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RESEÑA FICUNAM 2021: El Compromiso de las Sombras | Despedirnos a través de la divina conciencia

Esta película forma parte de la onceava edición del Festival Internacional de Cine de la UNAM, el cual se lleva a cabo del 18 al 28 de marzo de manera online.

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RESEÑA FICUNAM 2021: El Compromiso de las Sombras | Despedirnos a través de la divina conciencia

Esta película forma parte de la onceava edición del Festival Internacional de Cine de la UNAM, el cual se lleva a cabo del 18 al 28 de marzo de manera online.

POR Kevin de León -

Durante la pandemia hemos perdido la oportunidad de asistir de manera presencial a muchos festivales, muestras y encuentros cinematográficos en lo que podíamos ver las cintas de estreno antes de su corrida comercial. El COVID-19 ha cambiado la forma en la que vemos el cine y hasta la fecha nos hemos tenido que ir acostumbrando poco a poco a ver grandes películas en pantallas cada vez más pequeñas. No obstante, en estos tiempos tan complicados, el cine también se ha convertido en una de las pocas ventanas hacia el mundo exterior y continúa siendo un pasadizo hacia una diversidad de culturas e historias que valen la pena conocer. Ante la importancia de la cultura y el cine, varios festivales cinematográficos han optado realizarse de manera digital y aprovechar las herramientas que ofrecen la tecnología y el nivel de alcance de las plataformas de streaming. Uno de ellos es el Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) que continúa este año con su edición número 11, la cual lleva a cabo del 18 al 28 de marzo de vía online.

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Además de las experiencia de ver una película en pantalla grande, otro de los derechos que nos ha arrancado la pandemia es el de despedirnos de nuestros seres queridos de una manera adecuada, los funerales, las misas, los entierros y los novenarios casi se han convertido en una leyenda durante este ciclo. En algunos casos, ha sido posible llevar a cabo estas ceremonias pero de manera exprés y con un número limitado de asistentes. En otros casos, la forma en despedir a los difuntos se ha tenido que realizar de manera simbólica a través de otro tipo de rituales. El Compromiso de las Sombras, documental que forma parte de la onceava edición del FICUNAM, nos recuerda la importancia de vivir el duelo de perder a una persona cercana y despedir de una forma adecuada a los difuntos.

El Compromiso de las Sombras, es la ópera prima de la directora Sandra Luz López Barroso, cineasta egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y antropóloga. Directora del cortometraje Artemio, su tesis del CCC, con la que estuvo nominada en 2018 a los Premios Ariel, en la categoría de Mejor Cortometraje Documental. El Compromiso de las Sombras ha sido acreedor de importantes apoyos cinematográficos como el Premio Nahuyaca en el marco del Doculab del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, fue asesorado por la cineasta Martha Andreu durante la Residencia Walden de Creación Documental, obtuvo el apoyo del Latin American Fund en 2017, la Beca Ambulante y un fondo para producción de documentales por parte del festival del Festival de Sundance.

En El Compromiso de las Sombras, la directora nos lleva al sur de México, a San Nicolás, una zona rural de Costa Chica, Guerrero. El documental nos invita a ser parte del novenario de don Gonzalo Castro, un hombre que acaba de fallecer y es despedido por sus seres queridos a través de ceremonias religiosas, cantos sagrados, rosarios, música y altares en su honor. La vida de un hombre ha llegado a su fin, pero los vivos comienzan un proceso de duelo en el que las emociones están a flor de piel, en el que inicia un camino hacia la despedida, un intento por convivir con el dolor que se atraviesa en esos momentos ante la ausencia de la persona que acaba de partir. Desde el primer plano de esta película, López Barroso nos sumerge en un universo poco explorado en la cinematografía nacional. Esta historia se construye a partir de detalles, una atmósfera de intimidad que permea durante todo el metraje y que difumina las barreras entre la vida y la muerte.

La directora resalta la intimidad que tiene una ceremonia fúnebre a través de planos detalles que nos permiten respirar el luto, la naturaleza y la tristeza. Las primeras imágenes nos presentan este contexto que es sumamente importante para entender la historia. Poco a poco nos revela a su personaje principal, Lizbeth, una mujer trans que tiene el alma llena de buenas intenciones y es la guía espiritual en esta zona rural donde la muerte es recurrente. La identidad de género de esta persona no le impide imponer su respeto y autoridad en el momento de acompañar a las personas que atraviesan por el duelo de la muerte. Es una mujer respetada y querida en su comunidad.

En este novenario, en el que acompañamos a Lizbeth y a las personas cercanas de don Gonzalo, la directora nos presenta a una comunidad afrodescendiente y el documental abraza las tradiciones y culturas únicas del lugar, los ritos que se llevan a cabo en San Nicolás, que son una forma muy particular de despedir a un difunto de una manera divina y sagrada. El Compromiso de las Sombras nos recuerda que el duelo de la pérdida de un ser querido, es un proceso que conlleva una gran carga emocional, enterrar la tristeza puede ser desgastante, pero es necesario enfrentarse a esta despedida, ya que es una forma –y un compromiso– el levantar la sombra de los muertos para que tengan un eterno descanso. Para Lizbeth lo más importante es que cada despedida se lleve de manera apropiada y que el dolor de la perdida pueda sobrellevarse desde un camino espiritual, en que habrá mucho silencio, pero también hay espacio para el baile así como la música de tamboras y saxofones que celebran que el alma de la persona que acaba de partir ya descansa en paz.

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La directora hace un gran trabajo al retratar esta historia, la cámara nunca se siente como una intrusa en el dolor de las personas que aparecen a cuadro, al contrario, la cineasta toma una distancia en la que otorga respeto hacia quienes pasan por un momento difícil y les da el espacio para expresarse y sentir con soltura. Es interesante como Sandra consigue que las personas que son captadas por su lente, prácticamente se olviden de que están siendo filmadas, hay una gran carga de naturalidad muy propias del documental, pero que pocas veces se logra al filmar la realidad. Aquí López Barroso lo consigue de una manera increíble y captura emociones tan honestas y palpables.

A nivel técnico el documental también es excelente, la cámara se mueve con fluidez y destacan secuencias nocturnas muy bien iluminadas en interiores y exteriores. El sonido nos adentra en la atmósfera del contexto rural y juega un papel muy importante en una historia donde el canto guía gran parte de la narración. El montaje es expresivo y el resultado es un trabajo tan íntimo y conmovedor que a pesar de abordar un tema oscuro y profundo como la muerte, la sensación que nos deja el final de este documental entrañable es la de 90 minutos para un descanso espiritual.

Cuando parte un ser querido es como si se apagara una vela para siempre, pero su luz puede quedarse encendida en nuestros corazones por el resto de nuestros días, sin embargo, este documental lleno de luz y oscuridad, nos recuerda que eso depende de nosotros, de la forma de despedir a nuestros seres queridos y de nuestro acercamiento a lo divino.

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