Tomatazos

Un Lugar en Silencio - 98% fue un éxito sin ninguna duda. La película tuvo un presupuesto de USD$17-21 millones y consiguió USD$341 millones. Le fue tremendamente bien. Una de las consecuencias de esto es que para la secuela tuvo el triple de presupuesto: USD$61 millones. Normalmente esto significa que la película va tener mejores efectos y poder hacer cosas que en la primera película no eran posibles. En el caso de Un Lugar en Silencio Parte II - 93% eso se ve reflejado en que es notorio que está cinta es todo lo que John Krasinski quería que la primera fuera y no pudo.

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Esto tuvo toda clase de consecuencias en la película. Una de las más notables es que cambió el género. La primera es una película de terror/suspenso. Muchas definiciones de ambas cosas existen, pero aquí quisiera citar la de suspenso de Lisa Kröger y Melanie R. Anderson que viene en el libro Monster She Wrote. Allí viene la distinción que pueden tener con el terror.

Suspenso: En nuestra experiencia, los autores usan este término cuando no quieren ser encasillados por el término terror. Sin embargo, hay una diferencia. El terror es sobre las emociones que los lectores sienten cuando experimentan la historia, usualmente a través de generar empatía con el protagonista. El suspenso depende de mecanismos de la trama, como el sonar metafórico de un reloj, para generar una respuesta.

En otras palabras, podríamos decir que el terror es una atmósfera de desesperanza, mientras que el suspenso depende de estrategias que nos mantienen al filo de la misma. Precisamente la primera pertenecía a ambos géneros porque el mundo postapocaliptico creado por monstruos ciegos que cazan a la humanidad genera el terror y el suspenso dependía del hecho de que nos mantenía al filo del asiento la posibilidad de que los protagonistas fueran a hacer algún ruido que atrajera a esas criaturas alienígenas hacia ellos.

Después de ver la segunda película, no tengo duda de que algo que ayudó a mantener la tensión constante en el primer filme fue el hecho de que no había el presupuesto para mostrar a demasiadas de esas criaturas, lo que permitía una sensación minimalista no muy disímil a Monsters: Zona Infectada - 72% de Gareth Edwards. En esta película ya pudieron llenar la pantalla de estos seres y eso da como resultado una película más frenética que se aleja del reino del terror y el suspenso y se va al reino de la película de acción con monstruos. Cabe decir que el presupuesto no es la única razón que logra esto. Otro factor determinante es que al final de la primera película, Regan haya descubierto que la distorsión creada por su aparato para la sordera es efectiva contra las criaturas alienígenas. En esta película va acompañada de un amplificador que le permite convertir esto en un arma para someterlas y matarlas. Eso elimina mucho de la tensión. Aquí vamos a ver morir a estos seres, como no ocurría en la primera película.

Volverlos vulnerables es lo que manda por la borda a gran parte del terror y el suspenso. La realidad es que lo que divide a las películas de terror con monstruos de las películas de acción con monstruos es la capacidad de los humanos de defenderse. Por ejemplo, una película de kaijus suele ser de acción porque tenemos a una figura como Godzilla o a un mecha (robot gigante) para defendernos. La humanidad no está indefensa. Un ejemplo es Titanes del Pacífico - 71%. Si la humanidad está indefensa contra esta amenaza y su muerte se vuelve una posibilidad constante estamos en el reino del terror. Cloverfield: Monstruo - 77% me viene a la mente. Lo mismo pasa con las películas de zombies. Si las personas tienen pocos métodos para defenderse y están rodeados suele ser de terror. Si por el contrario tienen el armamento suficiente para dispararles como a patos de feria, la tensión no va a estar ahí y simplemente va a ser una película de acción. Es la distinción que hay entre La Noche de los Muertos Vivientes - 96% y El ejército de los muertos - 78%. Un Lugar en Silencio Parte II - 93% está atrapada entre estos modos; el director está luchando por mantener la tensión, aunque haya elementos que la van quitando.

