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RESEÑA FICM 2020: No son horas de olvidar | Cuando veinte años son todo

No son horas de olvidar forma parte de la Selección oficial de Documental Mexicano en competencia, un largometraje íntimo que termina siendo una reflexión sobre el paso del tiempo y los costos emocionales del exilio

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RESEÑA FICM 2020: No son horas de olvidar | Cuando veinte años son todo

No son horas de olvidar forma parte de la Selección oficial de Documental Mexicano en competencia, un largometraje íntimo que termina siendo una reflexión sobre el paso del tiempo y los costos emocionales del exilio

POR Alejandra Lomelí -

En No son horas de olvidar - % hay un coqueteo reiterativo con “Volver”, el tango de Gardel, la letra es una mezcla de remembranza, añoro y reflexión de alguien a las puertas de la vejez en vísperas de un retorno. En Volver - 92% de Pedro Almodóvar la canción fue el leitmotiv para presenciar el regreso de una mujer de “entre los muertos” para ajustar cuentas con aquellos que le hicieron una traición, pero también, para cerrar un ciclo con una de sus hijas. En el documental dirigido por David Castañón la canción también funciona como el motivo sobre el que se construye el testimonio de un matrimonio de ancianos chilenos exiliados en México por más de veinte años.

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El largometraje que compite en la Selección Oficial de Documental Mexicano del FICM 2020, producido por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) - y una de las últimas producciones beneficiadas con el FIDECINE -, sigue los días de Juana y Jorge previos al reencuentro con su pasado, en términos de Gardel, pero también con la esperanza de Jorge de que Juana recupere la memoria que dejó plasmada en sus cartas de juventud antes de que el alzhéimer se lo impida. No son horas de olvidar se torna entonces en una reflexión sobre el paso del tiempo y los costos emocionales de la migración forzada.

Jorge tiene miedo, parece inevitable que Juana lo termine olvidando cuando ella ha perdido la identidad en dos ocasiones. La primera vez fue forzada por la dictadura en Chile; la última, por el brote de alzhéimer. Anticipando la desaparición inminente del mundo de su compañera, Jorge indaga en esa memoria trastocada mediante música, escritos e imágenes; está dispuesto a encontrar los remanentes de una vida, los residuos de su amor.

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Con grabaciones caseras de celebraciones y momentos cotidianos, insertos de audio de voz en off femenina que lee fragmentos de poemas y algunas cartas escritas por Juana a Jorge, su “negrito”, el documental es un ejercicio de observación que navega en un mar de recuerdos plasmados en hojas sueltas y libretas para explorar en una identidad fragmentada, un relato en el que hacen eco las consecuencias de la dictadura que frenó la carrera de muchos docentes como Juana, y partió la vida de muchos exiliados como este matrimonio.

Es una pena que No son horas de olvidar no ofrezca una propuesta formal arriesgada, es un documental con tomas y secuencias habituales, si bien evita los cuadros de entrevista, los testimonios se extraen, en su mayoría, a partir de la técnica de preguntas y respuestas, incluso hay momentos en que se escucha al documentalista haciendo las preguntas, algo que le quita emotividad a las escenas más íntimas, por el contrario, se agradecen los momentos en que Jorge y Juana hablan de forma espontánea de sí mismos y de su próximo viaje a Chile, acercándonos a lo que puede ser la cotidianidad de la pareja, por ejemplo, la escena en la que arreglan juntos la cama, él diciéndole a ella cómo jalar la sábana para quitar una arruga, desesperándose ante la incapacidad de Juna para entenderle y la manera en la que ella hace caras y gestos a las órdenes.

La dictadura chilena, así como los costos de los crímenes de estado han sido observados de forma excepcional por el reconocido cineasta Patricio Guzmán (Nostalgia de la luz - 100%, El Botón de Nácar - 93%), No son horas de olvidar también hace un esfuerzo por hablar de uno de los pasajes más oscuros de ese país, barajando temas como la pérdida de la identidad, el olvido y, principalmente, la recuperación de la memoria histórica. Un ejercicio de reconstrucción cercano al documental de 2017, Un Exilio: Película Familiar, en cuanto a su aproximación.

No son horas de olvidar - % es un documental que puede verse sencillo y común, pero también poético en su remembranza y añoranza.

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