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RESEÑA: Godzilla vs Kong | Batman vs. Superman a lo grande

Las peleas cuidadosamente estructuradas y el hecho de que podemos pasar más tiempo con los titanes que en otras películas del MonsterVerse va a ser del agrado de los fans de ambos

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RESEÑA: Godzilla vs Kong | Batman vs. Superman a lo grande

Las peleas cuidadosamente estructuradas y el hecho de que podemos pasar más tiempo con los titanes que en otras películas del MonsterVerse va a ser del agrado de los fans de ambos

POR Julio Enrique Macossay Chávez -

Hubo una época en que Adam Wingard era conocido por ser un director de pequeñas películas independientes y, particularmente, de deconstrucciones humorísticas. Los dos grandes ejemplos de esto son Tú Eres El Próximo - 75% y El Invitado - 90%. Después de esa película hizo un salto a dirigir películas de franquicias con La Bruja de Blair - 35% y el remake americano de Death Note - 40%. Ambos fueron pasos en falso, o mejor dicho, intentos torpes para dar el paso a un cine para las grandes audiencias. Godzilla vs. Kong - 85% es su primera película de alto presupuesto y si bien, no es una película que vaya a marcar un antes y un después en su género, es un paso en la dirección correcta para este capítulo del MonsterVerse.

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Regresando un poco al estilo del autor. Lo que lo caracterizaba era hacer películas de terror y/o suspenso que jugaban con nuestras expectativas al combinar ese género con otros. Por ejemplo, Tú Eres El Próximo es una combinación posmoderna de un slasher, home invasion y un drama familiar. El resultado era una película que se sentía como una vuelta y una burla de Scream, la cuál a su vez ya lo era de slashers más tradicionales. Por su parte, El Invitado es una reflexión sobre el duelo mezclada con una versión macabra de la premisa del Capitán América. Es válido preguntarse lo siguiente: ¿Godzilla vs. Kong es una deconstrucción de este tipo del género kaiju? La respuesta es no, pero hay algunos guiños a ese elemento distintivo de Wingard de los que hablaré más adelante.

En realidad lo que Wingard hizo con esta película fue expandir y construir sobre una idea que ya estaba presente en King Kong - 98% de 1933 de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack: el verdadero monstruo es la humanidad o dicho de otra forma, el miedo a la otredad es lo que desata lo verdaderamente monstruoso. El otro puede ser más humano de lo que le damos crédito. Ese es el concepto central de la cinta y muchos de los elementos están en función de esto en la cinta. Esto inevitablemente me hace pensar en otro crossover que en su momento fue muy esperado por todo y que también tiene este concepto como el eje de su trama: Batman vs Superman: El Origen de la Justicia - 27%.

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Tal vez la comparación le pueda parecer muy reductiva a algunas personas, pero denme oportunidad para explicarme. Ambas películas tienen dos similitudes clave. Son el nexo para unir a dos personajes emblemáticos en un solo universo cohesionado, pero la manera en que se explora esto es a través de la otredad. En ambas películas tenemos dos grandes fuerzas que la humanidad teme (superhéroes en una, kaijus en la otra) que van a enfrentarse por culpa de las maquinaciones de un hombre rico que está muy asustado de la otredad. Todo esto es parte de un plan mayor para que la humanidad tenga un arma para defenderse de lo desconocido y que, por supuesto, le explota en la cara al villano (Doomsday en BvS y Mechagodzilla en GvK). Esto obliga a que las dos fuerzas opositoras se unan en contra del mal.

Lo sorprendente es que Godzilla vs. Kong acierta donde la cinta de DC falla miserablemente: en humanizar a la otredad. Zack Snyder lo intentó en su película con todo el asunto de las Marthas. Él quería que la escena dejará claro el aspecto humano de Superman y que captáramos que con algo tan simple como un nombre compartido, Batman captaba que su adversario de otro planeta al final es una persona con una familia. Lamentablemente, la escena fue humorística para muchísimos espectadores y eso rompió con toda la tensión dramática que habían construido. En esta película eso no pasa. El humor está muy lejos del combate y el director encuentra una forma muy efectiva de humanizar a sus monstruos: los humanos.

Aquí tengo que hacer una pausa para dejar algo claro. En la película queda claro algo que Wingard ha dicho en entrevistas: él estaba plenamente consciente de que la gente no va a ver la película por sus personajes humanos; lo que los espectadores quieren es ver a los dos monstruos y ver como se pelean. La película cumple en este aspecto. Las tres veces que los vemos combatir son un espectáculo visual bien diseñado que muy probablemente va a complacer a los fans de su género y de las películas de acción. Por su parte, los humanos están en función de los monstruos. Podemos dividirlos en dos bandos: los que quieren humanizarlos; es decir, los que son de su mismo bando (los buenos) y los que están en su contra y quieren encontrar una forma de aprovecharse de ellos de ser posible con sus fines ulteriores (los malos).

No es difícil adivinar que a ambos grupos los podemos dividir en Team Kong y Team Godzilla. Y cada uno tiene su propio villano: Maia Simons (Eiza González) con el primate y el villano principal, Walter Simons (Demián Bichir), con el reptil. Los buenos de ambos equipos tienen la función de humanizar a su criatura, en teoría, pero en la realidad sólo el Team Kong lo hace. Así es, sólo el simio es humanizado y, realmente, desarrollado a lo largo de las dos horas de duración del filme. Quizá sea por el hecho de que sólo había una película de él en el MonsterVerse (Kong: La Isla Calavera - 76%) en contraposición con las dos de Godzilla (Godzilla - 93% y Godzilla II: El Rey de los Monstruos - 41%).

