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RESEÑA | Fundación: una adaptación al borde del vacío galáctico

El nuevo show de Apple TV+ toma algunas lecciones de Game of Thrones para adaptar el clásico de ciencia ficción, pero ciertos elementos la ponen en riesgo de caer en un agujero negro.

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RESEÑA | Fundación: una adaptación al borde del vacío galáctico

El nuevo show de Apple TV+ toma algunas lecciones de Game of Thrones para adaptar el clásico de ciencia ficción, pero ciertos elementos la ponen en riesgo de caer en un agujero negro.

POR Gabriel Escogido -

Una de las obras de ciencia ficción clásicas, que ningún fan del género puede no conocer, es la trilogía de la Fundación de Isaac Asimov . El relato, inspirado en la historia del imperio romano, es uno que Hollywood ha soñado con adaptar por años. Finalmente, Apple consiguió realizar dicha tarea con David S. Goyer, guionista que funciona como showrunner. En ese delgado balance entre modificar el lenguaje audiovisual y mantener la esencia de la historia, la serie se encuentra al borde del abismo galáctico.

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Fundación es el relato del plan de Hari Seldon (Jared Harris), un matemático que desarrolla la llamada psicohistoria, una nueva ciencia que permite predecir el comportamiento de las masas. Para su mala suerte, los cálculos de este personaje revelan que el Imperio Galático, regido desde el planeta capital de Trántor, está a punto de colapsar. La única forma de prevenir una era oscura, o más bien de reducirla a una duración de apenas un milenio, es fundando una ciudad encargada de conservar todo el conocimiento de la humanidad en Terminus, un mundo al extremo de la galaxia y manteniéndolo a salvo de los conflictos políticos del régimen en caída libre.

Si la trama les suena a todo menos a una ópera espacial, es porque la novela no lo es. El texto de Asimov se considera inadaptable, entre muchas otras razones, porque antes que resolver los problemas con batallas y a punta de disparos láser, el libro exalta por la forma en la que sus personajes dan solución a los conflictos a través de negociaciones que se expresan mediante muchos diálogos y con varios giros sorpresa. No en vano, una célebre frase de la trilogía es “la violencia es el último recurso del incompetente”.

Evidentemente, no hay nada cinematográfico en tener a un puñado de personajes platicando en una habitación sobre tratados de comercio y política… ¿o sí? Si algo nos demostró Game of Thrones - 83% es que una narrativa equilibrada que pasa tanto tiempo hablando de estrategia como en batallas extravagantes y con dragones destruyendo ciudades puede resultar adictivo. Y no es difícil notar que esta fue una lección que Goyer aprendió del show de HBO, pues Fundación, al igual que la pelea por el trono de Westeros, está dividida en varias líneas narrativas que siguen a distintos personajes y, como sucede en la novela, que avanzan a grandes saltos hacia adelante en la cronología.

Por un lado, tenemos a Salvor Hardin (Leah Harvey), una sheriff de Terminus que, durante los primeros años del la Fundación, tiene que enfrentarse a una invasión; está también la subtrama del emperador Cleon (Lee Pace), personaje con el que Goyer se tomó más libertades y quien parece ser el antagonista principal del show, y su resistencia a permitir que el Imperio colapse para mantenerse en el poder; y está también Gaal (Lou Llobell), una de las aprendices de Seldon y brillante matemática que es misteriosamente atrapada en una conspiración. Hábilmente, el showrunner hila episodio por episodio las historias de estos personajes, aunque quizá no al mejor de los ritmos. Pues no es sino hasta el quinto episodio que las batallas galácticas empiezan, se comienza a revelar cuál es realmente el plan de Seldon y qué implicaciones tiene para cada uno de los protagonistas.

Temáticamente el show se adhiere a las grandes preguntas de la novela. El contraste entre las doctrinas filosóficas del libre albedrío y el determinismo, mejor expresado en la idea de que un plan puede prevenir ciertos eventos o provocar otros es uno de ellos. ¿Puede el plan Seldon funcionar porque el comportamiento en masa tiene mayor efecto que el individual? ¿Y si alguien actúa en contra del plan es suficiente esto para alterar el curso mayor? Estas son cuestiones que la trama de Fundación pone, principalmente, en los hombros de Salvor y Gaal, quienes se ven confrontadas con la posibilidad de alterar lo establecido por su mentor y fundador.

Si la historia se adhiere a los temas y la estructura narrativa trata de darle espacio a cada uno de los personajes, ¿qué es lo que tiene en turbulencia a Fundación? Su caracterización y, en cierta medida, sus actuaciones. Si uno lo piensa, en Game of Thrones, por seguir con la comparación, uno de los elementos más disfrutables de ese show son los personajes. Ya sea el ágil humor de Tyrion, la ferocidad y rabia de Cersei o Ramsay o la inocencia y honor de Arya o Jon Snow, son las interpretaciones de estos personajes casi arquetípicos los que ayudan al espectador a engancharse con el show.

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En la serie de Apple, Llobell, Pace y Harvey no tienen mucho con que trabajar, porque sus personajes no tienen una personalidad tan fuerte o tan bien delineada, lo que hace difícil conectar con ellos y querer ver continuar su historia, incluso cuando el show presenta varios giros de tuerca para sorprender y mantener las expectativas. Este es otro de los grandes retos que representaba adaptar la novela, pues Asimov no es recordado por sus personajes tanto como por las ideas que presentaba en sus libros.

Otro decepcionante elemento es que en su ambición por concebir todo un universo, el diseño de producción, que depende del equipo del programa porque el autor era muy vago en sus descripciones, no es particularmente deslumbrante y es posible notar que prefirieron darle el dinero al equipo de efectos especiales. El mundo del show se ve como una versión con menor presupuesto de Star Wars, saga que irónicamente se inspiró en la trilogía de Asimov.

Fundación tiene raíces sólidas en un libreto que sabe cómo hacer malabares un elenco grande, y aparentemente fragmentado para, contar una sola historia, sólo necesita tiempo. Si los primeros cinco episodios son indicadores de algo, es que Goyer entendió bien los temas de la novela. Lo único que queda por ver es si la segunda mitad de la primera temporada afianza la construcción de personajes para darle el empuje que le falta o si se desconoce al borde del vacío galáctico. La serie lanzará sus primeros dos episodios este 24 de septiembre en Apple TV Plus y luego llegará con un episodio cada semana.

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