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Nadie puede negar que Wes Anderson es uno de los cineastas más importantes y reconocidos de nuestro tiempo, es un realizador perfeccionista que se esfuerza en cada minúsculo detalle de su trabajo; para él la composición audiovisual necesita ser la ideal sí o sí. Es un director que se ha ganado el respeto de muchos pero también el desagrado de otros (cada quien tiene sus razones), sin embargo, el estilo de Anderson puede reconocerse con apenas unos segundos de fotogramas.

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Wes Anderson ha logrado una filmografía extensa, un listado de películas que una vez vistas son difíciles de olvidar. Muy presentes tenemos los ejemplos de El Gran Hotel Budapest - 92%, obra que nació en la mente del director a partir de los textos de Stefan Zweig . Los colores de la cinta son una delicia visual, y la historia cargada con humor y aventuras son un recordatorio de que el cine, principalmente, es una fuente de placer.

Anderson también ha destacado en el terreno de la animación con El Fantástico Sr. Zorro - 92%, basado en el popular cuento de Roald Dahl ; introduce la historia de un zorro que vive con su esposa e hijo, pero que por las noches se dedica a robar gallinas a los vecinos. También perteneciente al terreno del mundo animado, Isla de Perros - 87% es otra obra destacada, una adorable y reflexiva aventura que nos hace pensar en la crueldad con la que suele manejarse el mundo y el amor que a la vez impera.

Pero la película que atañe al presente artículo es Moonrise Kingdom - Un reino bajo la luna - 94%, escrita por el mismo Anderson en compañía de Roman Coppola, y estrenada en el año 2012. Nos coloca en la vida de un par de niños de 12 años que se enamoran y deciden abandonar su pueblo en Nueva Inglaterra. El atrevimiento no les causa gracia a las autoridades de la comunidad, ni a los padres de la chica, por lo que da inicio una búsqueda para dar con su paradero.

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Moonrise Kingdom - Un reino bajo la luna - 94% es una inolvidable y emotiva historia para niños que aborda la inocencia de ese periodo, siempre obedeciendo al estilo único de su director. Sam (Jared Gilman) y Suzy (Kara Hayward), los protagonistas, son dos criaturas que buscan librarse, con la ayuda del amor, de un mundo en donde no son comprendidos. El escape o la huida son elementos muy presentes no solo en en esta película, también podemos encontrarlos en otros trabajos de Wes Anderson; la búsqueda de la libertad en los tiempos modernos es algo que nunca dejará de ser un tema actual.

Esta película ha sido aclamada por la crítica como una de las mejores obras realizadas por Anderson, es una cinta cargada de emociones profundas y una simetría impoluta; el espíritu barroco del cineasta a cargo vuelve a quedar marcada en un historia sólida llena de personajes excéntricos que brillan con luz propia. Una película de Wes nunca viene mal para pasar la tarde, pero Moonrise Kingdom - Un reino bajo la luna llega para no abandonarte jamás, es una joya del cine moderno que surge de nuestras entrañas cada cierto tiempo.

A continuación, presentamos los comentarios que la crítica especializada ha emitido sobre ella.

David Thomson de The New Republic:

La película es a menudo divertida, siempre elegante (o simulada elegante), y algo que haría a Humbert Humbert reír todo el camino a su asilo.

Rene Rodriguez de Miami Herald:

La mayoría de las películas de anteriores de Wes Anderson vienen de la cabeza; Moonrise Kingdom es una que viene del corazón.

Tom Long de Detroit News:

Anderson nunca pierde sus temas centrales - amor joven, la necesidad de escapar, el enlace y fanfarronada de familia. Su "reino" no puede ser grande, pero está perfectamente equipado.

Joe Williams de St. Louis Post-Dispatch:

Farsantes pueden quejarse de que la isla de Anderson de juguetes inadaptados es un retiro del mundo real, pero para los aventureros de corazón puro que comparten el mapa secreto, "Moonrise Kingdom - Un reino bajo la luna" es una alegría que no puede ser eclipsada.

Rafer Guzman de Newsday:

Aunque innegablemente inteligente y encantadora, "Moonrise Kingdom" ama en sí la forma en que el inexperto Holden Caulfield se ama a sí mismo: sin condiciones. Salinger entendió el problema con eso. Anderson no.

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