Tomatazos

El cine de animación a nivel internacional tiene identidades bien definidas en cuanto al estilo narrativo abordado por cada industria y región. Por un lado, está la animación japonesa con sus coloridos mundos de fantasía; por otro lado, lo hecho con gran detalle y presupuesto por Pixar y otros estudios de Hollywood. En medio de estas dos industrias tenemos lo que se realiza en el Viejo Continente. La animación europea puede ir desde el stop-motion de La Vida de Calabacín - 98% hasta el particular humorismo de Las trillizas de Belleville - 94% pasando por el contenido social de Persépolis - 96%. Pareciera que es en México donde la animación no termina de tomar forma, aunque ese es tema para otro texto.

Lee también: Las mejores películas animadas de 2017 según la crítica

La maleabilidad de la animación permite diseñar mundos y contar historias que de otra manera no sería posible. Gracias a los esfuerzo de los directores Christian Desmares y Franck Ekinci, en combinación con los diseños del brillante dibujante Jacques Tardi, tenemos una cinta como Abril y el Mundo Extraordinario - 94%. Esta aventura steampunk juega libremente con una versión alterna de la historia de nuestro mundo y nos entrega una aventura dinámica de principio a fin.

Lee también: Abril y el Mundo Extraordinario | top de críticas, reseñas y calificaciones

La cinta gira en torno a una joven de nombre Abril, hija de dos brillantes científicos que fueron capturados junto a otros hombres de ciencia a principios del siglo XX. Debido a la falta de mentes brillantes la humanidad tuvo que mantenerse dependiente de la madera y el carbón de forma indefinida. El petróleo y la electricidad nunca llegaron y las naciones del mundo se enfrascaron en una guerra interminable por los recursos mencionados. Sin embargo, el rumbo de este conflicto podría cambiar con la ayuda de una pócima especial, una cuyo secreto está en la mente de la joven Abril.

Una rápida mirada a las primeras secuencias de la cinta deja claro que esta aventura tiene un corte muy diferente a lo visto en producciones de Hollywood o Japón. El lenguaje visual de la cinta varía mucho y hay una especial atención a todas las máquinas y otros detalles de este mundo de vapor. La trama evita muchos de los lugares comunes que vemos generalmente en Oriente y en Hollywood. Aquí no hay adolescentes “kawais” ni chistes de cultura pop anacrónicos. Nuestra heroína no persigue el romance, pero la película tampoco tiene una noción atolondrada de “empoderamiento” como producciones de Hollywood recientes. Ni siquiera Darwin, el intelectual gato que habla y acompaña a nuestra protagonista, recurre al tipo de humor infantilizado que vemos en una cinta de Minions - 56% o similares.

La cinta es una aventura de pies a cabeza, con obstáculos a vencer, enemigos con agendas diabólicas y muchos escenarios en los que transcurren persecuciones. El humor está presente, pero es un complemento y no el motor de la trama, lo cual se agradece en un formato donde es común que se abuse de este recurso. Desde el París steampunk con dos torres Eiffel y teleféricos hasta una jungla subterránea, la cinta nunca deja de avanzar con su trama y personajes.

Abril y el mundo extraordinario tiene mucha confianza en lo que hace y no es para menos, la animación, el diseño de personajes y el guión operan con gran armonía para darnos una aventura sin igual. Definitivamente, una de las mejores opciones en la cartelera comercial mexicana en la actualidad y el tipo de cine animado del que otras producciones (nacionales e internacionales) podrían aprender mucho.

Lee también: Murió Jean Rochefort, una leyenda del cine francés