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En 1993 llegó a los cines uno de los grandes hitos en la historia de los efectos especiales, además de que inició una franquicia exitosa y aumentó el interés por los dinosaurios: Parque Jurásico - 93% (Jurassic Park), dirigida por Steven Spielberg y basada en la novela de Michael Crichton publicada tres años antes.

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El guión corrió a cargo del propio autor del libro y de David Koepp. Aunque se trataba de una historia de ficción, para la recreación de los dinosaurios se realizó una extensa investigación por parte de Stan Winston e Industrial Light & Magic, encargados de los efectos especiales, los cuales marcaron un antes y un después en cuanto a imágenes generadas por computadora se refiere, pues no sólo los espectadores sino también los críticos quedaron asombrados al ver cómo los extintos dinosaurios cobraban vida como nunca antes lo habían hecho en la pantalla grande.

Aunque los efectos por computadora fueron los más revolucionarios en ese tiempo, lo cierto es que gran parte de los dinosaurios de la cinta eran robots creados por Stan Winston, como el triceratops enfermo, el brontosaurio que estornuda a Lex (Ariana Richards), el tiranousario rex y varios velocirraptores. La clave para lograr un gran realismo en las escenas era combinar el CGI con los robots, algo que se ha perdido en el transcurso del siglo XXI en la mayoría de los blockbusters.

Parque Jurásico nos lleva a la Isla Nublar, ubicada cerca de Costa Rica, donde John Hammon (Richard Attenborough), un millonario y presidente de la empresa InGen (Tecnologías Genéticas Internacionales, Inc.) ha creado un parque con dinosaurios clonados a partir de la sangre de estos seres que se conservó en mosquitos de la prehistoria que a su vez quedaron atrapados en ámbar.

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Por la presión de los inversores del parque, un grupo de expertos debe revisar el parque y dictaminar si es seguro o no, pues un empleado de InGen es asesinado al principio de la película por un velocirraptor. Estos supervisores son el paleontólogo Alan Grant (Sam Neill), la paleobotánica Ellie Sattler (Laura Dern), el matemático Ian Malcolm (Jeff Goldblum) y el representante de los inversores Donald Gennaro (Martin Ferrero).

Aunque a Parque Jurásico le siguieron algunas secuelas, ninguna tuvo la calidad ni un poco del impacto de la primera, la cual es considerada un clásico. En menor medida por su historia, pero principalmente por sus innovadores efectos visuales y la banda sonora compuesta por John Williams.

Desde su estreno los críticos opinaron que los increíbles efectos especiales de los dinosaurios fueron lo mejor, más allá de la trama que no a todos convenció. Sin duda Parque Jurásico es una cinta que no ha envejecido mal y sigue siendo tan disfrutable como en 1993, a pesar de que los efectos generados por computadora hayan avanzado tanto en este siglo.

Caroline Westbrook en Empire:

El guión y las actuaciones no son exactamente material de Óscar, pero importa poco dado que las verdaderas estrellas aquí son los dinosaurios creados por ILM, un milagro del cine moderno.

Roger Ebert en Chicago Sun Times:

La película cumple con su promesa de mostrarnos dinosaurios. Los vemos pronto y con frecuencia, y de hecho son un triunfo del arte de los efectos especiales, pero la película carece de otras cualidades que necesita aún más, como una sensación de asombro y maravilla, y fuertes valores de historias humanas.

Philip French en Observer [UK]:

Cada minuto es fascinante, lleno de suspenso, aterrador y hábilmente calibrado.

Owen Gleiberman en Entertainment Weekly:

Como un vuelo de fantasía, Parque Jurásico carece de la unidad emocional de los clásicos de Spielberg (Tiburón, Encuentros Cercanos, ET), pero tiene suficiente de su inocente y lúdico virtuosismo para que salgas del cine sonriendo con deleite.

Mick LaSalle en San Francisco Chronicle:

Una gran película de monstruos.

Richard Corliss en Time:

Para que los dinosaurios gobernaran la Tierra de nuevo, los monstruos necesitaban lucir majestuosos y amenazantes. Y Spielberg lo logró completamente.

Peter Travers en Rolling Stone:

Entretenimiento colosal: la emocionante atracción del verano y probablemente del año, deslumbrante, alucinante y salvaje.

Marc Savlov en Austin Chronicle:

Continuamente me encontraba anhelando la intensidad de las glorias pasadas del director, como Tiburón, o incluso Reto a muerte. Spielberg parece estar esforzándose tanto por el elusivo "¡Dios mío, ¡guau!, ¡sensación de asombro!", que se termina sintiendo forzado en muchos momentos.

Kenneth Turan en Los Angeles Times:

¿Los dinosaurios son un buen elemento? Sí, lo son.¿Hay algún otro elemento bueno? No realmente.

Ken Hanke en Mountain Xpress (Asheville, NC):

Grandes efectos, [pero] una historia que no vale un centavo y provoca dolor de cabeza.

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