oficial del proyecto en Noficcion.mx

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