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RESEÑA: Buñuel en el laberinto de las tortugas | Siguiendo el hilo del impulso creativo

Entre el impulso creativo y los fantasmas del pasado, Buñuel en el laberinto de las tortugas humaniza la figura de Luis Buñuel a partir del rodaje de una de sus películas más significativas, Las Hurdes.

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RESEÑA: Buñuel en el laberinto de las tortugas | Siguiendo el hilo del impulso creativo

Entre el impulso creativo y los fantasmas del pasado, Buñuel en el laberinto de las tortugas humaniza la figura de Luis Buñuel a partir del rodaje de una de sus películas más significativas, Las Hurdes.

POR Alejandra Lomelí -

Harto de la larga sombra que proyectaba sobre sí Salvador Dalí luego de sus colaboraciones, y tras el estreno de La Edad De Oro, su último trabajo en conjunto, Luis Buñuel se encontró en una encrucijada personal y profesional, buscaba el proyecto que, por un lado, lo emancipara por completo del artista de Figueras y, por el otro, pudiera depurar su estilo artístico alejado del surrealismo. El proyecto llegó de la mano de Maurice Legendre, un trabajo antropológico que el francés realizó en Las Hurdes, una comunidad paupérrima de Extremadura. En Las Jurdes: étude de géographie humaine (1927), Legendre documentó la terrible situación de vida del pueblo, en esa época desconocido incluso para el resto de España, los atrasos en su infraestructura, carencias alimenticias y las enfermedades que azotaban a sus habitantes. El aragonés no dudó ni un momento y buscó por todos los medios llevar este trabajo a la gran pantalla, pero fue hasta 1933 cuando el aragonés pudo realizar Las Hurdes, Tierra sin Pan, un trabajo financiado por su amigo Ramón Acín en uno de los más fortuitos golpes de suerte: Acín prometió a Buñuel pagar la producción si ganaba el sorteo navideño de la lotería, y así fue.

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Los sucesos alrededor y sobre el rodaje de este documental que fue calificado de “escandaloso” por la audiencia sensible -una reacción encadenada tras Un Perro Andaluz - 100% y, especialmente, por La Edad de Oro-, son indudablemente fascinantes, de ahí que Fermín Solís tomó inspiración para crear la novela gráfica Buñuel en el laberinto de las tortugas, una obra que se acerca a la figura del cineasta para humanizarlo. La historia ha encontrado un nuevo público con la adaptación que ha realizado Salvador Simó en este largometraje de animación.

Buñuel en el laberinto de las tortugas - 100% es una pieza por demás notable que puede leerse en varios niveles. Enmarcado en el rubro de películas que hablan del cine dentro del cine, es una reconstrucción de la odisea que significó levantar Las Hurdes, Tierra sin Pan, pero también es el acercamiento a la lucha de Buñuel contra sus fantasmas; una disertación sobre la realidad manipulada para crear un documental, así como una película biográfica y una hermosa oda a la amistad.

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Simó coloreó la novela gráfica de Solís en una elección acertada para contrastar los escenarios que van desde el iluminado e intelectual París en el que los artistas discuten sobre el significado del arte, hasta la pobre comunidad en la que los niños mueren en las cenizas calles. En este sentido, la animación destaca por sus cuidados trazos, además de un trabajo de guión concienzudo al que no le falta la chispa cómica, de hecho, es bastante divertido para tratarse de una película sobre Buñuel. Este aspecto, sumado al profundo tratamiento de la amistad entre el cineasta y Acín, consiguen humanizar al llamado “Alquimista del cine”.

Destacar principalmente las secuencias surrealistas y aquellos flashbacks en los que asistimos a eventos concretos del pasado del cineasta, fragmentos que tienen en común mostrar los intentos de un pequeño Luis por agradar a su padre y cuyo tratamiento está muy en la línea del 8½ - 98% de Federico Fellini. Son estos momentos los que también escarban en la compleja personalidad del aragonés, en lo desagradable que resultaba su proceder para conseguir una secuencia perfecta.

Es así que Buñuel en el laberinto de las tortugas también trata de diseccionar la fuerza creativa que impulsa al artista para crear la obra y la transformación que éstos tienen a partir de la experiencia. Pensemos en que Buñuel no volvió a ser el mismo tras Las Hurdes, Tierra sin Pan, y sin lugar a dudas, la filmación de esta pieza de 30 minutos de duración, terminó siendo la más significativo para el director, ya que dio un giro radical a su obra y a sus intereses.

El mérito de Buñuel en el laberinto de las tortugas - 100% es que le basta recrear un momento específico en la vida de Don Luis para crear un retrato contundente del cineasta y de la persona. Centrarse en ese periodo sin abarcar toda la biografía del español resulta en un trabajo más robusto, puntual y reflexivo.

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