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Avatar: The Last Airbender | Errores que Netflix debe evitar en la serie live-action

Los fans de El Último Maestro Aire esperan con ansias la adaptación de Netflix. Aquí presentamos algunos puntos que no deben tocar

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Avatar: The Last Airbender | Errores que Netflix debe evitar en la serie live-action

Los fans de El Último Maestro Aire esperan con ansias la adaptación de Netflix. Aquí presentamos algunos puntos que no deben tocar

POR Sofi Terracota -

Avatar: The Last Airbender es una de las series animadas más famosas del siglo XXI, fue creada por Brian Konietzko y Michael DiMartino, y puesta al aire por Nickelodeon en 2005. El éxito del título todavía se mantiene en pleno 2020, con innumerables seguidores recordando lo mejor de la serie en redes sociales. Netflix se hizo muy consciente de su buena fama y es por ello que muy pronto lanzará una versión live-action, ¿acaso es una buena idea? En este artículo hablamos sobre los errores que debe evitar para no caer de la gracia de los fans.

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El mundo de Aang es fantástico, una vasta tierra en donde la espiritualidad tiene una importancia crucial en el equilibrio. Aunque la extensión se encuentra dividida en las cuatro naciones que todos conocemos, el vínculo con la dimensión de los espíritus se ve reflejada en todas partes, con el bending como una de las máximas representaciones de tal virtud, incluso sin que los maestros estén plenamente conscientes de eso. Para nuestra fortuna, Aang es un nómada aire, por lo tanto su conexión con el otro lado es de una pureza magnífica; a través de sus ojos podemos ser conscientes de sus alegrías y dilemas.

Adaptar una aventura como la de Aang no es tarea simple. En 2010 ya tuvimos la desastrosa El Último Maestro del Aire - 6%, dirigida por M. Night Shyamalan, quien simplificó de forma monstruosa la primera temporada, escribiendo diálogos planos y dejando claro que las secuencias de acción no son lo suyo. Por si lo anterior fuera poco, decidió poner actores que no cumplieron con las apariencias de los personajes y tomó decisiones creativas respecto al control de los elementos que simplemente no se pudieron tolerar.

Netflix tiene un trabajo muy arduo por delante, debe entregarnos un mundo que se vea real, muy por encima de la calidad observada en, por ejemplo, The Witcher - 67%. La aventura de Geralt de Rivia en la pantalla chica tuvo numerosos fallos, entre ellas dar al público escenarios plastificados que no conectaron con los fans del Continente. Pero a grandes rasgos ¿qué errores debe evitar Netflix para entregar un live-action de Avatar con gran calidad? A continuación te presentamos algunas cosas que debe evitar.

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Actores caucásicos

Avatar: The Last Airbender está claramente inspirada en el mundo asiático, con países como China, Japón, Corea, entre otros, convertidos en los principales influencias estéticas. El debate es amplio, sin embargo, muchos fans están de acuerdo en que los personajes del live-action deben estar interpretados por actores asiáticos o al menos con tal ascendencia (y que hablen inglés por supuesto). En lo que todos concuerdan es que los actores blancos deben quedar fuera, y no cometer el error de Shyamalan, quien colocó a personas caucásicas en el trío principal y a actores indios como los villanos.

Con lo anterior asentado, es fácil imaginar a los Nómadas Aire como monjes del Tibet; al Reino Tierra como la China Imperial con su Gran Muralla para no permitir la invasión de extranjeros (en un sentido territorial e ideológico); a la Nación del Fuego como el poderoso reino coreano bajo la dinastía Joseon o el Japón medieval, con un pensamiento ligado al imperialismo; y a la Tribu Agua, la más difícil de definir, pero a menudo asociada con la cultura Inuit en la región Ártica. Netflix debe estar muy consciente de los actores que colocará en todos y cada uno de los papeles, desde los principales hasta los extras. Con el tema de la representación en boga, el mínimo error podría salir muy caro.

