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Por qué las secuelas de Halloween, de John Carpenter, no logran estar a la altura de la película original

A pesar de que la franquicia Halloween se ha extendido por más de 40 años con muchas secuelas y varios reinicios, sus entregas no tienen lo que hizo tan diferente a la película de 1978.

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Por qué las secuelas de Halloween, de John Carpenter, no logran estar a la altura de la película original

A pesar de que la franquicia Halloween se ha extendido por más de 40 años con muchas secuelas y varios reinicios, sus entregas no tienen lo que hizo tan diferente a la película de 1978.

POR María Belén Izurieta Barreto -

En su momento, Halloween II - 31% fue la película más divisiva de la historia protagonizada por Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y el inexpresivo asesino Michael Myers. El enmascarado del que no se sabía nada en Halloween - 94%, el clásico de 1978, más allá de que el Dr. Loomis lo consideraba cualquier cosa menos un hombre debido a su naturaleza, pasó de ser conocido como un sociópata que marcaba personas como objetivos de forma aleatoria a tener una “justificación” para lo que hacía, e incluso una conexión con la protagonista original. Ya son más de 40 años y la franquicia no ha bajado el ritmo puesto que continúa lanzando secuelas y reinicios, pero cada cierto tiempo no se salva de uno que otro título que en lugar de convencer al público termina dividiéndolo (otra vez).

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Ha vuelto a pasar tras el estreno de Halloween Kills: La noche aún no termina - 63%, la cual ha sido descrita por los medios como “deliciosamente divisiva” o “condenada a causar división”. Hace años, el público veía un filme slasher para ver muertes increíbles en historias que se enfocan más en mostrar a mujeres desnudas y un conteo de cuerpos que aumenta con el paso del tiempo. Ahora, es más común encontrar que las historias tratan de aportar y que en muchas ocasiones son más que una simple película sobre un asesino persiguiendo gente al dotarlas de temas como la justicia social. En cierto modo, esos detalles adicionales permiten a las películas tener más sustancia, y hay una parte del público que está de acuerdo con eso, mientras que otra no.

En la superficie, el reinicio parece una victoria fácil para Blumhouse: regresa una propiedad querida, repleta de Curtis, Nick Castle y John Carpenter a cuestas. Michael Myers está de vuelta en lo que mejor sabe hacer, y una Laurie Strode adulta está lista para desquitarse. Lo que quizás se perdió en las décadas entre la película original y su reinicio es la comprensión de la compleja red de factores que hicieron de la película original un clásico querido. La respuesta a esa pregunta varía tanto de un fan a otro que es casi imposible obtener un consenso 40 años después. Es por eso que la película es tan polarizante: una base de fans fragmentada que aprecia el original por razones tan variadas estará aún más dividida por diferentes expectativas y deseos. Es por eso que el reinicio que empezó en 2018, el cual parecía haber empezado con pie derecho, solo nos recuerda esto con su secuela.

La asombrosa recaudación del primer fin de semana de Halloween Kills, la duodécima película de la franquicia, puede haber sorprendido a algunos; después de todo, el público aún quiere visitar los cines aunque la crítica no sea tan amable y hay una pandemia. Pero así como no puedes matar a Michael Myers, el psicópata que empuña un cuchillo, no puedes matar a Halloween, que ha sobrevivido a otras franquicias de terror de la misma época como Friday the 13th, inactiva desde 2009, y A Nightmare on Elm Street, que no ha tenido nuevas entregas desde 2010. Entonces, ¿qué tiene esta serie que ha demostrado ser tan duradera? El impacto de la película que dio pie a las demás.

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Es imposible exagerar el impacto del filme de John Carpenter, que ahora es tratado como un texto sagrado entre los aficionados al terror, y por una buena razón. El thriller fue innovador, literalmente desde el primer momento: comienza con una secuencia larga en la que vemos un brutal asesinato a través de los ojos del asesino. Es fácil entender lo que los imitadores sacaron de esto: el encuadre del punto de vista de respiración pesada, la desnudez gratuita, víctimas muriendo después de un encuentro sexual casual. Pocos se molestaron en replicar la magia técnica de Carpenter: esa toma de introducción de cuatro minutos, o usarla tan ingeniosamente y retrasar, durante el mayor tiempo posible, el momento de conmoción cuando Carpenter finalmente revela que el asesino es Michael Myers, un niño de 6 años.

