Tomatazos

Ya sea por su estilo inquietante y sombrío, las películas de Michael Haneke no pasan desapercibidas. El austriaco nacido en Múnich, Alemania es un gran director que ha sido perseguido por la frialdad y la distancia emocional que tanto defiende de sus filmes. Son historias complicadas, implacables y dolorosas que provienen de un hombre al que no le gusta hablar de sus películas, aunque fuera del trabajo ríe y hace bromas. Una vez dijo que el cine actual tiende a explicarlo todo, hasta lo que no pasa en pantalla, y eso le aburre.

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Vino al mundo hace casi setenta y siete años y en el año 2005 ya recibía el premio a Mejor Director en el Festival de Cine de Cannes, además del premio de la FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) y el Premio del Jurado Ecuménico por su película El Observador Oculto - 89%; todos estos logros en el marco de la misma edición del festival. Cuatro años más tarde se llevaba la codiciada Palma de Oro en Cannes por la cinta El Listón Blanco - 86%, y en 2012 volvió a ganar el máximo premio del mismo festival con la galardonada Amour - 93%.

Europa se ha rendido varias veces ante este director, que por cierto es uno de los mejores de ese lado del mundo, aunque su forma de retratar a la sociedad moderna y sus problemas sean motivos de controversia. Comenzó en el cine como crítico después de graduarse de la Universidad de Viena en 1965 donde estudió filosofía, psicología y drama; mientras ejercía como crítico de cine se abrió paso como editor y dramaturgo en una estación de televisión alemana e hizo su debut en el mismo medio, como director, en 1973.

Actualmente se sigue dedicando a la dirección de cine, pero desde 2002 ejerce como profesor de dirección en la Academia de Cine de Viena, donde hace énfasis en la dirección de actores, puesto que siempre ha considerado que son el motor para la credibilidad y el lado emocional de una película. Podría decirse que como crítico y cineasta ha abarcado prácticamente los dos bandos del séptimo arte: tanto el de los que miran y analizan una obra, como el de los que las hacen.

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Su ópera prima fue El Séptimo Continente, que se estrenó en 1989, escrita y dirigida por él, sobre una familia burguesa que aspira salir de la rutina diaria al iniciar de nuevo en Australia. Dividida en tres partes, fue su primer intento por contar una historia controvertida y de estilo violento, pero el primer gran éxito le llegaría con la película La Pianista - 73%, que fue aclamada por la crítica, con la que se llevó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes en 2001. Dicha película fue protagonizada por Isabelle Huppert, actriz francesa que es recurrente en los trabajos del realizador, habiendo colaborado juntos un total de tres veces.

Sin duda es un universo áspero el que propone el austriaco en sus películas, lo pasamos fatal y a veces pedimos que se acabe, pero no podemos evitar que sus relatos se graben en nuestras memorias. Estas son las mejores películas de Michael Haneke según la crítica:

Amour - 93%

El oscarizado relato de una pareja de ancianos jubilados que viven en París es el reflejo de este director hacia la realidad de la vejez y la desolación que llega con ella. La cámara sigue lentamente los últimos días de un matrimonio de un hombre y una mujer de ochenta años, donde las desgracias que le suceden a ella ponen a prueba el amor de él, que la cuida y se desvive por ella mientras intenta retrasar el inevitable y trágico final que, curiosamente, es el inicio de la película. En su reseña para The New Republic, el crítico David Thomson dijo:

Ahora, al final del año, llega una obra maestra, no solo la mejor del año, sino una de las mejores: Amor de Michael Haneke.

El Observador Oculto - 89%

Una cinta imprescindible para quien guste de una película de suspenso inteligente y profunda, llena de capas de misterio que está realizada de forma brillante por el director. Escrita y dirigida por él, relata la vida de un matrimonio burgués (protagonizado por Daniel Auteuil y Juliette Binoche) que se ve amenazado por extraños videos de ellos con su familia, grabados desde la calle y con inquietantes símbolos que no logran interpretar. En su reseña para Arizona Republic, el crítico Richard Nilsen expresó:

Esta es una película de la que hablarás durante días, tratando de averiguar qué sucedió realmente y por qué.

El Listón Blanco - 86%

Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, nos traslada a la Alemania de principios del siglo XX, poco antes de que empiece la Primera Guerra Mundial para contarnos una brutal historia de horror que se traslada a la cotidianidad. Hay numerosos actos de injusticia llevados a cabo en la cinta y es violenta, agobiante y asfixiante; con el estilo característico de Haneke de contarnos historias que pueden suceder en la vida real, con ese toque turbador que es tan de él, donde somos nosotros los que presenciamos la terrible forma de vida del pueblo que se muestra en la película. Con el dominio del miedo, apoyado en la religión y el machismo, esto es más de terror que cualquier otra cosa que se fabrique hoy en día. En su reseña para Sidney Morning Herald, el crítico Giles Hardie dijo:

Lejos de un escape agradable, El Listón Blanco es, sin embargo, absolutamente convincente y bastante hermosa en su presentación inquietante sobre estos actos malvados.

La Pianista - 73%

El primer gran éxito de este director fue la adaptación de la novela homónima de Elfriede Jelinek, con un guión escrito por el propio Haneke. Para muchos la mejor película de toda su carrera, triangula sobre la relación que se establece entre una madre y su hija y entre esta y su alumno de piano. La cinta muestra sin pudor las obsesiones y patologías sexuales de una mujer, una profesora, que es esclavizada por la música y por su propia madre. En su reseña para Chicago Tribune, el crítico Michael Wilmington afirmó:

Una película sorprendente y brillante con actuaciones extraordinarias, y la actuación de Huppert es desgarradora.

Un Final Feliz - 64%

Dirigida y escrita por él, cuenta la historia de la acaudalada familia Laurent que irónicamente está asentada en medio de campamentos de refugiados. Un Final Feliz - 64% es como un álbum de greatest hits sobre los temas que suele tocar en sus películas: una familia adinerada, el choque de generaciones, el egoísmo y la falta de empatía, entre otros. Que todos estos temas se junten parece llegar al borde de la autoparodia, sobre todo por el aire de sarcasmo que Haneke le impregna, pero no deja su lado personal en lo que realizó como un comentario hacia sus propias obras. En su reseña para St. Louis Post-Dispatch, el crítico Calvin Wilson señaló:

Un Final Feliz es una película artística en el sentido clásico: ambiciosa, provocativa y difícil de olvidar.

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