Bending sin acción y malos efectos

Todos recordamos las desabridas peleas en la película de Shyamalan… no queremos volver a ver algo así, su acción era lenta y el control de los elementos irrisorio. En la animación los combates se caracterizan por su dinamismo y emoción, los creativos de Netflix deben contratar a los mejores coreógrafos de lucha y artistas marciales para que este apartado rebose calidad; queremos enfrentamientos inolvidables, con acrobacias geniales y un bending que respete la esencia de la caricatura (no Shyamalan, los maestros fuego no tenían que cargar su propio fuego).

Por otro lado, el bending también exigirá buenos efectos especiales, y es por ello que esperamos lo mejor de Netflix, con los cuatro elementos libres para ser exhibidos y controlados de la mejor forma. Además, el mundo de Aang se encuentra repleto de criaturas fantásticas y sitios épicos, el departamento de VFX tiene un gran trabajo por delante. ¡No nos decepcionen intentando ahorrar un poco de presupuesto!

No expandir la historia y no cerrar arcos

Hacer una adaptación fiel de Avatar: The Last Airbender suena genial, sin embargo, tampoco tiene mucho sentido realizarla al pie de la letra. Si Netflix nos va otorgar el mundo de Aang en un escenario realista, no tiene caso no explorarlo más a fondo. Cualquier detalle que expanda un poco la historia será bienvenido, siempre y cuando tengo un aporte a la línea principal de la aventura. Podríamos ver un poco más del mundo espiritual, más de los Avatares antiguos, sobre el pasado oscuro de Iroh para convertirlo en un personaje algo más gris… son muchas las pequeñas subtramas que se pueden explotar.

Sabemos que Avatar es una serie grandiosa, casi perfecta, pero no lo es. Para el final nos quedamos con varias dudas, por ejemplo, los orígenes del león-tortuga (¿deus-ex?), el destino de la madre de Zuko o una resolución más clara sobre el conflicto entre Toph y sus padres. Varios de estos puntos se resolvieron en los cómics publicados en años posteriores, hecho que hace sentir a la animación un tanto incompleta; sería formidable que Netflix logre dar un cierre todavía mejor a una historia que ya es brillante.

No establecer un lazo entre Aang y Zuko

Netflix no debe olvidarse de estos dos personajes cruciales, jamás. Es imprescindible que la serie live-action ilustre adecuadamente cómo Aang y Zuko se desafían entre sí para mejorar, y cómo su relación es lo que realmente impulsa y finalmente concluye la historia. La película se olvidó de este vínculo, probablemente debido a cuestiones de ritmo; si las secuelas hubieran llegado habríamos tenido una relación Aang-Zuko algo menos elaborada. Netflix debe tenerlo claro desde el inicio.

No tomarse el tiempo necesario para hacer una buena adaptación

Seguramente Netflix sabe muy bien que el live-action de Avatar: The Last Airbender la llenará de dinero, sin embargo, lo último que debe hacer es apresurarse para tener el material listo y a la venta. La serie tiene muchos, muchos fans en todo el mundo, quienes no tendrán piedad cuando noten la primera inconsistencia de cualquier tipo. Todo debe estar perfectamente pulido, dirección, guión, casting, arte conceptual, etcétera, y eso toma tiempo; que tomen todo el que necesiten y más si es posible, errar no puede ser una alternativa.

La serie animada se desarrolla en un solo año, hecho que pondrá las cosas difíciles para Netflix. Recordemos que los personajes son adolescentes, a excepción de Aang y Toph, quienes son niños; si el estudio pretende respetar las edades de los personajes tendrá que apresurarse con el rodaje, pues los actores crecerán. Dividir el live-action en tres temporadas supondría al menos 3 o 4 años de grabaciones, tiempo en el que inevitablemente veremos a los actores ponerse más grandes, situación que tal vez incomode a los más puristas.

Teniendo en cuenta lo anterior, Netflix tiene algunas alternativas: admitir que la historia del live-action se desarrollará en más años y que los personajes crecerán más que sus versiones animadas; contratar actores mayores; o grabar TODA la serie en un solo año, al estilo Peter Jackson en El Señor de los Anillos, así evitarían cualquier malentendido con los fans. Personalmente me inclino por cualquier opción, sería interesante explorar la primera, pero lo más importante siempre será una historia sólida y un cierre excelso.

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