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Eso nos lleva a hablar de las estrategias de Krasinski para querer mantener el suspenso. La principal es dividir al grupo en dos. Uno está formado por Evelyn (Emily Blunt), Marcus (Noah Jupe) y el bebé; el otro está formado por Regan Abbott (Millicent Simmonds) y Emmett (Cillian Murphy), un amigo de la familia. De hecho, el bebé es el elemento principal que se siente que está puesto para ser el salvavidas que mantenga el suspenso a flote. Una de las grandes dudas que dejó la primera película es cómo se iba a resolver lo del bebé. Un ser cuyo llanto no podemos controlar, parecía una gran desventaja y algo que iba a mantener la tensión. El director lo resolvió guardándolo en una maleta y usando tanques de oxígeno para que respire. En general, se siente menos como un personaje que como un mecanismo para mantener el suspenso. Eso lo aumenta el hecho de que él y una herida de Marcus es lo que termina dividiendo a los grupos. Eso y que la mamá tiene que ir a buscar otro tanque de oxígeno. Como se podrán imaginar, en esa subtrama recae todo el suspenso y terror de la historia.

En la otra hay más acción e inclusive vemos la aparición de humanos malvados. También tiene un sentido que no tiene la principal. Ellos están en camino a una isla con una estación de radio. Regan está segura de que hay sobrevivientes gracias a una canción que se transmite en esa frecuencia. Su razón para viajar ahí es poder transmitir su distorsión en la estación como una forma de ayudar a los sobrevivientes.

El problema es que la aventura de esos dos personajes tiene un elemento que no me convence del todo: Emmett. El personaje de Murphy se siente como un reemplazo de Lee Abbott (John Krasinski). La película lo sabe y hasta lo dice en alguna ocasión. Hay un momento en el que él se lamenta de no poder ser como el papá de ellos. Su actitud y función en el filme parecer suplir al padre a la vez que su inutilidad en ciertas situaciones nos deja claro que Regan es capaz de valerse por sí misma. Lo que evita que esto sea un empoderamiento real es que lo hubiera sido mucho más que la dejaran hacer justo eso. Hubiera sido más potente si se narraba una historia sobre su fortaleza en la que sus hermanos estuvieran presentes en contraposición de un sustituto de segunda del padre. Como el personaje está en la película, quisieron darle más protagonismo, pero todo se siente tibio por culpa de Emmett y las constantes menciones al papá muerto.

Por otra parte, a pesar de querer demostrar que es una película inclusiva y diversa, cae en uno de los tópicos más desafortunados del cine de terror y el de Hollywood, en general. Me refiero a “Black Dude Dies First” (la persona negra muere primero). Es muy común que esto pase en una película con un elenco mayoritariamente blanco. Los primeros en morir siempre son las personas de color. Hay dos personajes de color en la película; uno es interpretado por Okieriete Onaodowan y el otro por Djimon Hounsou. Sobra decir que les pasa a ambos personajes, aunque es más notorio con el primer actor.

Dejando de lado todo lo anterior, hay otro elemento que es una prueba que estamos ante la película que el director no pudo hacer la primera vez. El prólogo. La escena inicial nos muestra el comienzo del apocalipsis causado por la invasión de esas criaturas. Es una manera ingeniosa de introducir a Emmett y de dejar claro que estamos ante una cinta con más acción que la original. Como suele ocurrir en escenas análogas de otras producciones postapocalípticas, todo esa secuencia es una reflexión sobre la fragilidad del mundo en el que vivimos y como todo eso se podría venir abajo en cualquier momento.

En fin, la realidad es que Un Lugar en Silencio Parte II - 93%, como muchas secuelas trata de darnos más de lo ya visto, pero en su caso eso implica introducir personajes innecesarios y algunos elementos que rompen el balance del suspenso. Va a funcionar para quien no se incomode tener una película más movida y menos minimalista que el filme original.

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