Tomatazos

En 2008, el cineasta norteamericano Bryan Bertino dirigió Los Extraños - 45%, un slasher en el cual una pareja (interpretada por los actores Liv Tyler y Scott Speedman ) son atacados y torturados por una tercia de enmascarados que quieren asesinarlos. El gancho publicitario empleado por el filme en ese entonces fue afirmar que estaba basado en hechos reales, específicamente en el escalofriante asesinato de Sharon Tate (esposa de Roman Polanski) y otras personas alojadas en la mansión donde vivía la primera, y perpetrado a sangre fría por integrantes de la “familia” del tristemente célebre Charles Manson.

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Los Extraños - 45% tuvo un relativo éxito, y recibió tanto críticas positivas (elogiando su efectivo manejo del suspenso y el terror psicológico, privilegiándolos en lugar de las escenas sangrientas y efectistas) como negativas (calificándola de pretenciosa, poco imaginativa y carente de personalidad propia). Pero el entusiasmo en torno a ella fue suficiente para que ese mismo año la distribuidora anunciase una secuela, la cual se fue demorando mandando el proyecto al limbo, hasta que -tras diez años de espera- pudo ver por fin la luz.

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En esta continuación, Los Extraños: Cacería Nocturna - 38%, la silla del director es ocupada por el británico Johannes Roberts, quien inició su carrera realizando películas de suspenso y horror de bajo presupuesto para posteriormente saltar a ligas mayores gracias a trabajos como Terror a 47 Metros - 54% o Del Otro Lado de la Puerta - 35%. Roberts trabajó sobre el guión elaborado años atrás por Bryan Bertino y Ben Ketai , volviendo a emplear al trío de maniáticos enmascarados (usando los mismo antifaces, aunque ya no se trate de los mismos actores), los cuales ahora acechan e intentan masacrar sistemáticamente a una familia que pretende vacacionar en un remolque ubicado en una región boscosa y apartada.

Dicha familia esta compuesta por la joven Kinsey, su hermano Luke, y los padres de ambos Mike y Cindy. Estos últimos promueven el viaje buscando pasar un tiempo de calidad con sus hijos, ya que Kinsey (por decisión de ellos) se irá a estudiar lejos del hogar materno en breve. Así deciden viajar a un parque de remolques administrado por unos parientes suyos. Pero no sospechan que efectivamente, esa será la última vez que estén juntos como familia, y su excursión recreativa derivará en una pesadilla repleta de terror, persecuciones, sangre y muerte, a manos de los psicópatas estelares tan obsesionados con la música ochentera como con atrapar y ultimar a sus presas humanas.

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Desafortunadamente, la espera de una década por esta secuela fue en vano. Y esto es porque Roberts sencillamente es un medianamente competente artesano cinematográfico, pero se halla muy lejos de ser un verdadero autor con algo original que decir. Al trabajar con el argumento previamente escrito por Bertino y Ketai, se limita a replicar paso a paso la fórmula de su predecesora: nuevamente un puñado de ingenuos vacacionistas es diezmado gradualmente por la imparable tercia homicida, mientras el espectador presencia sus esfuerzos por sobrevivir y escapar de ellos durante 80 minutos, dando cabida a los habituales sobresaltos, delirantes corretizas, decisiones no muy atinadas sino es que francamente estúpidas, y minutos de angustia e incertidumbre en lo que se descubre quien será el siguiente en sucumbir. En otras palabras, Los Extraños: Cacería Nocturna - 38%a, utiliza los ingredientes esenciales y lugares comunes del género.

Pero además de dirigir esta segunda parte de manera rutinaria y poco inspirada, el inglés lo hace además con un desgano y tedio inauditos. Así, aunque la cinta no es demasiado larga, si se vuelve agobiante, en especial porque es en exceso predecible, no alberga ni una sola sorpresa ni novedad, los momentos de mayor tensión son terriblemente anticlimáticos o de plano de humor involuntario, y el desenlace es dolorosamente predecible (con un último susto exagerado hasta niveles de hilaridad).

Si su antecesora no era particularmente excepcional ni aportaba nada nuevo, Los Extraños: Cacería Nocturna - 38% la supera en esterilidad y mediocridad. Y se limita a seguir la receta de tratar de emular (estética y narrativamente hablando) lo que cineastas como Tobe Hooper, John Carpenter, Wes Craven y Dario Argento hicieron en el siglo pasado. Pero ellos cocinaron obras maestras imperecederas, mientras que Johannes Roberts obtiene en cambio un olvidable churro refrito e insípido. Es decir, un producto solo para aquellos aficionados al género con paladares muy poco exigentes y/o demasiado conformistas. O para los muy fanáticos de la entrega original.

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