El Team Godzilla, formado por Madison Russell (Millie Bobby Brown), su amigo Josh (Julian Dennison) y el podcastero conspiranoico Bernie Hayes (Brian Tyree Henry), en teoría tiene la función de demostrar que el monstruo es bueno e inteligente. En realidad, el director parte de la idea que el espectador sabe que la criatura es buena y toda la aventura de sus humanos para encontrar la razón de que esté atacando a la compañía de Simons (Apex Cybernetics) sólo es un pretexto para revelarnos los planeas del villano y darle humor a la cinta en un plano lo más alejado posible de los enfrentamientos de los monstruos. Esto es un acierto porque así liberan tensión, pero sin deshacerla por completo. Además, Hayes y Josh son una parodia del clásico personaje hacker de esta cinta que usa sus conocimientos tecnológicos para ayudar al monstruo. El primero lo hace con una usb y un podcast, como cualquiera podría, el segundo intenta usar sus conocimientos, pero al ser un alumno de secundaria, realmente no son lo suficientemente avanzados y mejor moja la consola con algo de whisky japonés. Dicho eso, si ellos hubieran desaparecido, la película probablemente hubiera funcionado igual.

King Kong está mucho más humanizado. Esto es gracias a la Dr. Ilene Andrews (Rebecca Hall) y a Jia (Kaylee Hottle) es que se logra esto (lo siento, el personaje de Alexander Skarsgård no es tan relevante, en este sentido). Ambas logran que entendamos que Kong no es sólo un animal, sino una criatura mucho más inteligente de lo que todos creen. Sobre todo la niña sorda de la tribu Iwi logra esto. Sus interacciones con Kong dejan claro que es un ser racional capaz de establecer una relación profunda con otros seres vivos y que tiene motivaciones bien definidas. Lo único que Kong quiere es estar en su hogar. En ese sentido fue usada de manera ingeniosa la Tierra Hueca, no sólo es el lugar donde los villanos pueden encontrar la fuente de energía, sino le da otra capa de desarrollo a Kong. Ese lugar se muestra como la cuna de sus antepasados y no sólo eso, sino se ve qué eran una civilización con todo y estatuas y armas. En general, Kong es elaborado como personaje de una manera que resulta adorable e imponente, algo no muy distinto de lo que probablemente será King Shark en El escuadrón suicida - 91%. Gracias a esto, queda claro que la película quiere que apoyemos a Kong y lo logra a la par que deja claro que la humanidad debe darse tiempo para entender al otro y no sólo crear formas de explotarlo o de someterlo.

Un último aspecto del que quiero hablar es de los villanos. Ya lo he dicho, el villano que interpreta Bichir tiene algo de Luthor. Es el clásico villano que cree que está haciendo lo correcto, pero no queda duda de que no es el caso. Sólo que aquí no hay pizca de ambigüedad. Deja claro que quiere que los humanos estén en la cima de la cadena alimenticia; quiere que sean los que sometan a todas las especies. Es una personificación y una caricaturización de los aspectos más voraces del capitalismo y en sí del ecocidio que reina en el mundo. Lo interesante aquí es que los dos villanos en realidad son elementos paródicos y distractores como su muerte lo demuestra. En el caso de Walter, está dando el clásico discurso que todos los villanos dan, y que ha sido parodiado hasta el hartazgo, cuando Mechagodzilla, fuera de todo control humano, lo interrumpe permanentemente.

Por su parte, todo el breve arco narrativo de Maia le ha de haber generado una sensación de déjà vu a más de un espectador. En obras en las que un grupo de exploradores van a un lugar de una civilización pérdida o inexplorada es normal que él que haya buscado los servicios de alguien que los puedo guiar a este lugar, en este caso Kong y Nathan Lind (Alexander Skarsgård), en realidad tenga fines ulteriores y ambiciosos para ir ahí. Es el caso del comandante Lyle Tiberius Rourke en Atlantis: El Imperio Perdido - 43%, por poner un ejemplo, y, sin duda, es el caso de Maia Simons. Estos personajes eventualmente traicionan a sus guías cuando tienen frente a sí lo que buscan, pero antes de que podamos digerir esta traición, Kong acaba con la villana en un instante. Es una muerte tan rápida y hasta cómica que me hace pensar que el director se está burlando de este tipo de personaje.

Las muertes de los dos villanos en sí son tan rápidas, inesperadas e hilarantes que parece que Wingard no está diciendo lo que ya sabemos: su presencia es un mero pretexto para la pelea central en la película, ahora que cumplieron su función, y como son malos, es hora de despedirnos de ellos. Me parece que esto es un pequeño guiño al estilo del autor.

Lo último que puedo decir es que si bien la cinta se llama Godzilla Vs. Kong, pero el que tiene más corazón es este último. En ese sentido es más probable que complazca a los fans del simio que a los fans del kaiju más heroico y emblemático de Japón. Dicho eso, las peleas cuidadosamente estructuradas y el hecho de que podemos pasar más tiempo con los titanes que en otras películas del MonsterVerse va a ser del agrado de los fans de los monstruos gigantes.

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