Tomatazos

La Berlinade 2020 ha arrancado con una película hecha en Latinoamérica. Nos referimos a El Prófugo - 70%, segundo filme de la cineasta de origen argentino Natalia Meta. La película debutó en uno de los festivales de cine más importantes de la industria cinematográfica, y aquí tenemos los primeros comentarios de la crítica que ya compararon el filme con El Cisne Negro - 87% de Darren Aronofsky.

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La película que actualmente se encuentra compitiendo en el Festival Internacional de Cine de Berlín, está basada en el libro El mal menor, novela del escritor de argentino C.E. Feiling, uno de los pilares de la literatura dentro del país sudamericano. La historia se centra Inés (Erica Rivas), una soprano que vive su vida con normalidad hasta que un tormentoso e inesperado evento que tiene que ver con su pareja, la orillan a desarrollar extraños episodios donde el sueño y la realidad se fusionan. El elenco también incluye a Daniel Hendler y la mítica Cecilia Roth.

En general, la crítica ha alabado el trabajo técnico de El Prófugo, sobre todo los cambios de luz, que acompañan perfecto las pesadillas de Inés y permiten que el espectador esté en sintonía con la protagonista. Este recurso incluso fue comparado con el trabajo de David Lynch.

No obstante, una de las críticas que más se repiten golpea directo al personaje principal de la historia. Algunos expertos piensan que la protagonista se ve rebasada por sus propias visiones oníricas. Se reconoce que el giro del final aporta algo diferente, pero tampoco es suficiente para cerrar el filme con suficiente fuerza.

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A continuación, te dejamos los principales comentarios de la crítica en torno a El Prófugo de Natalia Meta:

Anton Dechand de Berlin Film Journal:

Natalia Meta sitúa su película entre el horror leve y el thriller psicológico, rara vez se basa en el shock y trabaja con fuertes rojos y azules primarios. Los matices de Lynch y Aronofsky (Black Swan en particular me viene a la mente) son perceptibles, mientras que se podría decir que el enfoque de Meta está cerca del realismo mágico, un cambio constante y la fusión del sueño y la realidad.

Deborah Young de The Hollywood Reporter:

Para ser sincera, aquí no hay mucho más, psicológicamente hablando, que una variación humorística sobre una crisis de identidad a raíz de un shock traumático, un tipo especial de locura a la que los actores, que están acostumbrados a dividir sus personalidades en dos cuando juegan un papel, son particularmente susceptibles (…) La resolución final, con su guiño a las preferencias de género, es lo suficientemente agradable, pero carece de profundidad para cerrar la película con fuerza.

Oliver Jhonston de The Upcoming:

Hay una sensación de realidad que se distorsiona lentamente, a medida que las pesadillas de Inés comienzan a entrometerse en su vida de vigilia. Estos cambios se ilustran efectivamente mediante cambios en el color y la escala, y cuando Inés comienza a comprender la realidad de los intrusos titulares, todo el asunto se torna bastante espeluznante.

Jessica Kiang de Variety:

La cuestión clave, aparte de la estupidez inherente del psicópata místico sin fundamento que se presenta como una explicación para la "condición" de Inés, es que Inés no es un personaje particularmente bien desarrollado. A pesar de los mejores esfuerzos de Rivas, ella sigue siendo un cero hasta el final, cuando un guiño repentino a la identidad de género no binaria sugiere una solución novedosa, aunque bastante dudosa, al problema de estar encerrada en el laberinto de un solo personaje y no una psicología terriblemente interesante.

Diego Battle de Otros Cines:

El prófugo se sostiene en una zona complicada (está siempre al borde de la explotación de los elementos propios del género de terror), ya que -en vez de apelar a la manipulación emocional del espectador a fuerza de golpes de efecto- opta por la creación de climas sugerentes, la construcción de un universo íntimo e inasible dominado por una sensación de peligro latente, por una permanente desconfianza y fuerza contagiosa y perturbadora que va contaminándolo todo.

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