Tomatazos

El tema de la diversidad en las películas de James Bond puede ser bastante controversial, especialmente porque una parte de sus fans, quienes son responsables del éxito comercial de una película, no están muy de acuerdo con que las aventuras del espía británico sean diferentes a lo que están acostumbrados a ver. Podemos decir que tiene que ver sobre todo en cuestión de personajes, pero hay que decirlo, y es que hay personas que prefieren que se mantenga la costumbre de verlo “a la antigua”, es decir sin un ápice de modernidad. Debido a las potenciales reacciones negativas es que las últimas producciones del agente no han podido actualizarse del todo para estos tiempos a pesar de que el estudio lo ha estado haciendo paso a paso.

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La discusión abarca muchos detalles y, como ocurrió con Sin tiempo para morir - 83%, hay que recordar que James Bond es uno, pero el nombre de agente 007 es un simple título que puede llevar cualquier otro espía. Esto da paso a que la franquicia pueda explorar muchas historias diferentes, aunque algo nos dice que le tomará, tal vez, un poco más de tiempo. Ya ha estado en la conversación que James Bond pueda ser un actor de color, y nombres como el de Idris Elba suelen aparecer cada cierto tiempo, pero MGM nunca dio el paso. Ahora que está en control de Amazon, compañía que compró Metro-Goldwyn-Meyer por US$8.45 mil millones, sabemos que sucederá lo mismo que cuando Disney adquirió Lucasfilm: se vendrá mucho contenido nuevo y, al ser una de las propiedades más exitosas del estudio, no dudamos en que su nuevo dueño vaya a sacarle el jugo.

Aunque las películas de James Bond no son exactamente las más diversas, e incluso cuentan con adaptaciones del espía descaradamente misóginas, hay un dato interesante que se encuentra cuando damos un vistazo a su pasado. Una de las cintas de los años ochenta contó con una actriz trans en el papel de una de las chicas Bond que ha tenido la franquicia, siendo algo que, curiosamente, parece estar enterrado entre toda la información de la que el público tiene conocimiento en relación al personaje y sus aventuras cinematográficas.

Cuando se habla de pioneros LGBTQ+, el nombre de Caroline Cossey no suele aparecer, pero es uno de gran importancia. Esta chica Bond, es bailarina y una supermodelo que llevó al gobierno británico ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los años 90 en un intento por cambiar las leyes discriminatorias del Reino Unido. Cossey es un ejemplo de superación en todos los sentidos, dado que tuvo que huir de casa cuando cumplió los 17 años de edad y consiguió un empleo como acomodadora en West End, esa área urbana de Londres que es famosa por ser el destino de quien está en busca de las mejores obras de teatro y musicales en vivo.

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Una vez allí, un coreógrafo la notó y le preguntó si quería ser parte de un show. En esa época, ella aún no se había realizado la cirugía de afirmación de género y se lo comunicó inmediatamente creyendo que por esa razón no podría aprovechar la oportunidad que se le presentó. Sin embargo, al coreógrafo en cuestión no le importó y más bien le dijo que debería intentarlo. Así, Caroline Cossey participó de una audición que le cambió la vida, puesto que de allí terminó presentándose en lugares como París y Roma, obteniendo ganancias que le permitieron cubrir su cirugía, la cual a su vez daría paso a que se convierta en una supermodelo reconocida a nivel internacional.

Era 1978 cuando recibió amenazas de un tabloide que había conseguido información de que ella era una mujer trans y estaba dispuesto a publicarla en los medios de comunicación. A raíz de eso, dejó el programa de televisión en el que aparecía en esa época, y de acuerdo con lo que detalla Pink News, fue seleccionada como un extra para el filme 007: Sólo Para tus Ojos - 73%, el cual se estrenó en 1981. Al poco tiempo, se publicó en News of the World, en contra su voluntad, que “la chica Bond era un chico”, que es lo que decía el titular exactamente. Cabe destacar que para ese entonces, incluso había estado en las páginas de la revista Playboy, y que Cossey era conocida en el mundo del modelaje como Tula.

Decir que su vida se vino abajo cuando sucedió eso es poco. Cossey, nacida en Inglaterra en 1954, recordó en una entrevista con Cosmopolitan que en una ocasión visitó el programa de Howard Stern y que él se burló de ella al salir “vestido como mujer”. Estas fueron sus palabras:

Todo cambió cuando fui a Howard Stern. Salió disfrazado de mujer para entrevistarme y bromeó diciendo que se había sometido a la cirugía. También hizo una broma sobre cortarse el pene y luego me entregó una salchicha, y sentí que no necesitaba esto. Necesitaba mantener la cordura.

En la misma entrevista recordó que llegó a considerar el suicidio como una vía de escape. Sobrevivir a su intento de quitarse la vida la hizo sentirse tan miserable como la revelación en sí:

Me desperté en mi baño con vómito. Simplemente me sentí mal y avergonzada. Y luego, en cierto punto, me cansé de avergonzarme de algo sobre lo que nunca tuve ningún control, que era mi género asignado.

Después de eso se involucró en la lucha por sus derechos. Conoció al conde italiano Glauco Lasinio, con quien se involucró sentimentalmente, pero fue él quien la instó a empezar una campaña en contra de las leyes anti-trans de Reino Unido, incluyendo el hecho de que no se le permitía casarse con un hombre. Su relación terminó antes que su caso, que tomó 7 años de proceso, el cual llevaría su petición contra la negativa del gobierno británico a tratarla como mujer ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Todo esto ha sido contado también en su autobiografía I Am a Woman, donde detalla su vida con detalles.

En 1990 publicó My Story, su segundo libro, y para ese entonces ya estaba de vuelta en el modelaje y la actuación, pero le costó casi una década y mucho esfuerzo regresar al camino en el que estaba antes de que los tabloides revelaran que es una mujer trans. Además, la lucha por los derechos de las personas trans continuaban, ya que como ella le dijo una ocasión a Joan Rivers, las leyes en Reino Unido eran mucho más drásticas que en los Estados Unidos. Se refirió al impacto que tuvieron los tabloides y cómo afectó a su matrimonio en la época:

Decidimos no decirles (a sus padres que yo era transgénero). Fuimos de luna de miel a Acapulco y pensamos en contarles dos años después. Volvimos y estaba en primera plana en uno de los tabloides. Fue convocado a casa por su madre, dos días después recibí una llamada telefónica de su hermano diciendo que necesitaba un abogado. Nunca volví a ver a mi esposo y no tenía en donde apoyarme en términos de un acuerdo. El matrimonio fue anulado. Ser expuesta por la prensa, ser abandonada por mi esposo, esos son los problemas que estoy tratando de abordar. Mi certificado de nacimiento no se puede enmendar, lo que significa que legalmente soy hombre y no puedo casarme. Violo la ley todos los días porque uso los baños de mujeres.

Tomó varios años más que realmente haya un cambio, pero finalmente, en 2005, entró en vigor la Ley de Reconocimiento de Género, que permite a las personas ver su género ser reconocido legalmente. En su entrevista más reciente con Cosmopolitan habló sobre lo bueno que es que con el paso del tiempo las cosas estén cambiando:

Los tiempos han cambiado tanto que es asombroso. A lo largo de los años, cuando veía programas con personajes homosexuales, sabía que algún día habría más visibilidad para las personas trans.

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