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Ana y Bruno ya tiene Certificado de Calidad

Una película de animación que ha logrado conquistar a la crítica gracias a la calidad de su animación y su interés en tratar temas urgentes

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Ana y Bruno ya tiene Certificado de Calidad

Una película de animación que ha logrado conquistar a la crítica gracias a la calidad de su animación y su interés en tratar temas urgentes

POR Rafael J. Reynor -

Ana y Bruno - 80%, un proyecto que comenzó a trabajarse hace 11 años, por fin llegó a las salas de cine mexicanas, y la crítica ha respondido positivamente en general. Es dirigida por el aclamado director Carlos Carrera, premiado en 1994 con la Palma de Oro al Mejor Cortometraje por El Héroe, animación de cinco minutos realizada con medios tradicionales.

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La cinta más reciente del cineasta no ha pasado por los cines sin causar polémica, pues trata temas como las enfermedades mentales, la pérdida y los eventos traumáticos que marcan la vida de las personas. A diferencia de la mayoría del cine animado producido en México en los últimos 15 años como Una película de huevos, todas las secuelas de La leyenda de la Nahuala o Marcianos vs. Mexicanos - 9%, Ana y Bruno no es únicamente para público infantil, pues como reveló el director en una entrevista con Tomatazos, su intención era crear una película que fuera disfrutada por los más chicos y por los adultos.

A pesar de ser la cinta animada más cara de la historia del cine nacional (con un costo de $104 millones de pesos), la calidad de animación se queda corta comparada con la de los grandes estudios de Estados Unidos como Pixar y Dreamworks, pero es necesario tomar en cuenta la gran brecha que hay entre las producciones de esos estudios y las de nuestro país, pues aquellas suelen tener un presupuesto que va de los US$100 millones a los US$200 millones.

Sin embargo, lo que destaca a Ana y Bruno de la gran mayoría del cine animado que cada año llega a los cines, es su ambición de ser algo más que un simple entretenimiento, y no tratar como tonta a la audiencia a la que está dirigida. Sin duda muchos infantes podrían quedar impactados, pero eso es porque Carrera y su equipo se atrevieron a tocar temas de los que no se suele hablar con ellos.

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El aclamado director Guillermo del Toro llamó a Ana y Bruno “un hito en la historia del cine de animación mexicano”, y el resto de los críticos en general ha tenido opiniones similares, aunque muchos también no pueden evitar señalar que la animación no es lo mejor de la obra.

Ana y Bruno te atrapa por contar una historia divertida y muy humana que ha recibido comparaciones con Intensa Mente - 98%, La Vida de Calabacín - 98% y Anomalisa - 93%, entre otras; en su elenco de voces cuenta con la participación de Silverio Palacios, Regina Orozco, Marina de Tavira, Damián Alcázar, Álvaro Guerrero y Galia Mayer.

A continuación les dejamos las opiniones de los críticos, gracias a las cuales obtuvo su Certificado de Calidad de Tomatazos:

Fernanda Solórzano de Letras Libres dijo:

Ana y Bruno toca temas como el abandono, la separación, la locura, el sacrificio… pero lo hace de una manera que permite entender cómo todo esto no es solo es parte de la existencia sino que le da sentido, y que puede dar lugar a nuevas formas de felicidad.

Ana Lucía Altamirano para Revista Empire:

La música en este filme se convierte en un acompañamiento glorioso. Las composiciones del moreliano Victor Hernandez Stumpfhauser y ejecutadas por la orquesta de Bratislava, no le piden nada a ninguna producción pues logran resaltar los puntos fuertes del relato. Vuelve la historia una obra majestuosa.

Irving Torres Yllán de CineNT:

“Ana y Bruno” es una historia entrañable que conmueve a los espectadores, donde se pone el dedo en la llaga sobre el significado de la familia, el sentido de la pérdida dentro de ella, la forma en que se superan las desgracias ocurren en su seno.

Jesús Chavarria escribió para La Razón:

[...] el concepto tiene identidad, pero lo que es más importante, está al servicio de una emotiva reflexión sobre la pérdida. Se sustenta en un discurso inteligente acerca de la locura como una forma de estigmatización.

Arturo Magaña en Cine Premiere:

Si bien la cinta no está del lado de aquellas películas animadas construidas con la tecnología más avanzada, sí se encuentra junto a los títulos que son capaces de presentar una historia entrañable –y a ratos dolorosa–, pero sumamente humana, como La vida de Calabacín (2016); Anomalisa (2015) o Ernest & Célestine (2012), por mencionar algunos ejemplos recientes.

Samuel Locuviche escribió para Cartoon Brew:

La estética de Ana y Bruno es una fusión peculiar de influencias gráficas, ubicada entre Looney Tunes, la animación europea en la línea de Jan Svankmajer y Berthold Bartosch, y el trabajo de pintores mexicanos como José María Velasco y Saturnino Herrán.

Iván Elvira en You Rocket:

Ana y Bruno es más un acierto a la animación mexicana que tiene sus principales fortalezas en sus temas centrales. No dice nada que los niños no debieran saber. Su mensaje radica en la aceptación de nuestra realidad por más dolorosa que sea. Para seguir adelante, hay que dejar ir.

Luis Jaramillo en Kopodo:

Ana y Bruno no está animada con las tecnologías más avanzadas de animación por computadora, pero sí se encuentra a la par de las cintas infantiles con las historias más memorables de todos los tiempos, presentando divertidos y dolorosos momentos, pero sobre todo humanos.

Miguel Valdez-López de Teleport:

Ana y Bruno no va a encontrar su público, porque es demasiado adulta para niños y demasiado infantil para adultos.

Erick Estrada en Cine Garage:

Es un gran ejercicio, se va a convertir en todo un clásico, lo tengo por seguro.

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