En marcado contraste con las películas de terror que generó, e incluso con sus propias secuelas, apenas se derrama una gota de sangre en Halloween. Carpenter y su co-guionista y productora, Debra Hill, pasan gran parte de la primera hora de la película creando personajes, en particular la última posible víctima de Myers, la niñera Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), y al psiquiatra Dr. Loomis (Donald Pleasence). En lugar de deleitarse con la sangre, el énfasis de la película está en el suspenso, el terror y la atmósfera. La elegante dirección de Carpenter hace un uso ingenioso del espacio negativo y la oscuridad, así como de los primeros planos y fondos, que frecuentemente revelan la presencia del asesino al espectador antes de que él sea visto por sus posibles víctimas.

Halloween II todavía tiene momentos de terror visceral que rivalizan con la primera película, y composiciones que dejan sin aliento. La disposición de las películas de Halloween a asumir riesgos, al menos al principio, es más pronunciada en Halloween III: El imperio de las brujas - 33%, un esfuerzo por cambiar el nombre de la serie como una antología de terror, contando una historia completamente diferente con otro estilo. Pero esa es probablemente la otra explicación de la longevidad de Halloween: su maleabilidad. Esta también es su maldición y la razón por la que las secuelas de Halloween no logran estar a la altura de lo que alguna vez fue.

La franquicia tiene películas que son más de lo mismo y otras parecen cualquier cosa menos algo que habría hecho John Carpenter u otra persona en su lugar si fuera una secuela correcta. Algunas tienen momentos de miedo genuino e interesantes actuaciones, pero se equivocan en que reaccionan a las tendencias en lugar de establecerlas, que es lo que la primera hizo bien. Sin embargo, hay algo más, y es que cada película destruye todo lo bueno que tiene la anterior. El problema principal con la serie original de Halloween es que cada nueva película tira gran parte del arduo trabajo de su predecesora a la basura.

Esto comenzó con Halloween II, que reveló que Laurie y el asesino son hermanos, información que no está presente en la original. Inmediatamente, esto se desvía de uno de los atractivos de la primera película: que Michael es una fuerza de destrucción aleatoria. Con su relación hermano-hermana revelada, Laurie ya no parece ser una niñera bastante común que fue desafortunada como para encontrarse con el mal. Michael siempre estuvo destinado a encontrarla de nuevo. El filme original implicaba que Michael podría perseguir a cualquiera después, incluso a ti, pero la secuela sentó el precedente de que principalmente quiere matar a su familia, lo cual no es tan aterrador.

La tercera película tuvo la intención de lanzar una nueva serie de antología separada de la historia de Michael Myers. Pero esa configuración para el futuro de la serie se abandonó inmediatamente con Halloween 4: El regreso de Michael Myers - 29%, en 1988, que nos llevó de vuelta a la trama de Michael. Aunque Halloween II terminó con el Dr. Loomis llevándose a Michael con él, ambos están inexplicablemente vivos y bien en la cuarta película. Esta tendencia a revertir las muertes aparentes no es infrecuente, pero la franquicia tiene la mala costumbre de matar personajes frente a nuestros ojos para después sacarlas de la manga y regresarlas a la historia. Además, también fue problemático el asesinato de Laurie Strode fuera de la pantalla, lo que hizo que su esfuerzo para salir con vida de la segunda película quedó en nada.

Hay esfuerzos por repensar, cambiar la marca y reiniciar ese ejercicio de suspenso original y comparativamente simple que salen bien en algunas franquicias, pero aunque Halloween de vez en cuando tiene buenas ideas, la forma en que aplica algunas de estas afectan la escasa continuidad que tiene y termina destruyéndose a sí misma. Aún recordamos que la quinta entrega nos dijo que Michael en realidad estaba siendo controlado por un culto. ¿Qué hay de aterrador en eso después de todo lo que vimos antes? Las nuevas películas han intentado corregir el curso, pero la serie probablemente nunca volverá a escalar esas alturas, aunque el público seguirá apareciendo de la misma forma en que acude a ver un partido de fútbol de un equipo al que le tiene mucho cariño, pero que solo gana de vez en cuando.

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